¿Recién llegados a NYC le están quitando empleos a los estadounidenses?

Las comunidades migrantes de color no se recuperan del golpe de la pandemia.

En los hechos, la gran masa de nuevos migrantes en NYC, por múltiples razones, caminan por el borde del subempleo, la informalidad y la desocupación laboral

En los hechos, la gran masa de nuevos migrantes en NYC, por múltiples razones, caminan por el borde del subempleo, la informalidad y la desocupación laboral Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Un análisis del Centro de Asuntos de NYC (CNYCA) de The New School desbarató por completo, con comprobaciones numéricas la línea discursiva de la campaña de Donald Trump, en donde se asegura que los migrantes recién llegados le están arrebatando puestos laborales a los negros, y en general, a todos los nacidos en Estados Unidos.

Por el contrario, las ecuaciones muestran que las cifras de desempleo en las comunidades migrantes están muy altas si se contrasta con los ciudadanos estadounidenses. Más aún, si se compara con la participación laboral, aplastantemente mayoritaria de los blancos.

En todas estas cuentas, los “recién llegados” no tienen casi ninguna incidencia.

Pues como señalan algunos expertos, entran mayoritariamente en el renglón de “subempleados” temporales, que en general no tienen las herramientas para competir en casi ningún mercado laboral formal.

“La participación en la fuerza laboral de los neoyorquinos nacidos en Estados Unidos, en edad productiva, está en este momento en un máximo histórico”, concluyó este centro, luego de ponderar datos del Departamento de Trabajo.

La otra deducción de estos análisis, es que si los nuevos inmigrante están teniendo algún impacto en el mercado laboral, es solo dentro del grupo que más se les parece, es decir otros inmigrantes.

En la línea gruesa de esta investigación, se subraya que “no hay evidencia de que los recién llegados hayan afectado el acceso al empleo para los neoyorquinos negros, blancos o nacidos en Estados Unidos, que buscan trabajo”.

Desde el segundo trimestre de 2022, hasta el primer trimestre de 2024, tanto en la ciudad de Nueva York como en el país, la tasa de desempleo de los “no ciudadanos” ha aumentado sin pausas.

Como especifica el estudio de CNYCA, este período de tiempo en el caso de la Gran Manzana es importante por dos razones. Primero, porque fue en la primavera de 2022 cuando los migrantes comenzaron a llegar en autobuses a la ciudad de Nueva York. En segundo lugar, porque durante estos meses, la Reserva Federal aumentó las tasas de interés, con la intención de combatir la inflación.

Los “no ciudadanos” vs “nacidos aquí”

De hecho, como está claramente validado estadísticamente, por primera vez en muchos años, la participación en la fuerza laboral de los nacidos en Estados Unidos, y en edad productiva, está en su nivel más alto en la Gran Manzana. En este momento de 2024 todo coincide con las cifras nacionales. En la ciudad la tendencia histórica, es que esta tasa, suele ser más baja.

“Vivir en una ciudad donde se estima que el 36.3% de la población en edad laboral es migrante y donde han llegado más de 200,000 nuevos inmigrantes, desde la primavera de 2022, no parece tener un impacto negativo en el deseo de trabajar de los neoyorquinos nacidos en el país”, se concluye.

Para el año 2020, en la ciudad de Nueva York, la tasa de desempleo para los blanco alcanzaba un 1.9%, para los negros un 10% y los hispanos un 8.8%. Esta tendencia se mantiene cuatro años después: los nacidos en el país muestran un 4.3% de desocupación, mientras que los hispanos tienen un porcentaje de desempleo de 6.4% y los negros 7.2%. 

De todos los grupos étnicos, en los primeros meses de lo que va de año, los blancos, ocupan el primer lugar en el podio de la ocupación laboral. La tasa de desempleo se midió en este grupo en 2.8%, derivado de la microdata de censos oficiales.

Se comprueba que luego de la pandemia, está muy claro que los trabajadores negros e hispanos, independientemente de su estatus migratorio, experimentan sin dudas, el desempleo más alto. Y peor aún, los “no ciudadanos” son el único grupo que vio un aumento en el desempleo, en los últimos dos años.

Mientras en 2020 la tasa de desempleo de los “no ciudadanos” alcanzaba el 2.8%, ahora en 2024 escaló al 6.3%.

“No hay casi trabajo”

Entre la comunidad hispana migrante de la Gran Manzana, tanto la recién llegada, como la de larga presencia, es muy fácil lograr un consenso: es duro ahora conseguir un trabajo de cierta calidad si no tienes ciertas habilidades.

Hace 15 años yo tenía un trabajo de limpieza, sindicalizado, con mis seguros y todo. El edificio financiero del Bajo Manhattan cerró porque todos los financieros, ahora trabajan en la casa. Ahora solo me llaman una vez a la semana para hacer mantenimiento”, comenta Diana López, una migrante dominicana.

Diana asegura que lo que sí afecta el mercado laboral es que miles de recién llegados por su “extrema necesidad” aceptan trabajos por “cinco pesos”, afectando los avances salariales que se han logrado durante años.

