22 años después del ataque a las Torres Gemelas: La cicatriz del terror se mantiene intacta en varias generaciones

Para miles de visitantes a la Gran Manzana, el Memorial del 9-11, en el Bajo Manhattan, sigue siendo parte de un lugar para conectar desde varias emociones con una pesadilla. Siguen muriendo bomberos expuestos a los restos de la explosión. Dos nuevas víctimas fueron identificadas

Raquel González como millones de estadounidenses sintió el terror de este ataque a la distancia.

Raquel González como millones de estadounidenses sintió el terror de este ataque a la distancia. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

El mexicano Gilberto González tenía cinco años cuando una noticia en la televisión de su natal Guerrero mostraba imágenes cruentas de un ataque a la ciudad de Nueva York, un sitio que en ese momento solo conocía en películas. Aunque era muy niño, recuerda “como si fuese ayer”, cómo sus padres se estremecían de pánico, porque gran parte de su tíos vivían y trabajaban en ese momento en la Gran Manzana.

La noticia que paralizó al mundo era nada menos, que durante la mañana de aquel 11 de septiembre de 2012, dos aviones, se habían estrellado contra las famosas Torres Gemelas de Nueva York generando fuego y la destrucción de las estructuras. En las primeras, no se sabía nada. Tampoco era claro el número de víctimas. Mucho menos, si era un hecho accidental o un ataque. 

“Recuerdo claramente las imágenes y los reportes en la televisión sobre las torres. Creo que nadie puede olvidar ese día. Era como pensar que una guerra mundial estaba empezando”, cuenta Gilberto, 22 años después, en el monumento Memorial 9/11 en el Bajo Manhattan, el mismo lugar que hace más de dos décadas, observaba con ojos de niño a través de las pantallas, como si se trataba de una película de terror o ciencia ficción.

Afortunadamente, ninguno de los familiares de Gilberto estaban siquiera cerca del ataque.

Ahora cuando por primera vez visita a la capital del mundo, acudió al ya famoso parque memorial que califica como impresionante, pero no deja de reconocer que hay una “atmósfera” distinta a cualquier otro sitio de la ciudad de los rascacielos.

“Es muy emocionante estar aquí. Pasa el tiempo y todavía se siente un ambiente de tristeza. Es interesante venir y saber que en este mismo sitio existió ese desastre, cerca de 3,000 muertos en cuestión de minutos. Eso nos debe recordar que la vida es así de frágil. Por eso debemos vivirla. Estamos aquí hablando, pensando que tenemos futuro. Y quizás es nuestro último día”, refirió el turista azteca.

Gilberto González tenía cinco años cuando vio por televisión las noticias del ataque terrorista rodeado de una familia en pánico. (Foto: F. Martínez)

Desesperación a la distancia

De acuerdo con una encuesta realizada entre Usa Today y la Universidad de Suffolk entre el 60% y el 38% de los encuestados de todo el país, consideran que el ataque terrorista al World Trade Center y al Pentágono, que dejó cerca de 3,000 muertos, cambió la vida de los estadounidenses para siempre. 

Y así fue para la californiana Raquel González, quien trae al presente que en el momento de los ataques se encontraba en Los Ángeles, en donde vive actualmente. Esta jubilada también visitó por primera vez el Memorial del 9/11 este año con un grupo de amigas.

Ese día me entró como una desesperación, porque sentí que todo el país estaba en riesgo y bajo ataque. Creo que independientemente de que estuvieras cerca o lejos, era una sensación terrible de conocer que el hombre es capaz de planificar cosas tan malas”, comentó quien tenía 54 años en aquel momento, que dividió en dos partes, la historia del país.

Desde esas horas terribles, el mundo ha cambiado mucho, interpreta Raquel, al lado de unas de las inmensas caídas de agua, que ocupan hoy parte del perímetro de una de las edificaciones que fueron destruidas.

“Este sitio tiene una energía extraña. Siempre soñé venir a Nueva York y parte de mi itinerario era visitar este lugar. Es difícil asumir que en este parque tan bonito, y con tanta paz, hace años fue la escena de casi un infierno”, dijo.

Aquella mañana del 11 de septiembre, el vuelo 175 de United Airlines y el vuelo 11 de American Airlines despegaron de Boston, con destino a California, cuando los secuestradores los estrellaran contra las torres norte y sur del World Trade Center.

El vuelo 77 de American Airlines chocó contra el Pentágono. Mientras, los pasajeros intentaban evitar que el vuelo 93 de United Airlines fuese estrellado por los secuestradores en Pensilvania.

Eloisa Ruiz: Fueron uno de los momentos de más estrés de mi vida. (Foto: F. Martínez)

Asimismo, Eloisa Ruiz residente de Los Ángeles vino a Nueva York a encontrarse con uno de los momentos que puso en la lista, como uno de los más “estresantes” de su existencia.

