Las mujeres y la crisis climática: Un llamado urgente a la acción y la inclusión

La guerra de la administración Trump contra la "conciencia" está normalizando y legitimando los ataques directos contra las mujeres y los inmigrantes por igual,

Es imposible ignorar las crecientes pruebas científicas de que los efectos del cambio climático.

Es imposible ignorar las crecientes pruebas científicas de que los efectos del cambio climático. Crédito: Shutterstock

Este mes celebramos a las mujeres que dedican su vida a luchar por la equidad y cuyo trabajo ha contribuido a que las mujeres tengan por fin un sitio en la mesa donde se toman las decisiones. Mientras reflexiono sobre los logros de quienes me precedieron y trabajan a mi lado ahora, no puedo evitar pensar en mi propio camino hacia la abogacía climática, un camino que comenzó en mi adolescencia, cuando las injusticias que veía a mi alrededor me impulsaron a actuar. 

Las desigualdades han estado presentes en mi vida desde que tengo uso de razón. Al haber nacido y crecido en Colombia, fui testigo de atrocidades desgarradoras desde una edad temprana. Mientras otros las veían en las noticias, yo las veía desarrollarse en mi propia comunidad. Estas experiencias me marcaron profundamente y me llevaron a preguntarme: ¿Por qué estaba ocurriendo esto? ¿Y cómo podía ayudar a cambiarlo? Con apenas 15 años, estaba decidida a formar parte de la solución. Así empezó mi trayectoria como activista en defensa de la equidad para los seres humanos (y también para los animales), una pasión que ha marcado las dos últimas décadas de mi vida.  

Hoy, como madre, inmigrante, latina y activista, vivo en Estados Unidos, donde sigo viendo cómo la injusticia se manifiesta y causa estragos en las vidas de personas que se parecen a mí. La guerra de la administración Trump contra la “conciencia” está normalizando y legitimando los ataques directos contra las mujeres y los inmigrantes por igual, pero los ataques menos directos también me preocupan. En concreto, me preocupa cómo nos perjudicarán las estrategias de esta administración para socavar las protecciones climáticas críticas. 

Es imposible ignorar las crecientes pruebas científicas de que los efectos del cambio climático son cada vez más intensos y extremos y las mujeres se encuentran entre quienes más los sufren. El cambio climático es un “multiplicador de amenazas”, lo que significa que tiene el potencial de empeorar los problemas existentes. Un estudio publicado en The Lancet reveló que los casos de violencia de género se disparan tras los fenómenos meteorológicos extremos, que se prevé que aumenten debido al cambio climático provocado por el hombre.

La amenaza para las mujeres embarazadas es aún mayor, ya que sus cuerpos -y los bebés en desarrollo- son especialmente vulnerables a los peligros del calor extremo y la contaminación y las mujeres negras y latinas se encuentran entre las más afectadas. Cuando estaba embarazada de mi hijo, me diagnosticaron preeclampsia, una enfermedad que amenazó nuestras vidas. Ahora sé que la exposición a la contaminación atmosférica puede aumentar las probabilidades de padecer esta enfermedad. Vivir con preeclampsia es una experiencia que no le desearía a nadie, y por eso ahora trabajo con Moms Clean Air Force y EcoMadres para proteger a las generaciones futuras de los daños medioambientales, que van mucho más allá de la preeclampsia. 

A medida que nuestra nación aborda esta crisis de salud femenina es fundamental que las mujeres formen parte de la solución. Ahora mismo, las mujeres están muy poco representadas en la política climática y en la toma de decisiones. Dejar a las mujeres fuera de las decisiones que podrían afectar a su propia salud nos pone en riesgo de crear políticas climáticas más débiles que dejen atrás a las mujeres y las niñas. 

Por eso insto a todos los líderes a que incluyan a las mujeres en la formulación de políticas climáticas y tengan en cuenta cómo les afectarán las decisiones. Sólo así podremos construir un sistema más sólido, inclusivo y eficaz para hacer frente a la crisis climática, protegiendo especialmente a quienes están en primera línea de impacto y a quienes históricamente han sido marginadas.  

En el Mes de la Historia de la Mujer, hacemos un llamado a la acción, pidiendo las oportunidades y protecciones que la sociedad aún nos debe. La lucha por un planeta más justo y saludable es también una lucha por la igualdad de género. En Moms Clean Air Force y EcoMadres, como madres, hijas y defensoras del medio ambiente, luchamos cada día para empoderar a las mujeres para que usen su voz y exijan un lugar en la mesa, porque nuestra salud y el futuro de nuestros hijos dependen de ello.

 Luz Drada, Coordinadora de Programas de EcoMadres

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