Él Award: Francisco García Quezada

La pasión de Francisco García Quezada, “El profe”, por la docencia afloró desde que era muy joven, cuando daba asesoría de matemáticas a sus compañeros de la secundaria.

“La educación siempre ha sido una prioridad en mi familia”, dijo el profesor García. “La educación es una forma de progresar, decía mi madre”.

Y fue por ello que la matriarca de esta familia emigró primero sola de República Dominicana a Nueva York, y posteriormente mandó a traer a los hijos. A veces tenía hasta tres trabajos para poder proveer lo básico a su familia.

Luego de 36 años en el Distrito Escolar North Rockland Central, donde fue coordinador del Departamento de Idiomas, y donde enseñó clases avanzadas de español, lengua, literatura y cultura, García-Quezada se retiró, pero no del todo.

Actualmente es parte del personal de administración y docente del Centro de Asociaciones Educativas de la Escuela de Posgrado en Educación de la Universidad Fordham, institución donde también estudió una maestría en administración y supervisión en educación.

Como parte de este equipo, García-Quezada desarrolla iniciativas para la Red Regional de Recursos Educativos Bilingües de Nueva York. También es profesor de esta universidad y continúa trabajando como asesor independiente en el desarrollo de currículos, educación social y emocional, lenguas, con estudiantes que están aprendiendo inglés, desarrollo juvenil y con estudiantes inmigrantes.

“Es una carrera muy bella”, dijo el profesor, que ha hecho estudios en las universidades de Columbia, Cornell y Yale, entre otras. ‘Hice muchas amistades; [mis estudiantes] me siguen invitando a bodas y bautizos, y soy compadre de algunos de ellos”.

Ahora, en su nuevo puesto en Fordham, está impartiendo talleres y clases en la misma aula donde alguna vez estudió.

Y por otra parte, lo que tampoco ha concluido para “El profe” son los estudios. Está celebrando que esta misma universidad lo acaba de aceptar en el programa de doctorado de administración educacional y liderazgo, una meta que puso en pausa hace más de tres décadas cuando nació la primera de sus tres hijas.

“Teníamos un deseo de estudiar y de superarnos”, dijo citando al poeta José Martí. “Él dijo, ‘la educación comienza en la cuna y termina en la tumba'”.