“Despertó mucha ansiedad pensar que a todos nos iban a atacar. Especialmente en las ciudades grandes. Este hecho no sólo enlutó a las familias que tristemente tenían afectos allí, sino a todo nuestro país”, reflexionó Eloisa, mientras miraba hacia el horizonte para encontrarse con el recuerdo de personas cayendo desde los edificios para salvarse de las llamas. Una secuencia de escenas de dolor que la marcaron, cuando tenía 54 años.

Otros temores

En otro sentido, el puertorriqueño, Miguel Zabala, hoy tiene 65 años, y vivía en Harlem cuando se registró el ataque. Al paso del tiempo, ha visto la evolución de la denominada ‘Zona Cero’ y no olvida el horror que vivió como neoyorquino, cuando aquella mañana mentes terroristas le dieron un golpe certero, a uno de los emblemas de la capital del mundo.

“Creo que después de esto, lo peor que hemos vivido es la pandemia. En donde obviamente murieron más personas. Siempre pienso, en estos días de conmemoración, que fueron muchos los injustamente asesinados, pero hoy las masacres por guerras, genocidios y los ataques de todo tipo, siguen en muchos países, como en África. Y nadie se entera, porque no son sitios famosos”, razonó.

A la par Zabala, como neoyorquino, piensa que esas políticas de seguridad que se crearon para blindar al país de células terroristas y factores peligrosos, “se están relajando por completo”.

“Cuando observas que ingresan por la frontera con México miles de personas, que ni siquiera tienen claramente una identificación, que compruebe exactamente de dónde vienen y cómo se llaman, sientes que en el país hay una gran fragilidad. Creo que hay una lucha política que se bate en dos extremos. Y ambos lados son peligrosos. Le ruego a Dios y a mis santos, que no sea por un nuevo ataque, que se regule mejor quien ingresa al país por las fronteras”, aseveró el isleño.

Este lunes 11 de Septiembre se leerán en una ceremonia los nombres de cada víctima. (foto: F. Martínez)

Siguen muriendo

Veintidós años después del ataque terrorista más mortífero en la historia de Estados Unidos, y con base a los reportes, rescatistas y oficiales, “siguen muriendo”.

A la fecha, muchos miembros del Departamento de Bomberos (FDNY) siguen reportando enfermedades relacionadas con el 11 de septiembre. En el último año, se confirman 43 decesos. 

Como lo expresó la comisionada del FDNY, Lauren Kavanagh: “Ese ataque sigue cobrando vidas. Ellos son los que pasaron mucho tiempo en las ruinas de las torres, buscando posibles supervivientes y luego, rastreando partes de cuerpos y cualquier evidencia para identificar a las víctimas”.

De hecho, esta semana el FDNY, nuevamente, agregó una bandera para cada uno de sus miembros ahora retirados que, 22 años después, murieron por cuadros de enfermedades que sistemáticamente la ciencia médica ha relacionado con estos sucesos.

A cada uno se le colocó un nombre en un jardín conmemorativo en Brooklyn. Y cada uno recibió una bandera estadounidense: 331 de ellas ahora están en el jardín.

Se proyecta que dentro de un año, el número de oficiales bomberiles, que han perdida la vida en los últimos años, probablemente superará a los miembros que fallecieron cerca de la fecha a los ataques.

Dos nuevas víctimas identificadas

La Ciudad de Nueva York confirmó también esta semana que se han identificado dos otras víctimas de los peores ataques terroristas de la historia de la Gran Manzana.

En este sentido, un hombre y una mujer, se convierten en las personas número 1,648 y 1,649 identificadas por el médico forense de la Ciudad, mediante pruebas avanzadas de ADN de sus restos. Sus nombres se mantienen en reserva a petición de sus familias.

A pesar de los avances forenses, el esfuerzo por identificar los restos de estas víctimas se han prácticamente detenido en los últimos años. Estos dos hallazgos positivos, son las primeras desde septiembre de 2021. La última identificación se realizó en 2019.

Hay más de 1,000 restos humanos de esta tragedia que no han podido ser identificados. Actualmente se encuentran almacenados en el Museo y Memorial Nacional del 11 de Septiembre.

El Dr. Jason Graham, jefe médico forense de la ciudad, dijo que los funcionarios estaban comprometidos a cumplir su promesa de devolver los restos de todas las víctimas del ataque.

“Se trata de la investigación forense más grande y compleja en la historia de nuestro país, nos mantenemos firmes en nuestra misión de utilizar los últimos avances científicos para cumplir esta promesa”, consideró Graham.

Actividades de este 11-S:

  • El Museo y Memorial Nacional del 11 de Septiembre organizará su ceremonia de conmemoración anual este lunes en honor a los miles de hombres, mujeres y niños muertos en los ataques de 2001.
  • La actividad será para los familiares de las víctimas, quienes una vez más han sido invitados a participar en la lectura de los nombres de este año.
  • Los organizadores dijeron que los familiares se reunirán una vez más en la plaza Memorial para recordar a sus seres queridos.
  • A lo largo de la ceremonia se guardarán seis minutos de silencio, coincidiendo con el momento en el cual fue impactada y cayó cada una de las torres del World Trade Center, y los horarios correspondientes al ataque al Pentágono y al accidente del vuelo 93 de United Airlines.

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