Capacitación en sistemas y tecnología impactan a minorías de la tercera edad en NYC

Un reporte de la unidad de Servicios de Tecnología para Adultos Mayores de AARP revela impactantes resultados sociales en abuelitos de la Gran Manzana, muchos de ellos latinos, que se lanzan al reto de aprender computación

María Arnold, de 65 años en su clase de tecnología

María Arnold, de 65 años en su clase de tecnología Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

El 2019 fue un año muy duro para María Arnolds. La puertorriqueña de 65 años perdió en menos de cuatro meses a su esposo, su madre y a una nieta.

El dolor y la tristeza se apoderaron de ella, hasta que, según cuenta, se enteró de que la organización Senior Planet, en Manhattan, estaba ofreciendo clases de computación.

La abuela, quien en sus años de juventud se desempeñó como consejera de niños especiales, habló con su familia y les contó que “volvería a la escuela”, esta vez sin lápiz ni cuaderno, sino con la tableta que le habían entregado por ser habitante de NYCHA.

Aunque la boricua estaba repleta de ganas por aprender sistemas, sus propios nietos no veían con buenos ojos que ella comenzara este nuevo proyecto, pero no los escuchó, y hoy, tres años después, es una “dura” con los computadores, se volvió más independiente y hasta mandó al traste a la depresión, sumergiéndose en el mundo de los teclados, las pantallas, el mouse y el internet.

“Hoy puedo decir que las clases de computación me dieron otro respiro. Cuando estos maestros entraron a mi vida, en el 2019, yo estaba emocionalmente muy bajoneada y ellos me levantaron. No solo me enseñaron tecnología sino que me salvaron, me abrieron la mente y me empujaron a comprobar que uno puede aprender a cualquier edad”, asegura la residente de El Bronx, quien ahora quiere aprender diseño digital para hacer un lbro para su nieta.

Mis nietos me decían que estaba muy vieja para hacer esto, que para eso los tenía a ellos. No los oí y comprobé que eso es mentira. Uno viejo sí aprende. Aquí teníamos una compañera de 96 años”, agrega la estudiante hispana. “Cuando comencé estaba en ceros y ahora sé como manejar el internet, como hablar por la cámara, como usar ZOOM, como mandar tarjetas de cumpleaños, mandar mensajes y hasta cómo ver películas coreanas y chinas en Youtube y lo mejor es que me siento libre, porque no molesto a mis nietos para que me hagan las cosas”.

Y es que las clases de tecnología para adultos de la tercera edad que organizaciones comunitarias y centros de ancianos ofrecen en la Gran Manzana, buena parte de ellos latinos y afroamericanos, está salvando vidas y beneficiando la salud y el bienestar de los adultos mayores.

Así lo revela el reporte “Vuela como un águila: Medición de los resultados sociales transformadores entre las personas mayores que utilizan la tecnología”, en donde los Servicios de Tecnología para Adultos Mayores (OATS) de AARP evidenciaron con datos que las clases de computación que ofrecen cada año a unos 20,000 neoyorquinos de la tercera edad, impulsan el cambio de comportamiento de los adultos mayores, al tiempo que los hace sentirse útiles y activos.

El informe, que está siendo presentado en la llamada “Semana de la Inclusión Digital”, que busca crear conciencia sobre las soluciones que abordan la equidad digital, detalla cómo el acceso a los dispositivos tecnológicos y los programas de capacitación generan “resultados sociales transformadores” para los adultos mayores”.

Así lo explicó Tom Kamber, director ejecutivo de OATS, tras asegurar que los hallazgos cuantitativos del reporte presentan una fuerte evidencia de que las intervenciones tecnológicas pueden desempeñar un papel importante en la conducción del cambio de comportamiento de los adultos mayores, combatir el aislamiento social, la soledad y la depresión mientras se mejora la calidad de sus vidas.

Tom Kamber, director ejecutivo de OATS/ Photo: Edwin Martínez Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

“Este reporte nos da nuevas informaciones sobre el efecto de los programas de educación de personas mayores que se conectan con la tecnología y computación, entre ellos la población latina mayor, a la que queremos seguir atrayendo más a estas clases que también se dan en español en centros de envejecientes”, aseguró el ejecutivo, tras confirmar que el 20% del total de estudiantes mayores que toman clases de sistemas son hispanos.

