Trump arrecia ataques contra Alicia Machado y su “video sexual”
El republicano también insinuó que Hillary Clinton ayudó a la ex Miss Universo a obtener la ciudadanía estadounidense para "usarla en el debate"
Washington.- El aspirante presidencial republicano, Donald Trump, madrugó este viernes para atacar el pasado nebuloso de la ex Miss Universo venezolana Alicia Machado, y cuestionar la estrategia de su rival demócrata, Hillary Clinton, cuando quedan seis semanas para los comicios y la controversia sigue dominando el ciclo de noticias.
Machado, de 39 años, se ha convertido en una aliada de la campaña de Clinton, quien la ha utilizado para destacar el historial de ataques de Trump contra las mujeres.
Clinton la mencionó en el primer debate presidencial la noche del pasado lunes para recordar a los votantes que Trump llamó a Machado “Miss Piggy” y “Miss Housekeeping”, como parte de un patrón de ataques misóginos.
Trump mordió el anzuelo y al día siguiente insistió en que Machado aumentó una “masiva cantidad de peso” y eso se había convertido en un “problema real” después de coronarse Miss Universo en 1996, cuando él había comprado la organización a cargo del concurso.
En varios mensajes en Twitter poco después de las 5 a.m. hora del Este, Trump mencionó un “video sexual” que grabó Machado, y aludió a su “pasado” de presuntos problemas con la justicia, además de que insinuó que Clinton la ayudó a obtener la ciudadanía para “usarla en el debate”.
A finales de la década de los 90, Machado habría ayudado a un exnovio a evadir la justicia por intento de homicidio al conducirlo en un vehículo lejos de la escena del crimen. Machado nunca afrontó cargos y negó haber amenazado al juez a cargo del juicio en Venezuela.
Como es su costumbre, Trump no sólo no ha pedido disculpas, sino que ahora intenta desenterrar el pasado de Machado, y utilizarlo en contra de Clinton.
Clinton no perdió el tiempo, y este mismo viernes le respondió en una serie de mensajes, criticando su cordura y exigiendo respeto a Machado.
La controversia, alimentada como dimes y diretes, sólo crece. Machado acudió a su cuenta en Instagram y en Twitter para responderle a Trump.
En varias entrevistas televisivas, Machado ha dejado en claro que “todo el mundo tiene un pasado” y que ella no ha sido una “santita” ni una “Madre Teresa”, pero que el punto ahora es el maltrato que tuvo de Trump, y su misoginia.
En declaraciones a este diario, la directora de asuntos latinos de la campaña de Clinton, Lorella Praeli, dijo este viernes que Trump “ha caído en lo más bajo” al intentar desacreditar la ciudadanía de Machado con “paranóicas teorías de conspiración” porque la modelo obtuvo la ciudadanía “por su hija, su madre, y su amor a este país”.
“Donald Trump debería tener vergüenza”, enfatizó Praeli.
La campaña de Clinton, que incluso ha difundido anuncios con Machado, no ha querido precisar si investigó a fondo el pasado de la ex reina de belleza, pero una portavoz, Jennifer Palmieri, dijo el miércoles pasado que a Trump le toca “dejar de acosar de una vez por todas” a la actriz y modelo.
Mientras, una portavoz de Trump, Jessica Ditto, se quejó esta semana de que Machado se ha prestado a una “campaña de difamación” contra el magnate empresarial para atraer titulares.
Es que, en los últimos días, la maquinaria demócrata y aliados de Clinton también han querido sacar jugo a la controversia, con una tormenta que amenaza con frenar cualquier avance de Trump en las encuestas.
Iris Martínez, funcionaria de Comité Nacional Demócrata (DNC), dijo este viernes que Trump solo demuestra que no es apto para la presidencia y que el país merece a “líderes que respeten a las mujeres y a los latinos, y que quieran expandir oportunidades para los americanos de todos los orígenes”, dijo martínez.
En círculos conservadores, tanto líderes como estrategas se quejan de que Trump está desperdiciando el tiempo atacando a Machado y quejándose sobre su pobre desempeño en el primer debate, en vez de volver la atención a temas contundentes para el electorado.
A seis semanas de los comicios generales, con esta táctica Trump sólo insufla más vida a la controversia y a la mala prensa que está generando, y que le corresponde centrar la atención a los puntos débiles de Clinton, según observadores.