Los números no cuadran en el bolsillo

Con Kevin McCarthy frente a la presidencia de la Cámara, Biden lanzó la convocatoria a los líderes de los dos partidos mayoritarios, ya que los necesita para aprobar su agenda legislativa y “terminar el trabajo de reconstruir la economía”

Joe Biden durante su su segundo discurso sobre el Estado de la Unión.

Joe Biden durante su su segundo discurso sobre el Estado de la Unión. Crédito: EPA/Jacquelyn Martin | EFE

Como espadachín, y lleno de mordacidad, se defendió el martes el presidente Joe Biden, cargado de mucho optimismo, frente a los abucheos, críticas y hasta aplausos que le apagaban la voz en su segundo discurso del Estado de la Unión ante el Congreso en pleno. También era su primer encuentro con los representantes a la Cámara, ahora bajo el dominio del partido Republicano, quienes pueden amargarle la fiesta en su empeño de sacar adelante iniciativas ambiciosas como la reforma migratoria, con camino a la ciudadanía, que les pidió a los legisladores.

Con Kevin McCarthy frente a la presidencia de la Cámara, Biden lanzó la convocatoria a los líderes de los dos partidos mayoritarios, ya que los necesita para aprobar su agenda legislativa y “terminar el trabajo de reconstruir la economía”.

Igualmente los necesita para conectarse con el pueblo, pues la gente de a pie no parece notar en sus bolsillos la mejoría que él reclamó en su intervención como triunfo del gobierno. Y es más grave porque según la encuesta de la Universidad de Quinnipiac de agosto pasado, es mayor al 40% la desaprobación de la gestión de la Casa Blanca.

Pero Biden en su discurso insistió en que quiere ayudar al bolsillo de las personas y ponerle freno a los pagos de las que llama “tarifas basura” por cobros de los bancos, por los asientos en los aviones y hasta el cargo de “conveniencia” que genera controversia por el papel de Ticketmaster en la venta de boletos para el concierto de Taylor Swift.

Por eso, los abucheos en el capitolio de Washington DC fueron sonoros cuando reclamó como suyos los números que declaran a la baja el índice de inflación, la reducción en el costo de la gasolina y que, como el desempleo se ubica en 3,4%, sería el menor en medio siglo.

El presidente no se dejó callar, y eso hace la fecha histórica, pues el demócrata ya llegó a la segunda  mitad del primer mandato de cuatro años, mientras abundan las especulaciones sobre su posible campaña para la reelección; esto será cuando el partido de oposición defina el candidato que los representará en las elecciones del 2024, es decir justo cuando entremos en la vía de retorno a la normalidad tras la pandemia de covid-19. 

Pero con todo y el gran discurso ante el Congreso, Biden tiene que hacer más para que los electores sientan su esfuerzo, para que no se quede todo en apenas un discurso de político, y en cambio, se crean que es realidad la mejoría de la economía estadounidense que él predica.

Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.

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