Los rituales y costumbres de los hispanos para celebrar sus creencias y la unión familiar
Contenido Patrocinado
Ser hispano es sinónimo, para la mayoría de nosotros, de unión familiar, de costumbres y tradiciones compartidas. Actos y comportamientos que no todos entienden, sobre todo si pertenecen a otras culturas.
Gracias a nuestras raíces y procedencia vivimos la vida de un modo distinto, siempre teniendo en cuenta a la familia y a los amigos, a todas las personas que queremos.
Aprendemos a enfrentar la vida con los recursos necesarios para desarrollar nuestras fortalezas gracias a la familia. Es en los primeros años, en la seguridad del nido, cuando se forma la esencia de lo que somos y empezamos a ver lo que nos rodea. Nuestra familia, sus acciones y palabras nos enseñan cómo es el mundo.
Por todo esto, agradecemos, ya sea en liturgias religiosas y espirituales o en simples reuniones familiares. Preguntamos al cielo, a Dios o a los astros sobre nuestro futuro. Damos las gracias por lo que tenemos, también por lo que no tenemos, que nos hace seguir avanzando, luchando para cumplir metas.
Nuestra forma de ser y nuestras tradiciones se convierten en rituales compartidos, que, desde fuera, se ven, seguramente, con sana envidia.
Muchos estadounidenses se sorprenden de, por ejemplo, los eternos almuerzos, que se alargan con mucha charla. Nuestras reuniones familiares, celebradas comúnmente en domingo, son rituales a seguir semana a semana.
Si podemos, vemos a la familia con asiduidad y no solo en festividades. Compartimos nuestras alegrías y también lo que nos aflige. Hablamos, reímos, lloramos, soñamos y así, con la unión que se fortalece, encontramos apoyo y herramientas para enfrentar mejor la vida.
Si preguntamos a los estadounidenses sobre la cultura hispana, seguro que hablan de comida, de música, de fiestas y baile. En toda feria celebrada en Estados Unidos con puestos de comida y música, seguramente podamos encontrar a familias hispanas festejando.
Igual que celebramos la vida, también celebramos la muerte. El caso más representativo es la colorida fiesta del Día de los muertos. Es una de las tradiciones que más se mantienen, pero no debe ser la única.
La mayoría de los latinos que vivimos en Estados Unidos, encontramos en las reuniones y tradiciones familiares una forma excepcional de celebrarnos. De agradecer los lazos que nos unen y lo que somos.
Las nuevas generaciones hispanas en Estados Unidos enfrentan una misión importante: preservar y mantener nuestras costumbres y tradiciones.
Es vital para tener presente quiénes somos y de dónde venimos.