Exigen a la gobernadora Hochul firmar Ley de Condenas Injustas

Activistas y excarcelados afirman que beneficiaría a quienes cumplen sentencia sin haber cometido un delito

El defensor del pueblo Jumaane Williams recordó en su discurso los negros, latinos y pobres que han sido privados de la libertad por crímenes que no cometieron.

El defensor del pueblo Jumaane Williams recordó en su discurso los negros, latinos y pobres que han sido privados de la libertad por crímenes que no cometieron. Crédito: Juan Alberto Vázquez | Cortesía

Más de dos docenas de oradores a lo largo de 70 minutos se dirigieron este lunes a un centenar de personas reunidas en el bajo Manhattan para exigirle con encendidos discursos a la Gobernadora del Estado, Kathy Hochul, que firme la Ley de Condenas Injustas luego de que muchos de estos activistas denunciaran que actualmente siguen cumpliendo condenas miles de ciudadanos que no cometieron ningún delito.

A raíz de que el 2 de octubre se conmemora justamente el Día Internacional de las Condenas Injustas, es que se llevó a efecto esta manifestación que transcurrió bajo la sombre de otro proceso: el que tiene sentado al expresidente Donald Trump, en un juicio civil por fraude que se está llevando en la Corte Suprema del Estado de Nueva York.

Y es que muy temprano esta concentración que busca traer alivio a encarcelados de manera injusta se tuvo que mover hacía el Living Memorial Groove a un costado de City Hall ya que la Plaza Foley, sitio original del encuentro, amaneció cubierta por vallas policiacas en la búsqueda de resguardar el orden con motivo de la presencia del expresidente, que suele convocar decenas de seguidores y detractores.

La Ley de Condenas Injustas, que ya fue aprobada por ambas cámaras y espera sólo la firma de la gobernadora, es la razón por la cual Roger “N” acudió a esta concentración, luego de haber estado tres años preso acusado de un asesinato que nunca cometió: “El sistema funciona con mucha corrupción y obliga a tener convictos, y a ellos (los fiscales) no les importa si eres inocente o culpable” murmura mientras el clima del mediodía provoca que su cara brille de sudor.

“Por alguna razón una gran cantidad de personas que están presas en el estado de Nueva York no cometieron ningún delito” sentencia al confesar por qué de aprobarse esta ley no lo beneficiará sólo a él sino que vendrá a ser un alivio para todos los ciudadanos: “El sistema suele condenar a una mayoría de personas que se ven como yo” (es decir afroamericano y pobre). “La gente debe saber que el sistema es corrupto pues tiene buenos fiscales y otros horribles, que simplemente juzgan a ciudadanos por el color de su piel, hay mucho racismo en la impartición de la ley”, articula. Roger acepta que con dificultades ha logrado conseguir empleo pero que “el estigma” sobre su persona sigue presente a pesar de ser exonerado pues sigue teniendo antecedentes penales, algo que desaparecería con la nueva ley. Mientras lo comenta, un orador grita “no más estigma” en un coro que repitan los presentes.

Stan German, Director Ejecutivo de, New York County Defenders Services, secunda a Roger al considerar que “el que no tengamos esta ley aprobada es la ruta para que ciudadanos se declaren culpables sin serlo”. Dice que es práctica común que los fiscales digan a un acusado “si te declaras culpable vas a salir libre y estarás cenando en la noche con tu familia”, promesa que suele ser un engaño. Por lo mismo refiere que en el estado de Nueva York “el declararse culpable no es una vía para la exoneración” y dictamina que “no hay razones aceptables para que la gobernadora no firme esta misma tarde la ley”.

El defensor del pueblo, Jumaane Williams, comenzó su participación manifestando su asombró por los 303 neoyorquinos que han sido exonerados tras de descubrirse que fueron encarcelados de manera injusta. “Imaginen el impacto de esas cientos de personas, en sus familias y comunidades, en sus amigos y vecindario”, se pregunta antes de aclarar que ese número de exonerados inocentes es muy bajo pues los inocentes presos siguen siendo miles.

Detalla que el sistema criminal no se basa en la justicia “pues norteamericanos ricos y blancos eligen la ruta de los peores crímenes, y siguen libres”, y como ejemplo “no lejos de aquí se encuentra Donald Trump en la corte”, dice señalando con su mano hacia donde se halla la Corte Suprema. Adelanta que en el otro lado del espectro, “negros, latinos y pobres han sido puesto en prisión por años por crímenes que no cometieron” reclama el defensor. Le recuerda a la gobernadora Hochul que fue elegida para gobernar para todos y que una buena forma de demostrarlo es firmando esta ley que ofrecería a gente inocente la manera de probar que fueron encarcelados erróneamente.

