Él Awards: Raúl Peñaranda

Raúl Peñaranda Diseñador de Moda

Raul Peñaranda 4A-02

Crédito: Cortesía

Como Raúl Peñaranda fue el primogénito de la familia, su padre planeó hacer de él el mejor futbolista del mundo. Nada estaba más alejado de la realidad.

El día que el patriarca de la familia llevó a su hijo a entrenar a una liga de fútbol de la que era entrenador, quedó más que decepcionado.

“En el primer juego, metí un gol a mi equipo, y es que soy disléxico”, dijo Peñaranda entre carcajadas. “Mi papá sacudió la cabeza de vergüenza, le rompí el corazón; nunca más me llevó al entrenamiento”.

Peñaranda, en cambio, encontró refugio bajo la máquina de coser de su madre, donde se metía para que no lo llevaran a las prácticas de fútbol. Desde ahí, veía cómo ella hacía magia con las telas. Con el retazo de una cortina confeccionaba ropa para las hijas y alcanzaba para hacerle una camisa a él.

“Cuando mi mamá iba a la tienda, sacaba algo del clóset”, dijo. “Yo la veía como la mujer maravilla […], aunque yo no sabía cómo se llamaba eso; ahí empezó mi amor por la moda”.

Así comenzó la historia de este diseñador que antes de poseer su propia marca —que lleva su nombre— pasó por las casas de moda más importantes de Nueva York, entre ellas Óscar de la Renta, Donna Karan, Zac Posen y Tommy Hilfiger.

Pero llegar a las grandes pasarelas del mundo no fue por arte de magia. La pobreza y un intento de secuestro a su padre obligó a la familia a mudarse a Caracas. Luego, una intensa crisis social en Venezuela los hizo emigrar a Miami.

Después Peñaranda se fue a Nueva York, donde trabajaba como botones en un hotel de la Quinta Avenida. Ahí conoció a un huésped ejecutivo de la compañía Donna Karan. En una ocasión, cuando este cliente cumplió años, Peñaranda le hizo una tarjeta con un diseño de su puño y letra.

“Me dijo, ‘tienes un ojo increíble para el color'”, contó. “Luego me dijo que tomara un curso de diseño y me dijo, ‘cuando termines, haz un portafolio, y cuando yo sepa de una vacante [en Donna Karan] te dejo saber'”.

Pasaron seis meses y el ejecutivo cumplió su promesa. Peñaranda competió con 40 diseñadores más y se quedó con el puesto. Luego de pasar por las mencionadas casas de moda, en 2010 lanzó su marca, Raúl Peñaranda.

Desde entonces, muchas cosas han cambiado, menos su meta.

“Mi meta es ser la casa de moda más poderosa del mundo para la nueva generación con un corazón humilde”, dijo.

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