Falsos positivos en Internet

Con la supuesta venta de Twitter, además del regreso del ex presidente Donald Trump a la plataforma digital, después de un año de ser silenciado, se generó un efecto boomerang

Elon Musk ha puesto una pausa en la compra de Twitter.

Elon Musk ha puesto una pausa en la compra de Twitter. Crédito: Win McNamee | Getty Images

Cuando Elon Musk dijo que compraría Twitter por ser un negocio rentable hablaba en serio y aunque la movida no se concretó ya comenzaron a verse los resultados al aclarar lo que pasa en el mundo de la World Wide Web, (www) o red informática mundial.

Sin importar las consecuencias para los negocios de la poderosa bolsa de Wall Street creo que es positivo lo que se conoce hasta ahora, porque es claro que algo raro pasa en internet y los usuarios no tenemos manera de saber cómo protegernos de la falsedad en la red.

Con la supuesta venta de Twitter, además del regreso del ex presidente Donald Trump a la plataforma digital, después de un año de ser silenciado, se generó un efecto boomerang y se destapó un secreto a voces sobre la presencia de identidades o falsos positivos en redes sociales.

Irónicamente entre las primeras víctimas están la cuenta oficial del presidente de los Estados Unidos y el mismo magnate multimillonario dueño de Tesla, pues los expertos encontraron que no tenían los millones de seguidores que pensaban.

Y esta semana trascendió según informes del @eldiariony que es posible que casi la mitad, más del 49% de los seguidores de @JoeBiden en la red del pájaro azul sean falsos, de acuerdo con la auditoría de Spark Toro, especialista en software, que advierte que más de 22 millones de perfiles no son de personas, o votantes del mandatario; y en el caso de Musk más del 70% de sus supuestos 93 millones de seguidores no existen.

Según el análisis no se trata de cuentas reales, no son perfiles activos en internet, o no se puede acceder a sus contenidos y tampoco siguen los tweets, ni mensajes de las cuentas con las que supuestamente están relacionadas. En el lenguaje de la tecnología se llaman spam o bots.

Por eso Musk tiene frenado la multimillonaria movida por la que ofreció $44 mil millones de dólares, pues en sus cálculos es posible que sean mucho menos los usuarios de los que él pensaba que podía incluir en el negocio para cobrar por la suscripción y, una vez que limpiara las cuentas, pudiera deshacerse de los perfiles falso o “fake”.

Y ahora cree que no puede incluir en esos números al menos el 20% de las cuentas como usuarios activos de Twitter.

En defensa propia, los administradores de Twitter confirman que eso es posible, porque diariamente suspenden unas 500 mil cuentas y bloquean millones de usuarios por sospecha de ser spam o correo no deseado por el que nadie quiere pagar. Sofía Villa es autora y escribe esta columna a título personal.

Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Televisa Univision Communications Inc.

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