“Obviamente ellos pueden darse el lujo de trabajar por cualquier cosa porque no pagan renta y le cubren todas sus comidas”, expresó.

Entre la masa migratoria que vino a Nueva York, desde la primavera de 2022, existe la certeza que es muy difícil conseguir un trabajo que no sea de deliverista o “chances”, porque hasta para la construcción hay ahora muchos requisitos.

“Es ridículo pensar que nosotros sin hablar inglés, que venimos a trabajar, en condiciones inhumanas en lo que sea, le venimos a quitar el puesto de trabajo a un blanco. La mayoría de nosotros aquí en el refugio duramos meses antes de ganarnos el primer pesito. Y haciendo cualquier cosa”, dijo Guillermo Rodríguez, un ecuatoriano que está alojado con su familia en un hotel refugio de Manhattan.

Otra anécdota de la venezolana Teresa Simonovis muestra que siendo enfermera en su país, llegó hace un año, y solo se ha dedicado a limpiar ocasionalmente casas.

“Fíjate que en todos lados dicen que aquí hacen faltan miles de enfermeras, pero tendrán que pasar muchos años para yo poder lograr ese objetivo. Porque yo no hablo papa (nada) de inglés. Ni tengo papeles”, comentó.

Una encuesta realizada por Make The Road NY, Hester St y Afrikana, en febrero de 2024 a 586 migrantes, comprueba cómo apenas el 3% ha conseguido un trabajo realmente estable y el 95% está batallando cómo sobrevivir y salir del sistema de refugios. 

Del total de consultados solo 18 contaban con un empleo de cierta estabilidad.

Hildalyn Colón es directora adjunta de New Immigrant Community Empowerment (NICE), en Queens. (Foto; Fernando Martínez)

Hay ofertas de trabajo, pero…

En este sentido, Hildalyn Colón, directora adjunta, de New Immigrant Community Empowerment (NICE), en Queens, recuerda que la retórica de acusar a los nuevos migrantes de quitar puestos de trabajos a los nacidos aquí no es nada nuevo. Solo que se recrudece cada cierto tiempo.

“Lo que observamos es que los migrantes, especialmente los recién llegados, están lamentablemente sometidos al subempleo. Y otros, quienes inclusive podrían estar capacitados para ciertas posiciones, no tienen herramientas básicas como el inglés, por citar solo un caso”, destacó.

La activista remarca que el mercado laboral post pandémico, se está reestructurando en Nueva York. Se observa una alta demanda de trabajadores en varias áreas. Aunque los hechos confirman que muchos hispanos, se han quedado rezagados, porque inclusive teniendo los documentos para trabajar, no reúnen ciertas capacidades que el nuevo mercado global y digital ahora exige.

Colón cita casos de empleos en la economía renovable o verde, también en atención telefónica al cliente, que van en ascenso. Pero a los cuales miles de inmigrantes desocupados, no pueden optar.

“Lo primero que hay que desmitificar, es que solo con tener un permiso de trabajo, automáticamente eso significa la aparición de un empleo de calidad. Hay gente de nuestra comunidad, que por ejemplo, nunca ha ido a una entrevista de trabajo. No pueden comunicarse en inglés, en lo mínimo. Nunca han hecho un resumen curricular. Esa son realmente parte de las trabas”, aseveró.

Antes y después de la pandemia

Hay referencias claras que la ciudad de Nueva York, sufrió un shock más severo y una recuperación más lenta luego de la crisis de salud pública de 2020, lo que ha tenido un impacto desproporcionado en los grupos históricamente desfavorecidos en el mercado laboral, en particular los trabajadores negros e hispanos, los jóvenes y quienes no tienen un título universitario.

Por ejemplo, los blancos, asiático-americanos e isleños del Pacífico (AAPI) y los ciudadanos naturalizados de todos los grupos raciales/étnicos, siguen teniendo las tasas de desempleo más bajas. 

“Los trabajadores hispanos, tienen la segunda tasa de desempleo más alta. Todas estas tendencias eran ciertas antes de la pandemia. Y siguen siendo ciertas hoy”, destaca el reporte.

La tesis expuesta por CNYCA, habla de una experiencia económica de la ciudad de Nueva York posterior a la COVID-19 como un ejemplo del impacto desproporcionado de la “segregación industrial en los trabajadores de color en particular”.

En general, se comprueba que los empleos en ciertas industrias, como el comercio minorista y la construcción, disminuyeron. Mientras que los empleos en otros sectores, como la atención médica domiciliaria, aumentaron.

Además, se especifica, que las altas tasas de desempleo, entre los trabajadores negros e hispanos, indican que estos grupos, han enfrentado las mayores barreras para pasar a industrias en las que históricamente, han estado subrepresentados.

El dato:

  • 4.3% es el porcentaje de desocupación de la población económicamente activa en la ciudad de Nueva York, nacida en Estados Unidos. Mientras que los hispanos tienen un porcentaje de desempleo de 6.4% y los negros 7.2%. 

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