Cómo desarrollar la ‘inteligencia emocional’ en los niños
Expertos ofrecen consejos para que tus hijos sepan cómo reconocer y autoregular sus emociones
Gritan, lloran, se arrojan al suelo, patalean, manotean, escupen o halan el cabello.
Estas son algunas de las acciones que los niños comúnmente utilizan en la primera etapa de la infancia para expresar lo que sienten, pero que poco a poco los padres deben ir corrigiendo con paciencia y cariño en el proceso de ayudarlos a desarrollar su ‘inteligencia emocional’.
“El empezar a desarrollar en el menor, desde muy temprana edad, la habilidad de la autoregulación de las emociones es fundamental para su desarrollo individual, al igual que para su capacidad de integración a la sociedad”, asegura la Dra. Rebecca Peterson, especializada en terapia de parejas y familia.
Y es que como explica la psicóloga, basada en Sherman Oaks (CA), los seres humanos que aprenden cómo autocontrolar sus emociones desde niños, logran desarrollar al máximo sus habilidades, tienen una mejor autoestima, se relacionan mejor con los demás y tiene la capacidad de resolver con tranquilidad y efectividad sus problemas y conflictos.
Y esto se debe a que, como lo define el Dr. Daniel Goleman —autor del bestseller “Emotional Intelligence and Social Intelligence: Goleman” (1996)—, la inteligencia emocional abarca la conciencia, comprensión, motivación, empatía y las habilidades sociales. Ingredientes que permiten desarrollar la capacidad de expresar y gestionar las propias emociones; frenar los impulsos; ser más amables y sociables; ser más sensibles y comprensivos frente a los sentimientos de los demás y tomar decisiones efectivas que conducen al éxito en todas las facetas de la vida.
Como vemos, los beneficios de desarrollar una buena inteligencia emocional son múltiples. “Y entre más pronto el menor logre el autocontrol de sus emociones, éste desarrollará pronto su capacidad para afrontar las situaciones que se le presentan y reaccionar ante ellas con una conducta inteligente sin caer en la ansiedad, la depresión, el miedo, la ira, el capricho, el bullying o la agresión”, especifica la psicoterapeuta.
Estudios también han demostrado que quienes desarrollan la inteligencia emocional desde temprana edad, estos alcanzan el potencial de desarrollar un coeficiente de inteligencia que los conduce al éxito seguro en la adultez.
“De nada sirve los estudios académicos de una persona si no aprendió a vivir”, resalta por su parte la Dra. Ana Nogales, especializada en psicología y con práctica de los condados de Los Ángeles y Orange. “Para aprender a vivir hay que desarrollar esa inteligencia emocional que nos permite superarnos y valorar la vida, respetándonos y respetando a los demás, aprendiendo de las experiencias y sabiendo pedir ayuda cuando lo necesitamos”.
Cómo desarrollarla
A través de sus investigaciones, el Dr. John Gottman —investigador, coach y creador del Love Lab (que efectúa estudios para descubrir herramientas que ayudan a mejorar la relación de pareja)— ha identificado estos cinco puntos básicos que ayudan a los padres a enseñarles a sus hijos a identificar sus emociones y tener autocontrol de ellas:
1. Ser consciente de las emociones de los hijos
Para un buen desarrollo de la inteligencia emocional a partir de la infancia, los padres deben conocer bien a sus hijos, ser conscientes de sus propios sentimientos y sensibles a las emociones de sus retoños. “Cuando los padres conocen bien a sus hijos, no se requiere que estos amplíen su expresión emocional para que los sentimientos sean reconocidos”, asegura el investigador.
2. Ver las emociones como una oportunidad para la conexión y la enseñanza
Muchos padres ven las emociones de los niños como un inconveniente o un desafío y se desesperan o reaccionan agresivamente ante ellas. ¡Esto es erróneo! Las emociones de los niños deben ser tomadas como una oportunidad para la conexión y la enseñanza.
3. Observar, escuchar y dar validez a los sentimientos de los hijos
Cuando los niños están expresando sus emociones, es importante que los padres les pongan toda su atención mientras hablan, mostrando interés en lo que están escuchando para así dejarles saber que comprenden lo que están sintiendo.
4. Ayudarles a identificar las emociones y enseñarles los nombres propios de cada una
Después de haber observado la reacción y escuchado lo que dice, hay que aprovechar la oportunidad para ayudarle a desarrollar una conciencia sobre lo que está sintiendo y enseñarle la palabra que da nombre a cada expresión emocional.
“Es importante que los niños conozcan los nombres de la tristeza, el cansancio, el miedo, la alegría, la frustración, la furia, etc. y que reconozcan estos sentimientos cuando los están experimentando. Esto es vital para el desarrollo de la inteligencia emocional.
5. Enseñarles a resolver los problemas con acciones apropiadas
Los menores deben saber desde muy niños que todas las emociones son aceptables, pero no todas las conductas o comportamientos con que se expresan.
“Enseñarle al hijo a sobrellevar sus emociones con conductas apropiadas es importante. Esto implica ayudarle a poner límites a sus comportamientos expresivos cuando tiene furia, miedo, frustración, por ejemplo, para prevenir que se haga el mismo daño o lastime a los demás”, explica por su parte la Dra. Rebecca Peterson.