Los memos secretos que llevaron a la invasión en Irak
Hay secretos de Estado que te conviene conocer
“Es mejor que nosotros actúemos ahora y expliquemos y justifiquemos nuestras acciones, que dejar que sea demasiado tarde y, posiblemente, una catástrofe peor ocurra”.
Lo anterior fue una de las justificaciones que dio el ex primer ministro británico Tony Blair al presidente estadounidense George W. Bush para invadir Irak.
El intercambio forma parte de una serie de notas y memos sobre la participación de Reino Unido en la Guerra de Irak que se hicieron públicos este miércoles. El informe de la investigación, liderada por John Chilcot y de una duracion de siete años, suma 2.5 millones palabras. Pero, las que se refieren a las comunicaciones privadas entre estos mandatarios son quizás las más reveladoras, ya que confirman el amplio poder que tuvo Blair sobre Bush y cómo su influencia pudo haber precipitado la intervención militar.
La cita que encabeza está contenida en un envío del 12 de septiembre de 2001, un día después de los ataques a las Torres Gemelas, en Nueva York, por parte de Al Qaeda.
La lógica del funcionario británico parece ser la de “es mejor pedir perdón que permiso”, por lo que a su juicio era necesario actuar bajo el argumento de las supuestas armas de destrucción masiva (WMD).
Aunque el memo no menciona directamente Irak, la alerta fue clara: “Nosotros sabemos que hay países e individuos comerciando con WMD y/o tratando de adquirirlas. Nosotros necesitamos un nivel de sanciones y presiones para detener esto”, continuó Blair.
En otra nota, enviada por Blair a Bush, el 28 de julio de 2002 el primer ministro mostraba su fidelidad al estadounidense.
“Estaré contigo, pase lo que pase. Pero este es el momento para evaluar francamente las dificultades”, escribió. Blair estaba consciente que la intervención en Irak sería más dificil que la de Afganistán, Kosovo o la Guerra del Golfo.
A finales de 2001, el lider británico le recomendó a Bush enfocarse en la campaña en Afganistán y no mezclar ambos objetivos, sin dejar de insistir en que ambos establecerían una “estrategia inteligente” para remover a Saddam Hussein.
Poco antes de la invasión en Irak, Blair presionó al presidente para que buscara una segunda resolución en las Naciones Unidas (ONU) que permitiera la intervención en Irak.
Blair solía despedirse de su aliado con la frase: “Tuyo siempre”.