Faltarían dos siglos para que las latinas ganen más
A las barreras sistémicas tenemos que añadirle que en la cultura latina nos enseñan desde muy pequeñas a no tener conversaciones sobre dinero
Un estudio del Institute for Women ‘s Policy Research indica que al paso que vamos las latinas en Estados Unidos, tendrían que pasar dos siglos para alcanzar la igualdad salarial.
A estas barreras sistémicas tenemos que añadirle que en la cultura latina nos enseñan desde muy pequeñas a no tener conversaciones sobre dinero. Nos hacen creer que negociar un mejor salario o aspirar a una mayor remuneración económica es un tema vergonzoso, incómodo y hasta tabú.
Para que una mujer latina en Estados Unidos pueda lograr libertad financiera y prosperidad económica, no es suficiente tener varios diplomas universitarios, certificaciones, trabajar horas adicionales, esforzarse más que los demás o los años de experiencia que tenga. Es importante trabajar el ‘mindset’ sobre cómo nos relacionamos con nuestras finanzas y dejar atrás los prejuicios culturales.
En estos tiempos de ‘la Gran Renuncia’ o ‘la Gran Disrupción’ en Estados Unidos y cuando estamos al borde de una recesión, es más crucial que nunca que estemos conscientes de lo que traemos a la mesa de negociación o mejor aún, crear nuestra propia mesa.
Tenemos que confrontar nuestros miedos, la mentalidad generacional que nos limita y nos hace sentir que no somos merecedores de una compensación que represente nuestras contribuciones o de tomar la decisión de ser nuestras propias jefas.
A pesar de que el Acta de Igualdad Salarial fue aprobada en Estados Unidos en el 1963, casi
60 años después, las latinas siguen siendo las peores remuneradas entre todas las etnias.
Según las cifras más recientes del Departamento del Trabajo de EEUU, la tasa de desempleo entre las mujeres negras y latinas aumentó a un 5.9 y un 4.7% respectivamente en el mes de mayo.
Las latinas están sobre representadas en trabajos de cuidados esenciales y en el sector de servicio al cliente, los cuales son dominados por mujeres. Generalmente, son empleos muy mal pagados en comparación con otras industrias controladas por hombres, pese a que requieren el mismo nivel de adiestramiento y educación.
El mismo estudio encontró que las latinas representan un 7.7% del mercado laboral, pero ocupan sólo un 4.4% de los puestos gerenciales y un 1.7% de las posiciones de director ejecutivo o CEO, un claro panorama sobre la falta de representación en puestos de liderazgo y de toma de decisiones.
Por otro lado, expertos aseguran que los niveles de desempleo están regresando al tiempo de la pre-pandemia, sin considerar que antes de la Covid-19 ya existían disparidades muy marcadas para las latinas y las mujeres negras.
Si de algo estamos seguros es que, la pandemia nos obligó a reinventarnos y a que diéramos más valor al intercambio de nuestro tiempo y esfuerzo por un salario o compensación.
Durante la pandemia, muchas mujeres latinas se vieron forzadas a dejar sus trabajos para dedicarse al cuidado de sus hijos. Algunas tuvieron que cumplir con ambos roles poniendo en riesgo su salud mental.
En los últimos 10 años, el número de empresarias latinas aumentó en un 44% en comparación con un 4% de empresarios no latinos, especialmente luego de la pandemia. Adquirir capital financiero aún teniendo indicadores favorables de crédito es otra barrera para las latinas. La exclusión financiera de las emprendedoras latinas es mucho más alta que la de otras etnias.
Otra cifra a tener en cuenta es que solamente un 4% de los préstamos para pequeños negocios son otorgados a mujeres.
Las empresarias latinas de pequeños negocios en Estados Unidos componen un segmento de la población que está creciendo aceleradamente, sin embargo es un sector con potencial, que sigue siendo subestimado. Aún así, buscar alternativas al trabajo no convencional sigue siendo absolutamente necesario.
Tenemos que ser valientes, salirnos de nuestra zona de confort y dejar atrás el temor a fracasar. Es posible crear vertientes de ingreso pasivo o un ‘side-hustle’ o segundo trabajo que sea flexible.
Con una inversión mínima, puedes crear una tienda online, escribir un libro o agenda electrónica, crear un curso o un blog, intentar el mercadeo de afiliación, entre otras tantas opciones que ofrece el mundo digital.
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Tomar este paso te dará la base para expandir tu emprendimiento. No te harás rico de la noche a la mañana como muchos prometen en las redes sociales, pero ser consistente y tener claridad sobre lo que ofreces te puede llevar lejos. La idea es no quedarte de brazos cruzados en lo que llega la equidad salarial, si es que algún día llega.
Iza Montalvo reside en Orlando y dirige una empresa de comunicaciones y consultoría. www.olanmediagroup.com