Descubre si practicar “enero seco” es la mejor forma para dejar de beber

Para muchas personas las celebraciones navideñas, vienen acompañadas de excesos con la comida y bebida. Con base en ello practicar "enero seco" se ha vuelto una popular tendencia, sin embargo ¿es lo suficiente como para dejar de beber de forma permanente? Conoce la opinión de los expertos y sus principales riesgos

Enero seco

De acuerdo con los expertos, los beneficios de practicar enero seco tienen mucho que ver con cada persona y su nivel de consumo de alcohol. En algunos casos se asocia con beneficios para bajar de peso, dormir mejor y tener más energía.  Crédito: Photo by Andra C Taylor Jr on Unsplash | Unsplash

A medida que pasan los primeros días del año, es posible que algunos de nosotros sintamos la inminente necesidad de recuperarse de los excesos del 2021 y sobre todo de los relacionados con las celebraciones navideñas. Y claro, de manera más específica de esos tragos y copas de champán que bebimos con singular alegría. El consumo de alcohol ha sido un efecto secundario subestimado de la pandemia de COVID-19; de hecho se cuenta con un revelador estudio en el cual se comprobó que más del 60% de los participantes estimaron que su consumo de alcohol aumentó en comparación con los hábitos anteriores al COVID. Lo cierto es que para muchos todo exceso de indulgencia, es el camino directo a resoluciones de Año Nuevo que impliquen beber menos o inclusive dejar de beber por completo. Estas son posibles razones que podrían explicar la creciente popularidad del enero seco. Si bien es innegable que se trata de un buen método para mejorar la salud y los niveles de energía ¿Es lo suficiente como para dejar el alcohol de manera definitiva? Sigue leyendo para conocer la opinión de los expertos.

Conocido por algunos como Dryuary, quienes deciden entrar en la dinámica de enero seco se dan a la tarea de esconder todo lo relacionado con el alcohol y pasar todo el mes sin consumir una sola gota. En una encuesta de enero de 2021 realizada por Morning Consult: el 13% de una muestra de adultos estadounidenses dijo que planeaba dejar de consumir alcohol durante un mes. De ellos, el 79% dijo que estaba frenando su forma de beber con el principal objetivo de ser más saludable. Pero, ¿qué diferencia hace el enero seco? ¿Vale la pena intentarlo?

De acuerdo con declaraciones de Scott Hadland, uno de los especialistas más reconocidos en el tema y quien es experto en adicciones del MassGeneral Hospital for Children y la Escuela de Medicina de Harvard. La respuesta ante un enero seco puede variar mucho de una persona a otra. Según Hadland: dejar de beber puede tener algunos efectos inmediatos, pero para empezar, el impacto dependerá de cuánto se acostumbre beber. Para alguien que bebe con moderación (1-2 tragos al día, en promedio), un descanso del alcohol puede traer consigo pérdida de peso, mejor sueño y un mayor nivel de energía. “Puede haber algunas mejoras inmediatas notables” y realmente no deben subestimarse.

Otra de las genialidades de darse la oportunidad de vivir un episodio de abstinencia de alcohol, es que puede ayudar a convencer a las personas de que están mejor sin alcohol por completo, o al menos ayudarlas a ver los beneficios de reducir el consumo. Pero Hadland advierte que esto depende de la psicología y las circunstancias de la vida de cada individuo.

Lo cierto es que los profesionales aún se encuentran deliberando sobre los efectos a largo plazo de desafíos como enero seco. Si bien algunos estudios han demostrado que las personas informan que continúan bebiendo menos después de un mes sin alcohol, un estudio de 2021 encontró que un aumento en la participación de enero seco en el Reino Unido entre 2015 y 2018 no se asoció con una caída correspondiente en el consumo general a escala nacional.

También, los expertos señalan que en algunas circunstancias, practicar enero seco podría causar más daño que bien. Sobre todo en los casos de bebedores compulsivos: ir de golpe puede desencadenar una abstinencia aguda de alcohol. Según lo definido por el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, los bebedores empedernidos de sexo masculino, consumen más de 4 bebidas por día, lo cual es equivalente a 14 bebidas por semana. Y en el caso de las mujeres más de 3 bebidas por día, lo cual es equivalente a 7 bebidas por semana. A modo general la conducta de los bebedores compulsivos se define, también por la velocidad en la que suelen beber: consumen hasta 4 o más bebidas (mujeres) o 5 o más bebidas (hombres) en un período de dos horas, o alcanzan niveles de concentración de alcohol en sangre de 0.08% o más.

El cuerpo humano se habitúa al consumo crónico de alcohol al producir grandes cantidades de sustancias químicas como la serotonina, con el objetivo de compensar las formas en que el alcohol ralentiza el cerebro y el sistema nervioso. Cuando los bebedores crónicos eliminan el alcohol, el cerebro sigue produciendo esas sustancias químicas y puede responder con síntomas muy delicados que van desde la ansiedad hasta el delirium tremens, convulsiones y la muerte. De acuerdo con los profesionales, en los casos específicos de bebedores empedernidos que quieren dejar de beber, siempre será recomendable consultar a un médico para que pueda obtener el apoyo necesario.

De acuerdo con las declaraciones de Hadland: “Cualquiera que esté bebiendo mucho o en exceso debe hablar con un proveedor de atención médica si está pensando en dejar de beber durante el mes de enero.” Este tipo de luchas a menudo necesitan una intervención clínica más intensa y un apoyo más fuerte que un solo mes de abstinencia. Además, declaró que le preocupa que los desafíos de enero seco perpetúen la idea de que dejar el alcohol se puede lograr con pura fuerza de voluntad. En la mayoría de los casos no es así, y en los casos de personas con un excesivo consumo que necesiten superar el abuso de alcohol Hadland aconseja consultar los recursos que ofrece el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.

Existe un último problema a mencionar sobre enero seco, y de hecho es considerado un efecto secundario potencial: la sensación de fracaso, ante cualquier resbalo. Con respecto a ello se pronunció claramente, Sheila Vakharia, quien es subdirectora del departamento de investigación y participación académica de la Drug Policy Alliance – una organización sin fines de lucro que trabaja para poner fin a la guerra contra las drogas mediante la promoción de la despenalización del consumo de drogas. “Estos experimentos de todo o nada pueden hacer que nos sintamos peor con nosotros mismos en lugar de obtener los resultados que queremos.”

Por el contrario, Vakharia alienta a cualquiera que esté considerando un enero seco a pensar en sus motivaciones y evaluar cuánto está bebiendo en realidad, y luego preguntarse si hacer pequeños cambios podría acercarlos más a su objetivo que un mes de abstinencia difícil de alcanzar. Complementariamente, existen algunos comportamientos que requieren de compromiso: nunca beber solo, no exceder una cierta cantidad de bebidas en una noche o bien ajustarse a un cierto presupuesto mensual para la compra de alcohol. Son medidas que puede ayudar a mantener bajo control el consumo de alcohol de las personas y cumplir algunas de las promesas temporales de enero seco a largo plazo.

Finalmente el tema del consumo de alcohol es muy variable entre cada individuo. Si bien para algunos casos en los que el consumo es moderado, enero seco puede ser una gran estrategia; para personas con consumos abusivos, puede resultar peor y siempre resultará oportuna la intervención de los profesionales. Por el contrario, es importante no ser demasiado duros con nosotros mismos y apostar por seguir un estilo de vida equilibrado y saludable. En el cual el consumo de alcohol sea mesurado y en ocasiones especiales.

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