El lago Oroville de California se ha vuelto a llenar después varios años de sequía

Las tormentas invernales y el derretimiento de una gruesa capa de hielo en las montañas generaron los millones de litros cúbicos del agua que necesitaba el enorme deposito natural

A través de imágenes satelitales captadas por la NASA se observa la recuperación de los lagos californianos

Ahora se requiere liberar cierto porcentaje del agua acumulada desde el final del invierno en el segundo embalse más grande de California. Crédito: JOSH EDELSON | AFP / Getty Images

Al inicio de esta semana, el lago Oroville, considerado como el segundo embalse más grande de California, reportó haber llegado al 100% de su capacidad, algo no visto a lo largo de los cuatro años de sequía extrema que imperaron en la región.

Debido a la explotación excesiva del agua para el consumo humano y los cultivos, así como a la carencia de precipitaciones pluviales, tanto el lago Oroville como el lago Shasta, el más grande del estado, lucían bastante mermados.

Sin embargo, los 11 ríos atmosféricos de lluvia y nevadas que azotaron a California este año, permitieron la recuperación de ambos embalses, lo cual genera cierto grado de tranquilidad frente a la ola de calor que se está presentando en la mayor parte del territorio nacional.

A través de imágenes satelitales captadas por la NASA se observa la recuperación de los lagos californianos y como buena parte de sus alrededores se notan verdes.

Cabe señalar que la importancia de estos embalses radica en que además de almacenar de agua dulce, ayudan a controlar posibles inundaciones en zonas más bajas del estado y también previenen la filtración de la intrusión de agua salada del Océano Pacífico.

No obstante, varios embalses ahora están tan llenos que requieren liberar cierto porcentaje del agua que han logrado acumular desde el final del invierno, pues deben tener el espacio necesario para la escorrentía de tormentas y el deshielo, factores que podrían causar inundaciones ante el incremento de temperatura registrado este verano.

De cualquier manera, el hecho de volver a apreciar la pureza del liquido vital en los lagos refrenda el compromiso de hacer uso de dicho recurso de una manera más racional, pues de no lo contrario en un par de años podrían volverse imágenes de embalses reducidos a menos de la mitad de su capacidad, lo cual sería bastante riesgoso para las poblaciones que viven en sus alrededores.

Por el momento, los administradores de recursos hídricos estudian la posibilidad de desviar intencionalmente la escorrentía hacia canales o estanques que direccionen el agua hacia el subsuelo, esto como alternativa para aprovechar el excedente.

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