Kilmar Ábrego seguirá detenido mientras corte evalúa riesgo de deportación exprés
La jueza Barbara Holmes decidió mantener en prisión al salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien había sido deportado por error por el gobierno de Trump

Katheryn Millwee sostiene un cartel con la imagen de Kilmar Armando Abrego García frente al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Medio de Tennessee el día de una audiencia para revisar las condiciones de liberación de García, en Nashville, Tennessee, EE. UU., el 25 de junio de 2025. Crédito: EPA/JOHN AMIS | EFE
Kilmar Ábrego García, el salvadoreño deportado por error por el Gobierno de Donald Trump, continuará detenido en Tennessee mientras un tribunal federal analiza el riesgo de que pueda ser expulsado de forma precipitada si es entregado a las autoridades migratorias. Así lo determinó este miércoles la jueza Barbara Holmes durante una audiencia celebrada en Nashville.
La magistrada había autorizado la liberación de Ábrego la semana pasada al considerar que no representaba peligro para la comunidad ni riesgo de fuga.
Sin embargo, advirtió que el migrante pasaría “probablemente” a custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lo que reavivó las alarmas de su defensa ante una posible deportación inmediata.
Durante la audiencia, Holmes cuestionó qué garantías existirían para evitar que Ábrego fuese expulsado del país sin completar el proceso judicial que enfrenta en Estados Unidos por presuntamente transportar a personas indocumentadas.
La fiscalía alegó que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) opera de forma independiente y que no puede asegurar dónde quedaría bajo custodia el acusado si pasa a manos de ICE.
“Intentaremos seguir las órdenes de la corte lo más que podamos, pero tenemos limitaciones”, afirmó uno de los abogados del Gobierno.
La defensa de Ábrego, en cambio, sostuvo que sí existe coordinación entre las agencias y que existe un riesgo real de deportación, por lo que pidieron que se garantice su permanencia en el país hasta que se resuelva su caso.
Holmes dio plazo hasta el jueves al mediodía para que ambas partes presenten argumentos adicionales sobre el tema.
Durante la audiencia, Ábrego compareció vestido con uniforme carcelario rojo, gorra negra y audífonos de traducción simultánea. Su esposa, Jennifer González, lo acompañó desde la primera fila del tribunal.
Más temprano, González expresó su preocupación ante la prensa: “Kilmar se ha perdido cumpleaños, graduaciones y días del padre. Hoy se pierde nuestro aniversario de bodas”.
El caso de Ábrego
Ábrego, quien vivía en Maryland desde hace más de una década, fue deportado en abril junto con más de 200 migrantes enviados al CECOT, la megacárcel de máxima seguridad en El Salvador. Su expulsión fue declarada ilegal tanto por el Tribunal Supremo como por una jueza federal en Maryland, y el Gobierno estadounidense se vio forzado a repatriarlo el 6 de junio.
Poco después, la fiscalía presentó cargos en su contra por supuestamente haber transportado migrantes indocumentados desde Texas a otros estados en 2022, acusaciones que el salvadoreño niega.
El caso ha provocado un nuevo roce entre el sistema judicial y el Ejecutivo, al tiempo que ha sido señalado por activistas como ejemplo de los abusos derivados de la política de deportaciones masivas impulsada por la Administración Trump.
El Gobierno ha intentado vincular públicamente a Ábrego con pandillas, aunque no había sido acusado de ningún delito hasta su reciente retorno.
La jueza Holmes, por su parte, insistió en que su deber es garantizarle el debido proceso. También cuestionó la fiabilidad de los testigos presentados por la fiscalía, calificando sus relatos de “rumores” y señalando que buscaban beneficios migratorios a cambio de su cooperación.
Con información de EFE.