Lo que la ley busca

La tarde del lunes, los oradores que exigían a la gobernadora firmara la Ley de Impugnación de Condenas Injustas consideran que al aprobarse definitivamente eliminaría la prohibición de declararse culpable en afirmaciones de inocencia reales cuando existan pruebas nuevas y creíbles, no basadas en ADN, de una condena injusta. Proporcionar el derecho a descubrimiento de evidencia posterior a la condena y establecería un marco para la asignación de abogados para aquellos con reclamos de condena injusta.
Y es que Nueva York es uno de los cinco estados de la Unión Americana que no otorga el derecho a un abogado en casos posteriores a la condena, siendo otros dos de los estados en la misma circunstancia Texas y Alabama.

Franklyn, de la organización Valley House “acepta que a pesar de no tener un familiar preso, dice que muchas cosas tiene qué cambiar porque queda claro que las reglas con para pocos y no para todos”. Él también retomó el ejemplo de Donald Trump al decir que “él sigue en la calle a pesar de sus crímenes” lo cual es la muestra de que “la gente con dinero y poder difícilmente es encarcelada”.

Mia Pearlman, co-líder de la organización True Blue NY, escultora y activista de muchos años en el estado de Nueva York, se halla envuelta en un proyecto artístico que a la vez busca la exoneración de un querido amigo suyo “encarcelado injustamente y desde hace 30 años, en el corredor de la muerte y en confinamiento solitario en Ohio por un crimen que no cometió”. Cuenta que ese amigo, quien es escritor, poeta y activista, se llama Keith LaMar (cuya ejecución fue postergada tres años por el gobernador de Ohio Mike DeWine). El año pasado este reo lanzó un disco hecho desde la prisión con el español Alberto Marques quien es esposo de Pearlman, y quien además el 13 de septiembre acaba de publicar también “El Jazz Suena en el corredor de la Muerte” libro de editorial Planeta que cuenta sobre sus esfuerzos por salvar a este acusado. La mayor parte de las regalías del disco y del libro van a parar a la organización Justice for Keith LaMar, que busca primero obtener un perdón y luego la liberación y exoneración completa de Keith.

“El sistema necesita cambiar radicalmente pues tiene una construcción racista y clasista” apuntala Pearlman, quien aclara que es casi imposible para personas de color el tener acceso a las mismas herramientas para su defensa. Dice que suele haber igualmente muchos extranjeros encarcelados y ofrece datos espeluznantes de lo que sucede en Ohio donde tiene un promedio más alto de encarcelados que en El Salvador. “Si Ohio fuera un país tendría la cifra más alta de encarcelados en el mundo”, dice con asombro. 

Es lo mismo en lo que insiste Roger, oriundo de Brooklyn, encarcelado de manera sin merecerlo y quien cuenta que “al permanecer años en la prisión Rikers Island” (una de las peores de todo Estados Unidos), su familia tuvo que invertir dinero atendiendo sus necesidades básicas en prisión, cuidando de su salud mental y haciendo onerosos e injustos gastos legales. Dice con cierta sorna que, al descubrirse su inocencia, “simplemente fui dejado en libertad sin que hubiera siquiera una disculpa de por medio” por lo que pide a la gente entender que “las cárceles están llenas de gente inocente que no necesariamente cometieron el crimen de que se les acusa”.

El asambleísta Harvey Epstein fue otro de los que se presentaron para en el Día Internacional de las Condenas Injustas a presionar a la gobernadora Kathy Hochul. “Esta historia se repite una y otra vez así es que estamos ante la gran oportunidad para que decenas de miles de neoyorquinos no tengan que declararse culpables todo con tal de ver a apoyar a sus familias, ver a sus hijos, de mantener un trabajo y no perder sus viviendas”, pronuncia el asambleísta uno de los más fieros defensores de esta ley.

“Estamos ante la gran oportunidad de revertir muchas de esas cosas ruinosos encarcelamientos”, dijo finalmente Epstein.

También presentes estuvieron miembros de Proyecto Inocencia, de VOCAL-NY (Voices Of Community Activist & Leaders) y del Centro Perlmutter para la Justicia Legal de Cardozo Law.

Todos en el mismo tenor de exigir la firma de la gobernadora para terminar con el tormento que agobia a miles de familias en el estado.

En esta nota

Sistema penal
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain