Ciudades seguras, un reto para las niñas
Acabar con las agresiones sexuales contra las más jóvenes en las urbes es uno de los retos del milenio
La ciudad de Nueva York ha pagado casi un millón de dólares para zanjar una demanda de la familia de una estudiante con limitaciones intelectuales que en 2016 fue violada por siete estudiantes en su escuela en Brooklyn.
Según publicaba The Daily News, la traumatizada adolescente informó seis días más tarde de la agresión pero tras 24 horas de investigación la escuela decidió que los actos sexuales fueron consensuales. La estudiante fue suspendida y aún sufre síntomas postraumáticos.
Este lamentable suceso es uno más de los que revelan la vulnerabilidad de las niñas y jóvenes en una ciudad en la que las violaciones han subido un 33.2%, según la policía en los primeros seis meses del año. Y no es un problema exclusivo de Nueva York, sino en todo el mundo. Es algo que está en la agenda de lo que se tiene que corregir y erradicar de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU. El objetivo número 11 apunta a que se debe “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros y sostenibles”, un reto que merece especial atención en el caso de las niñas y a lo que se ha dedicado recientemente una reunión a alto nivel en Naciones Unidas.
En 2030 se espera que unos 700 millones de niñas vivan en zonas urbanas. La ciudad ofrece importantes oportunidades pero también presenta riesgos en materia de seguridad. De hecho, la Organización No Gubernamental (ONG) Plan Internacional, alerta de que muchas iniciativas de prevención del crimen están diseñadas pensando en hombres jóvenes y las destinadas a garantizar la seguridad de las mujeres están enfocadas solo a adultas.
Las niñas son doblemente invisibles, por género y por edad, dice Plan International tras analizar más de 1.300 leyes, tratados y convenciones internacionales.
Y se están recogiendo más datos.
Esta ONG ha creado el programa Free To Be con el que las niñas y jóvenes de Sydney, Delhi, Kampala, Lima y Madrid están informando de sus experiencias y diciendo cuándo se sienten inseguras poniendo un pin en los mapas en la red de sus ciudades. Son datos que se recogerán en un informe del que Concha López, directora de esta ONG en España, adelantaba datos en una ponencia en el Insituto Cervantes de Nueva York. “El 93% de las que han participado en Madrid piensan que se les discrimina por cuestión de género y el 74% expresan que hay lugares donde son objetos de abusos verbales”.
“Son porcentajes en línea con los que se han recogido en otras ciudades aunque son muy preliminares y pueden cambiar”, avisaba López en un panel dondejunto con Juma Assiago, del programa de Ciudades Seguras, UN Habitat, la experta en Programas para combatir la Violencia contra las Mujeres de UN Women, Lizzette Soria y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, entre otros expertos.
López indicaba que las niñas deben ayudar a rediseñar las ciudades para que se sientan seguras. Soria explicaba que hay puntos importantes como que las niñas sepan que ven y se las puede ver porque haya más luces en la calle, que oigan y se las pueda oír en caso de que necesiten ayuda, que puedan escapar en un momento de peligro, entre otras medidas. Con respecto a los medios de transporte segregados, esto se defendía como medida transitoria de corto plazo.
Desde el panel se recalcó que el trabajo que se hace no solo puede ser policial sino que hay que actuar por parte de los Gobiernos y con las familias, un ámbito donde muchas adolescentes son vulnerables. Por ejemplo en NYC los datos de la policía indican que se han incrementado un 45% las denunucias de violaciones en el hogar.
Y hay que trabajar también con los niños para educarles en la igualdad de género.
Carmena explicó que Madrid es una ciudad muy segura y recalcó que la seguridad no es total y no lo será nunca cuando el hombre impone su voluntad y su concepción de la sexualidad. En un discurso sobre el amor y la sexualidad que arrancó aplausos entre el público, Carmena dijo que las relaciones de pareja no deben estar basadas en la idea de posesión, los celos y la estructura del patriarcado. “Nadie es la media naranja de nadie, se es una naranja entera”, explicaba “nunca hay que dar el corazón a tu pareja, se puede compartir, pero el corazón es de la vida y cada uno tiene la suya”, explicó la alcaldesa.
Programas de ayuda
Madrid es una ciudad muy segura que está tomando medidas para proteger a las más jóvenes. La alcaldesa explicaba que la ciudad carece competencia educativa pero si puede decidir que se hace en actividades extraescolares y se están haciendo programas de educación y debate sobre igualdad y la nueva línea del feminismo.
Uno de los lemas es “no es no” y en lugares donde hay una mayor desinhibición como fiestas y conciertos se han abierto, bien visibles Puntos Violeta donde las jóvenes pueden reportar conductas basadas en la desigualdad, la ofensas y la vejación.
Además la ciudad tiene un programa de mediación interna cuando se revelan problemas de discriminación y abusos en centros públicos y hay iniciativas de solidaridad privada. En los baños de los bares hay notas en las que se explica que si alguien está sufriendo acoso debe ponerse en contacto con cierta persona que está en la barra para que se la pueda ayudar.