Boricuas de Los Sures documentan su historia
De sus ocho décadas de vida, Luz Delia Meléndez ha vivido más de siete en Los Sures. Desde que dejó Fajardo, sus recuerdos están ligados al sur de Williamsburg, donde se mudó con su familia, crió a sus dos hijos y no se pierde ningún julio las fiestas del Día del Carmen.
Brooklyn – De sus ocho décadas de vida, Luz Delia Meléndez ha vivido más de siete en Los Sures. Desde que dejó Fajardo, sus recuerdos están ligados al sur de Williamsburg, donde se mudó con su familia, crió a sus dos hijos y no se pierde ningún julio las fiestas del Día del Carmen.
“Era muy diferente porque los italianos de la zona norte no querían a los latinos, pero sólo en las fiestas del Carmen era el único momento de paz”, recuerda esta boricua que donó a la Academia El Puente sus fotos familiares para que crear una memoria sobre la historia de Los Sures.
Como una de las iniciativas del Green Light District, un programa que por más de diez años ha impulsado la calidad de vida esta comunidad, los alumnos de esta escuela de Williamsburg están recolectando imágenes y testimonios orales de quienes viven en esta área de Brooklyn.
El pasado martes, en el auditorio de El Puente, mostraron parte de ese material invalorable que cuenta los logros y vicisitudes de una de las comunidades latinas más arraigadas de Nueva York.
“Los Sures fue la capital latina de Nueva York en los años cincuenta, pero de eso y mucho más no hay recopilación”, destaca el fundador de El Puente, Luis Garden Acosta.
Asimismo, como proyecto final de clase, la boricua Nataly Riquelmy, de 17, y la dominicana Grace Abreu, de 18, y sus compañeros del doceavo grado escribieron ensayos sobre identidad local, el desplazamiento de los hispanos en Los Sures, arte callejero, música, cultos religiosos, entre otros temas.
Ese día, la dominicana Amantina Durán, de 64, también estuvo entre quienes legaron sus gráficas y anécdotas. Ella llegó a Williamsburg en 1967 desde su natal Loma Prieta.
“Para nosotros que veníamos del campo fue aprender lo que era vivir en ciudad”, rememora quien trabajó como costurera en las fábricas locales y tuvo allí a sus tres hijos. Por más de tres décadas, su marido Natalio fue custodio del prescolar “Nuestros Niños”.
En el proceso de producción de este álbum vivo, la estudiante Nataly Riquelmy se sorprendió al recibir un periódico viejo que reseñaba el cierre de este centro. Esa es una de las tantas luchas por una mejor educación de los residentes de Los Sures de la que ella no sabía.
“El mundo cambia muy rápido y por eso debemos contar a las nuevas generaciones lo duro que ha sido vivir aquí y levantar una familia”, dice Amantina Durán.
La mayoría de las imágenes donadas refleja la cotidianidad de latinos y otros grupos en estas calles. Otras recuerdan sucesos que no aparecen en libros. Por ejemplo, el jefe de operaciones de El Puente, Gino Maldonado, cedió gráficas de la marcha de 1976, un protesta que aseguró a 87 familias latinas apartamentos de interés público en el proyecto Roberto Clemente.
“Para mejorar tu comunidad debes ser parte de ella” es el lema de Maldonado, para quien este proyecto hará que los jóvenes sean testigos de ese cambio.
La idea, explicó la directora de El Puente, Francis Lucena, es que este álbum de memorias continúe alimentándose a través del tiempo. “Este es nuestro hogar y para saber qué nos une como comunidad debemos conocer las historias de la gente real”. La educadora aspira que la colección de imágenes y voces pueda exhibirse en diferentes lugares para celebrar el legado de Los Sures.
Qué significa ser boricua