La crisis en el Distrito Escolar de Ramapo del Este

El inglés no es la lengua materna de la mitad de los alumnos del distrito; muchos hablan español u otros idiomas. Pero el distrito proporciona recursos mínimos para apoyar a los estudiantes de inglés como lengua extranjera (ELL)

Se necesitan recursos lingüsticos para los estudiantes que no hablan inglés.

Se necesitan recursos lingüsticos para los estudiantes que no hablan inglés. Crédito: Frederic J. Brown | AFP / Getty Images

A poca distancia de la ciudad de Nueva York, el futuro de miles de niños latinos es rehén del Distrito Escolar Central de Ramapo del Este, en el Valle del Hudson. 

Crecí en el distrito y asistí a sus escuelas públicas toda mi vida. Todavía tengo familia que va a la escuela allí. Nuestras necesidades han sido continuamente ignoradas y negadas porque la población blanca mayoritaria del distrito envía a sus alumnos a Yeshivas privadas y no tiene ningún interés en financiar las escuelas públicas.   

Aunque se supone que las juntas locales de educación deben servir a la comunidad, año tras año, la junta escolar de mayoría blanca se niega a aprobar un presupuesto escolar justo y sensato, uno que proporcione recursos lingüísticos a los estudiantes que no hablan inglés y arregle los edificios en ruinas y contaminados con plomo en los que los niños se ven obligados a aprender. Necesitamos que los funcionarios estatales que elegimos defiendan a la comunidad latina y exijan que el Estado se haga cargo del distrito escolar.    

El inglés no es la lengua materna de la mitad de los alumnos del distrito; muchos hablan español u otros idiomas. Pero el distrito proporciona recursos mínimos para apoyar a los estudiantes de inglés como lengua extranjera (ELL). Algunos de mis compañeros ni siquiera entendían qué clases tenían a su disposición porque no había profesores ni personal que hablaran su idioma. Se les metía en cualquier clase en la que hubiera sitio, independientemente de su nivel o interés por el tema. Les daban libros de texto que no sabían leer y a cientos de niños les asignaban orientadores con los que no podían comunicarse. Recuerdo incluso que los profesores intentaban hablar con los alumnos utilizando el traductor de Google.    

Es imposible ignorar el racismo que se manifiesta aquí. El 96% de los estudiantes que asisten a nuestras escuelas públicas son latinos, negros o asiáticos, y más del 80% proceden de hogares con dificultades para hacerle frente a los gastos mensuales. Mientras tanto, a las escuelas privadas del distrito asisten casi exclusivamente estudiantes blancos. 

He visto los problemas de Ramapo del Este con mis propios ojos. Hace siete años, cuando yo estaba en Ramapo High School, nuestras fuentes de agua se cerraron debido a la contaminación por plomo –y continúan no funcionando hasta el día de hoy. Caminaba por pasillos llenos de botes de basura para recoger las goteras, me preocupaba que se me cayeran encima las baldosas del techo durante las clases y veía moho en todas partes. Nuestros libros de texto tenían el lomo roto y las páginas podridas, y el aire acondicionado nunca funcionaba. 

Forzar a los estudiantes a aprender sin los recursos adecuados ha tenido un impacto dramático. En 2021, la tasa de abandono escolar de nuestras escuelas, del 20%, era más de tres veces superior a la de los otros siete distritos escolares del condado de Rockland. Casi el 41 por ciento de los estudiantes estaban crónicamente ausentes, y más de la mitad de los cuales son estudiantes ELL.  Ni siquiera la mitad de los estudiantes ELL en Ramapo del Este se gradúa de la escuela secundaria –una tasa de un tercio por debajo de la media estatal.  

Las condiciones no mejoran. Mi prima, que actualmente cursa el primer año de secundaria en el distrito, me cuenta que el año pasado la comida de la cafetería se sirvió congelada durante meses. Tampoco se puede beber el agua del grifo, y las neveras de agua rara vez se rellenan, por lo que muchos alumnos pasan hambre y sed durante las ocho horas de clase.  

Ningún estudiante debería verse obligado a sufrir las condiciones escolares que yo y miles de otros estudiantes latinos sufrimos. Los dirigentes de Nueva York deben hacerse cargo del distrito antes de que sufran más estudiantes como yo.

Keyry Broncano es una exestudiante del distrito escolar de East Ramapo

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