El Mundial de Qatar: entre la politización y la lucha por los derechos humanos

Defensores de derechos humanos se han preguntado cómo es que la FIFA se decantó por dar la sede a una monarquía donde están proscritos derechos de mujeres y homosexuales

Ocho selecciones apoyarán a la comunidad LGBTQ+ en el Mundial Qatar 2022

El Mundial Qatar 2022 ha causado polémica por sus restricciones a la comunidad LGBTQ+. Crédito: INA FASSBENDER | AFP / Getty Images

El martes 29 de noviembre se juega el determinante encuentro que enfrentará a las selecciones de Estados Unidos e Irán en un desafío marcado por la polémica.

Y es que, en horas recientes, los asiáticos pidieron al comité organizador expulsar de la competencia a sus rivales americanos por compartir en redes sociales una imagen alterada de la bandera iraní sin el emblema de la República Islámica y el dicho: “No hay más dios que Dios”.

Le petición es uno más de los episodios extradeportivos que han rodeado al mundial de Qatar y que iniciaron desde el 2010 cuando se adjudicó a ese país la sede. Entonces se alertó sobre lo absurdo de que el torneo se jugara en un país sin historia futbolera y ubicado además en medio del desierto.

Muy pronto se supo que algunos votos de esa adjudicación se condicionaron por sobornos presuntamente repartidos por la familia Al Thani que, desde hace 70 años, dirige los destinos de la pequeña nación. Esa corrupción llevó a fiscales del distrito este de Nueva York a ingresar en 2015 un dictamen con decenas de acusados, incluido el otrora poderoso presidente de la Concacaf, el trinitario Jack Warner.

Defensores de derechos humanos se han preguntado cómo es que la FIFA se decantó por dar la sede a una monarquía donde están proscritos derechos de mujeres y homosexuales. Las críticas arreciaron al descubrirse que familias de miles de trabajadores muertos durante la construcción acelerada de los estadios, fueron dejadas en el desamparo.

Por todo eso es que en países como Alemania algunos ciudadanos han decidido boicotear al mundial, llegando el reclamo hasta los integrantes de la selección de ese país que posaron para la foto oficial con una mano en la boca luego de que los organizadores impidieran que su portero y capitán, Manuel Neuer, portara un brazalete con los colores del arcoíris, símbolo de la resistencia homosexual.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino ha atajado las críticas y en un discurso dado horas antes de que arrancara el torneo llamó “hipócritas” a empresas occidentales que hacen negocios en el país, a grupos de derechos humanos y medios de comunicación por querer “dar lecciones de moral”.

Como parte del politizado ambiente se juega el USA vs Irán, enfrentamiento que en el Mundial de Francia 1998 tuvo los mismos ingredientes de politización previa provocados por décadas de choques políticos e ideológicos entre los gobiernos de ambos países. Contra todo pronóstico, hace 24 años Irán ganó 2-1 y ahora Estados Unidos va por la revancha.

Incluso los propios jugadores de Irán han evitado cantar su himno nacional como una forma de reclamo a su gobierno por la represión de las protestas tras la muerte de la ciudadana Mahsa Amini. Jugadores de USA han dicho que lo de la bandera fue en apoyo al movimiento de las mujeres iranies así que tal parecer que ambos están de acuerdo en que la violencia y discriminación hacia las mujeres debe acabar.

Mejor que ruede el balón y gane el mejor.

* Juan Alberto Vázquez es corresponsal de Milenio (México) y autor del libro “NXIVM: La secta que sedujo al poder en México”Twitter @juansinatra

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