Mujeres Destacadas 2025: Camila Ramón

Camila Ramón pensaba que tenía el trabajo de sus sueños: estaba en una agencia de relaciones públicas y representaba empresas estadounidenses en Latinoamérica y el Caribe.

“Me gustaba el concepto de trabajar con Latinoamérica, pero no estaba feliz porque yo era una persona que siempre vivía en movimiento”.

En los tres años que estuvo en esa compañía no estaba entrenando casi nada hasta que, seis meses antes de renunciar comenzó con actividades físicas solo para darse cuenta de que tenía una relación muy negativa con su cuerpo.

“Me decía cosas feas, me frustraba mucho”, dijo. “Estaba entrenando para ver cambios estéticos”.

Un día, después de haber corrido seis millas y sentir que había sido algo desafiante para su cuerpo, Camila tuvo una revelación.

“Dije, ‘no me puedo hablar así’, y empecé a sanar mi relación con mi cuerpo y con mi ser, y desde entonces comencé a entrenar para sentirme bien, para agradecerle a mi cuerpo, para estar bien mentalmente”, dijo Camila, cuya familia emigró de Argentina cuando ella tenía 7 años.

Camila dejó su trabajo y comenzó a lanzar programas en los que generaba diálogos sobre la importancia de no solo lucir una buena apariencia física, sino de gozar de bienestar mental.

Un día, cuando su vida como atleta se había equilibrado, le envió un correo electrónico al director ejecutivo de Peloton, una compañía que además de fabricar equipo para hacer ejercicio tiene una plataforma en línea para hacer ejercicio, y le explicó por qué debía contratarla.

Para su sorpresa, el ejecutivo —a quien no conocía—, le contestó de inmediato y después Camila se sometió a una serie de rigurosas entrevistas. Luego de esperar durante un mes, fue contratada.

Con su llegada a Peloton, Camila se convirtió en la primera entrenadora latina en esa corporación y la primera instructora que daba clases en español y en inglés. Y porque incluye humor, reguetón, rock en español, salsa y otros ritmos latinos en sus clases, se autoproclamó “la princesa del perreo” de Peloton.

“El perreo sana y estimula el cerebro”, dijo. “Y no lo digo yo, lo dice la ciencia”.