Las vacunas que debemos reaplicar cuando somos adultos
Más allá de la noción de que hay que vacunarse contra la influenza, los adultos en general desconocen que pueden inmunizarse contra otras enfermedades que los pueden afectar
Pese a haber recibido vacunas como la de tétanos, difteria o paperas en la infancia, al llegar a la vida adulta estas pierden efectividad; durante el embarazo, enfermedades respiratorias como la influenza son más graves, y para los viajeros es importante considerar que para enfermedades poco, como la fiebre tifoidea, hay vacunas que evitarán poner en riesgo las vacaciones.
“Más allá de la noción de que hay que vacunarse contra la influenza, los adultos en general desconocen que pueden inmunizarse contra otras enfermedades que los pueden afectar”, señala la doctora María Teresa Valenzuela, vicedecana de Investigación y Postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y miembro del Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización (Cavei) de Ministerio de Salud de Puerto Rico.
Las razones para vacunarse en la vida adulta pueden responder a la edad, condición laboral, de salud o alguna etapa de mayor vulnerabilidad.
Un ejemplo es la vacuna contra herpes zóster, señala el doctor Leonardo Siri, inmunólogo de Clínica Vespucio, quien propone ponerla a adultos sobre 65 años, para prevenir “la reactivación del virus que ha estado latente desde la primera infección. Esto ocurre en forma de vesículas muy dolorosas y que, incluso, pueden llevar al compromiso meníngeo”.
Otro grupo relevante son las embarazadas. “A través de sus sociedades, ginecoobstetras, pediatras e infectólogos deberían coordinarse para transmitirles las ventajas de protegerse en esta etapa, porque así, además, traspasan inmunidad a su hijo recién nacido”, destaca la doctora Valenzuela.