Todo es cuestión de precio

Tratando de bajar la inflación, los presupuestos fiscales del 2022-2023, en New York y New Jersey, promueven la reducción de impuestos a la gasolina.

Tratando de bajar la inflación, los presupuestos fiscales del 2022-2023, en New York y New Jersey, promueven la reducción de impuestos a la gasolina.

Tratando de bajar la inflación, los presupuestos fiscales del 2022-2023, en New York y New Jersey, promueven la reducción de impuestos a la gasolina. Crédito: Spencer Platt | Getty Images

Pese a la pandemia y la inflación el dólar sigue siendo una moneda fuerte, lo malo es que el billete verde se vuelve más caro frente a las demás monedas y eso afecta a nuestros países.

Tratando de bajar la inflación, los presupuestos fiscales del 2022-2023, en New York y New Jersey, promueven la reducción de impuestos a la gasolina.

Sin embargo, nos preguntamos si por la carestía general, la economía va hacia lo que los analistas llaman estanflación, porque los consumidores dejarían de comprar ante la expectativa del valor de los productos, justo cuando se necesita intensificar el consumo.

Eso pasa en Japón donde, ahora, no hay tanta inflación por ser menor el gasto de los hogares. Sin embargo, aquí la ONU confirma que nuestra inflación ya pasa del 7,9%, algo que no se veía desde 1982. Y por eso el banco de la Reserva Federal, FED, subió la tasa de interés en 0,25 puntos porcentuales, buscando llevar el costo de vida al 2% que necesitamos para una economía saludable y evitar que se descarrilen las proyecciones económicas.

Por la pandemia y el conflicto en Ucrania están más caros: la energía, los fertilizantes y cultivos como el trigo, lo que eleva los temores de que los consumidores guarden sus ahorros bajo el colchón y paren el consumo.

El problema aquí es que los precios están por las nubes y el Covid-19 nos sorprendió cuando entraban en vigencia los aumentos progresivos del sueldo mínimo en New York y New Jersey, donde ya pagan $15 por hora.

La inflación por los mejores sueldos o el consumo es normal en la economía, pues presiona la demanda y el gasto de los hogares. Pero hay factores como los problemas en la cadena de suministro y la falta de mano de obra que dañan los cálculos.

Ahí entra en juego la FED, que pone fin al dinero barato de las tarjetas de crédito o préstamos de vivienda. Y Jerome Powell, como presidente de la entidad, no descarta que haya más alzas de interés, porque ahora el enemigo es la inflación y debe evitar el endeudamiento de las familias, aunque afecte así las inversiones y el crecimiento económico, cuyo rebote se sentirá en nuestros países.

Todo porque los inversionistas podrían salir en estampida con el dinero hacia Estados Unidos, para esquivar la depreciación de la moneda local, pues en la tierra del Tío Sam recibirían más rentabilidad.
Y el círculo se cierra entonces, porque los bancos centrales de la región también tendrían que subir sus propios intereses provocando más carestía y dificultades a nuestras familias.

Sofía Villa prepara esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.

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