Morir con dignidad, la lucha se mantiene en NY

Una vigilia póstuma para recordar a las personas que lucharon durante los últimos 6 años por la aprobación de una medida estatal sobre la muerte asistida ha puesto de nuevo el asunto bajo la lupa en la Legislatura estatal.

Liderados por la organización, Compassion & Choices, familiares de más de 20 defensores del proyecto de ley ‘Dying Act’ (Ayuda médica para morir) llevaron de nuevo esta semana su pedido a Albany para que se someta a votación antes de que finalice la sesión legislativa en junio próximo.

La legislación está patrocinada por la senadora Diane Savino (D-Staten Island) y la asambleísta Amy Paulin (D-Westchester), junto con más de 65 co-patrocinadores en las dos cámaras estatales.

La ayuda médica para morir permite que un adulto con una enfermedad terminal, mentalmente capaz, con seis meses o menos de vida, solicite a su médico una receta de medicamentos que pueda tomar cuando su sufrimiento sea demasiado grande para soportarlo y morir en paz.

“Más de 20 activistas, que murieron durante el curso de nuestra campaña de seis años, se reunieron con legisladores, hablaron en mítines y conferencias de prensa, organizaron a familiares y amigos, y mucho más. La mayoría hizo esto mientras morían activamente, debilitados por los tratamientos. Muchas de estas valientes personas se hicieron amigas”, dijo Corinne Carey, directora sénior de la campaña Compassion & Choices New York. 

“Escuchar sobre el sufrimiento de la muerte de un amigo es desgarrador. Oírlo una y otra vez es devastador. Estas 22 personas especiales murieron, muchas rogando por esta opción compasiva de atención al final de la vida, mientras que los legisladores los ignoraron”, agregó Carey.

De su lado, la senadora Savino dijo que nada la haría más feliz que poder aprobar esta medida en la que será su sesión final en la Cámara Alta. En febrero la legisladora anunció que se retiraba tras estar 18 años en ese cuerpo legislativo. 

“Mis colegas y yo estamos tratando de que esto suceda, pero la verdad es que todavía necesitamos más apoyo para llevarlo a la línea de meta. Yo he tenido la oportunidad de hablar con muchos de estos valientes neoyorquinos. Simplemente querían tener la posibilidad de tener una muerte pacífica cuando el final fuera inevitable. Sus seres queridos los apoyaron y ahora están aquí para contar sus historias, sus verdades, a los legisladores. Vamos a ver cómo las cosas avanzan”, agregó Savino.

En cambio para la asambleísta Paulin la ‘Dying Act’ tiene una connotación muy personal: “Lo he dicho antes: los recuerdos del horrible sufrimiento de mi hermana al final de su vida están grabados para siempre en mi mente. Sé por lo que mi hermana y toda nuestra familia pasaron. Sé por lo que han pasado los reunidos (esta semana) en Albany están pasando. Permítanme ser aún más clara. Nadie que se oponga a la ayuda médica para morir se verá afectado negativamente por la aprobación de esta ley. Ni una sola persona. Pero nada podría ser más importante para ese pequeño número de neoyorquinos con enfermedades terminales que están, o temen, sufrir al final”. 

Paulin llamó que a sus colegas lleven la medida a votación cuanto antes. “Deben unirse a nosotros y aprobarla”.

El derecho a la muerte asistida es un asunto que es visto de manera positiva por los neoyorquinos. Un sondeo hecho por Marist Poll en octubre del año pasado reveló que el 56% de los votantes del estado apoyan la ayuda médica para morir.

A nivel nacional, diez estados, junto con Washington, D.C., han aprobado la muerte asistida.