“Cuando se combina con el acceso a una tableta e Internet, la capacitación en tecnología conduce a un cambio medible: más amigos, menos soledad, más experiencia de cosas nuevas y menos riesgo de depresión. Estos son resultados extraordinarios con importantes implicaciones para las estrategias para ayudar a las personas mayores a superar el aislamiento digital”, agregó Kamber.

Dentro de los hallazgos del reporte se evidenció que los adultos mayores que recibieron capacitación en tecnología tenían 3 veces más probabilidades de contactar a alguien nuevo, casi 4 veces más probabilidades de participar en una nueva actividad y 2 veces más probabilidades de participar en una videollamada con un nuevo contacto.

Asimismo, las personas de la tercera edad que recibieron capacitación en tecnología sintieron un aumento en sus sentimientos de conexión con amigos, familiares y congregaciones un 20 por ciento más que aquellos que no la recibieron.

Luis Taveras, quien trabaja como maestro de tecnología hace cinco años en varios centros senior alrededor de Nueva York, asegura que las clases no solamente desarrollan las capacidades digitales de los estudiantes de la tercera edad, sino que además son una inyección de vida.

“Aquí muchos al principio llegan tristes, o creen que no van a ser capaces pero les enseñamos a conectarse con todo el mundo, con médicos, con sus comunidades y les mostramos que hay que sacar el niño de adentro y reactivar esa curiosidad para sacar la capacidad de aprender, pues no hay edad para dejar de aprender”, comenta el orgulloso maestro dominicano.

“Al principio son timidos, se ve cierto miedo con la tecnología, pero cuando terminan las clases y se gradúan en las ceremonias que hacemos, vemos que se sienten felices y apoyados, y ese es mi nuestro mejor regalo. Por eso les digo a los que quieran aprender que no se intimiden, den el paso adelante y vayan a los senior centers y pregunten por las clases de tecnología. Nunca es tarde para aprender”.

Beth Finkel, directora de AARP para el estado de Nueva York, destacó que debido a que las actividades comerciales, de salud, de consumo y sociales se han movido cada vez más en línea después de la pandemia, no e smomento para que los adultos mayores se queden atrás.

“Cerrar la brecha digital ha sido una prioridad para AARP Nueva York y este informe destaca por qué es imperativo que brindemos capacitación tecnológica para facilitar la participación digital entre los residentes mayores”, dijo Finkel.

Tiffany Benjamin, directora ejecutiva de Humana Foundation, organización que impulsa los programas de capacitación, aseguró que los resultados del estudio reafirman la necesidad de continuar con el compromiso con las inversiones hacia las personas mayores para alcanzar su potencial de salud completamente.

“Empoderar a los adultos mayores a través del acceso digital y la experiencia les ayuda a navegar su enfoque hacia nuevas personas y oportunidades saludables, con mayor confianza”, dijo Benjamin.

Lisa Bova-Hiatt, directora ejecutiva interina de NYCHA, donde se han promovido programas para entregar tabletas adultos mayores y se han hecho campañas para conectar a más personas de 60 años en adelante con clases de sistemas, insistió en la importancia de que se brinden los recursos tecnológicos necesarios para mejorar las conexiones de los abuelitos con sus vecinos, familiares y sus comunidades.

“Aplaudimos a los Servicios de Tecnología para Adultos Mayores (OATS) de AARP por llamar la atención sobre los beneficios sociales y emocionales que una mayor equidad digital puede brindarles a las personas mayores de NYCHA“, dijo la funcionaria. “La organización es un socio vital para abordar la brecha digital que afecta a los residentes de viviendas públicas”.

Datos del programa de computación y del reporte de AARP

  • 20,000 adultos mayores estudian sistemas cada año en NYC
  • 20% de ellos son latinos
  • $1 millón de dólares entrega el Departamento de Envejecientes anuales
  • $1 millón de dólares entrega el Concejo Municipal para el entrenamiento
  • 22 millones de estadounidenses mayores están rezagados en el país en asuntos de formación digital
  • 3 veces más de probabilidades de contactar a alguien nuevo tuvieron los adultos mayores que recibieron capacitación en tecnología
  • 4 veces más de probabilidades de participar en una nueva actividad mostraron los capacitados
  • 2 veces más de probabilidades de participar en una videollamada con un nuevo contacto mostraron los estudiantes
  • 20% más que adultos mayores que no toman clases de tecnología sintieron un aumento en sus sentimientos de conexión con amigos, familiares y congregaciones
  • La Semana de la Inclusión Digital (del 3 al 7 de octubre) busca promover la capacitación digital como beneficio en asuntos de salud y el bienestar de los neoyorquinos
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