Las enfermeras de Montefiore se fueron a huelga y ganaron para los pacientes de El Bronx

Durante años, El Bronx ha calificado (y sigue calificando) en el último lugar de todos los condados del estado de Nueva York en buenos resultados de salud.

Enfermeras NYC Huelga

Enfermeras y enfermeros del Montefiore y Mount Sinai se fueron a la huelga en enero. Crédito: ANGELA WEISS | AFP / Getty Images

Durante tres días de enero, 7 mil enfermeros y enfermeras de la ciudad de Nueva York se fueron a huelga en pleno frío avasallador. Cerca de 4 mil de esas enfermeras eran de Montefiore de El Bronx, donde yo trabajo como enfermera practicante. El resto eran del Mount Sinai de Manhattan.

Los y las enfermeras de los dos hospitales terminamos nuestra huelga una vez que obtuvimos históricas victorias de contratos colectivos de trabajo que protegen a nuestros pacientes a través de dotaciones de enfermeras proporcionales a número de pacientes, y sujetas a cumplimiento obligatorio. En el Bronx, nosotras ganamos además una vía para mejorar la atención inicial general y preventiva para nuestra comunidad, y soluciones para la sobrepoblación en nuestro hospital.

Durante años, El Bronx ha calificado (y sigue calificando) en el último lugar de todos los condados del estado de Nueva York en buenos resultados de salud. Al mismo tiempo, Montefiore, que es la red de hospitales más grande del Bronx, ha reducido el acceso a la atención general y preventiva que nuestros pacientes necesitan tan desesperadamente. Esos recortes han empeorado la sobrepoblación en nuestros Departamentos de Urgencias y han aumentado los tiempos de espera, de por sí ya largos, para las citas de atención inicial general.  

Incluso antes de la pandemia, Montefiore admitía a varios pacientes para ponerlos en camas en los corredores, en lugar de en cuartos de hospital, debido a la sobrepoblación. Con demasiada frecuencia, las enfermeras de Montefiore trabajaron con falta de personal, batallando por dar atención a más pacientes de los que cualquier enfermera sola podía manejar sin riesgos. Pero las cosas empeoraron muchísimo más durante la pandemia, y a las enfermeras se nos presionó hasta nuestro máximo punto de aguante.

En marzo de 2020, yo me enferme de COVID mientras estaba trabajando de enfermera de cabecera en Montefiore. Le llamé a mi esposo y le dije que no podía regresar a casa con nuestros tres hijos esa noche. Yo estaba llorando y temblando, de tanto miedo que tenía. Cuando empecé a desarrollar síntomas respiratorios, pensé que me moriría sola en el cuarto de hotel donde me estaba quedando para aislarme de mi familia. Escribí una nota por si alguien me encontraba muerta, para que supieran de qué cuerpo se iban a estar haciendo cargo. Escribí mi nombre, y que era una esposa, madre y enfermera.

En ese tiempo, mi hija más pequeña cumplió 3 años, y yo le tuve que cantar Feliz cumpleaños por pantalla. Afortunadamente, me recuperé. En cuando di negativo a la prueba, regresé a casa con mi familia y a trabajar de vuelta en el hospital. Pero había muchísimos pacientes todavía muriendo cada día. En esos momentos fui auxiliar de enfermería en la Unidad de Cuidado Intensivo médica en ese momento y los pacientes que llegaban muchas veces no lograban salir del hospital. Un técnico de emergencias médicas vino a la ciudad de Nueva York para ayudar con la pandemia y murió un día en que yo estaba trabajando en esa unidad. Nunca logró regresar a su casa.

Cuando llegó la hora de negociar nuestro primer contrato sindical después de la COVID-19, las enfermeras sabíamos que íbamos a enfrentar una lucha. Pero la pandemia nos había dado más capacidad de resolución de la que nunca antes tuvimos, y nos mantuvimos fuertes para nuestros pacientes. Nuestras máximas prioridades eran la solución a la desigualdad de la salud en el Bronx, y asegurar que hubiera las suficientes enfermeras de cabecera para dar un cuidado seguro.

La gerencia se negó a cumplir nuestras demandas por una mejor atención al paciente. No nos dejaron más opción que irnos a huelga. ¡Y ganamos!

Ahora, por primera vez, tenemos en Montefiore proporciones de dotación de personal sin riesgos, las cuales están sujetas a cumplimiento obligatorio, de pared a pared, incluso en el Departamento de Urgencias. El hospital puede quedar sujeto a multas monetarias por no apegarse a las proporciones del contrato, lo que significa que la gerencia tiene más incentivos para dotar de personal de forma segura a todas las unidades.

Ganamos el compromiso por parte de Montefiore de que buscará financiamiento para renovar nuestros Departamentos de Urgencias, a fin de reducir la sobrepoblación y reabrir una unidad que lleva dos años cerrada, para que los pacientes no tengan que ser admitidos en los pasillos.

Para garantizar que, en un futuro a largo plazo, haya las suficientes enfermeras para los pacientes del Bronx, estamos creando un programa de pasantía, para que los y las estudiantes de enfermería del Bronx puedan entrar en persona y ver cómo es la enfermería en el mundo real en nuestro hospital. Asimismo, ganamos un Programa de Becas para Enfermeras Practicantes para atender la escasez de proveedoras de atención inicial general en El Bronx. Montefiore asignará puestos de enfermeras practicantes, nivel principiante, en sus tres salas de urgencias, para que los pacientes con problemas como presión arterial alta y diabetes puedan obtener la atención que necesitan sin tener que esperar por mucho tiempo, lo que ayudará a aliviar la sobrepoblación.

Las enfermeras de Montefiore estamos eufóricas con nuestra victoria. Votamos por ratificar nuestro contrato con un 97% a favor, pero sabemos que nuestro trabajo no ha terminado. Vamos a seguir organizando para mejorar la atención a los pacientes de El Bronx. Ganamos una extensión a lo largo de 2023 de la Asociación Familiar de la Enfermera —un salvavidas que proporciona atención a domicilio a madres embarazadas y recién nacidos de alto riesgo—, pero no hay ningún plan ni ningún financiamiento para mantener el programa funcionando el próximo año, y ya dejó de recibir a nuevas solicitantes. Seguiremos luchando por el rescate de ese programa esencial.

Necesitamos asegurarnos de que Montefiore se apegue a nuestro contrato y que la gerencia implemente todas nuestras victorias en bien de la atención al paciente y el mejoramiento de las condiciones de trabajo para nuestras enfermeras. Continuaremos trabajando para crear más servicios de atención médica general en El Bronx.

Nuestra lucha no habrá terminado hasta que todos los pacientes de El Bronx puedan tener acceso a la atención médica que necesitan y se merecen.

Johnaira Dilone-Florian es una enfermera practicante

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