Nueva terapia genética redujo el consumo de alcohol en un 90% en monos “adictos”

Una nueva terapia genética reduce significativamente el consumo de alcohol en monos, lo que ofrece un posible tratamiento para la adicción grave en humanos

Tras el experimento, los monos evitaron beber alcohol casi por completo.

Tras el experimento, los monos evitaron beber alcohol casi por completo. Crédito: JEAN-PHILIPPE KSIAZEK/AFP | Getty Images

Un nuevo estudio ha demostrado el potencial de una nueva terapia genética para reducir la dependencia en un 90% en monos.

Si los hallazgos son acertados en los ensayos en humanos, este enfoque podría revolucionar el tratamiento de la dependencia grave del alcohol, brindando esperanza a las personas que luchan contra el trastorno por consumo de alcohol (AUD).

El trastorno por consumo de alcohol plantea desafíos importantes que afectan el bienestar físico y mental, por lo que es crucial abordar la tendencia de las personas con AUD a recaer.

Esta innovadora terapia genética, cuya información se publica en Nature Medicine, se dirige a los circuitos de recompensa del cerebro, regulados por el neurotransmisor dopamina.

La terapia aprovecha el factor neurotrófico derivado de la glial (GDNF), una proteína vital para mantener la función neuronal dentro de este circuito. En quienes padecen AUD, los niveles de GDNF disminuyen durante los períodos de abstinencia, particularmente en el área tegmental ventral (VTA) del cerebro.

Los investigadores postularon que mejorar la entrega de GDNF a las células VTA mediante terapia génica podría reforzar la señalización dopaminérgica, rompiendo potencialmente el ciclo de la adicción.

“El consumo de alcohol se redujo a casi cero”, dijo en un comunicado la coautora principal, la doctora Kathleen Grant, profesora de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón. 

“Durante meses, estos animales preferían beber agua y simplemente evitaban beber alcohol por completo. Disminuyeron su consumo de alcohol hasta el punto de que era tan bajo que no registramos el nivel de alcohol en sangre”.

En el estudio participaron ocho monos macacos rhesus sometidos a una fase de inducción que implicaba una exposición creciente al alcohol. Posteriormente, los monos tuvieron acceso a alcohol y agua durante 21 horas diarias durante seis meses, seguido de un período de abstinencia de 12 semanas.

Finalmente, la mitad de los monos recibieron terapia génica a través de un vector viral que porta el gen GDNF humano, administrado directamente en el VTA.

El consumo de alcohol conduce a la liberación de dopamina, lo que explica las sensaciones placenteras asociadas con la bebida. Sin embargo, el consumo crónico de alcohol disminuye la liberación de dopamina, alterando la respuesta del cerebro.

El estudio aclara que los adictos al alcohol no necesariamente encuentran más placer en beber, sino que buscan mantener un estado de intoxicación.

Una ventaja clave de la terapia génica es su potencial para soluciones permanentes. Esto ofrece esperanza para los casos graves de AUD.

Con millones de estadounidenses afectados por el AUD, esta investigación podría abordar una importante necesidad clínica no cubierta. En particular, la terapia con vector viral GDNF ya se emplea en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, lo que indica su seguridad.

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, 29.5 millones de personas en Estados Unidos tenían AUD en 2021, incluidos 894,000 jóvenes de entre 12 y 17 años. 

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