Obama y los 15 para el olvido
“No podemos esperar”, dijo la semana pasada el presidente Barack Obama. Luego anunció órdenes ejecutivas que en concreto aliviarán la angustia de millones de estadounidenses agobiados por la deuda hipotecaria y por los préstamos estudiantiles; auxiliarán a los veteranos con conocimiento médico a incorporarse a la fuerza laboral y facilitarán el nexo entre el sector privado y el gobierno para la investigación.
Es indudable que los anuncios tuvieron un ambiente de campaña electoral. Fue una hábil manera de señalar a la Cámara de Representantes de que tiene detenida la propuesta del mandatario para generar empleos mediante recortes de impuestos e inversión en infraestructura humana y material.
Al estar bloqueado ese paso para la propuesta, Obama dijo que esos asuntos no pueden esperar y actuó eludiendo al Congreso. Ya era hora de que el mandatario eligiera este rumbo.
Pero más allá del proselitismo, la mayoría de las medidas son un salvavidas para millones de personas, y esto no debe perderse de vista.
Al mismo tiempo, los republicanos de la Cámara Baja identificaron 15 proyectos de ley, que esperan su turno en el Senado, como la base de su propuesta de empleos para contrarrestar la estrategia de la Casa Blanca.
La mayoría de “los 15 olvidados”- según los llaman los republicanos- reducen las regulaciones sobre el agua, el aire y debilita las normas de la Agencia de Protección al Medio Ambiente en cuanto al carbón, cemento, calderas industriales e incineradores. Tres medidas reabren la explotación petrolera en alta mar; otra crea un oleaducto desde Canadá; una más se opone a las normas de neutralidad en la Internet y hay una que pospone indefinidamente la entrada en vigor del Buró de Protección al Consumidor, creado por la reforma financiera.
Es cierto que muchas regulaciones gubernamentales merecen una revisión, pero estos proyectos son el camino equivocado.
Demás está decir que no existe una conexión directa clara entre la desregulación de un sector productivo y la creación de empleo. Todavía es más difícil aceptar que haya que contaminar el agua y el aire o ayudar a la industria petrolera y desproteger al consumidor financiero para reducir el desempleo.
En Washington hay una sola propuesta para crear empleos y que toca directamente a la persona. Es lamentable que esta sea bloqueada y que como alternativa se presenten estos 15 proyectos que merecen ser olvidados.
Impremedia/La Opinion