“Estamos encarando epidemias como el COVID-19 de forma equivocada”
Es necesario prevenir el estallido de grandes epidemias en vez de reaccionar ante cada una después que surge
Como ecólogo de enfermedades, Peter Daszak se ha dedicado a estudiar cómo surgen virus que de pronto son problemas de salud pública en el mundo. Y está convencido de que hay algo errado en la forma de encarar riesgos como el que hoy plantea el coronavirus.
A su juicio, es necesario prevenir el estallido de grandes epidemias en vez de reaccionar ante cada una después que surge: “Nos ahorraría mucho dinero y muchas vidas”, dice Daszak en una entrevista con BBC Mundo.
Dos años atrás, él y otros expertos advirtieron en la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el peligro de una epidemia grave causada por un patógeno desconocido, de origen animal y que se propagase por varios países con una tasa de mortalidad mayor que las cepas de gripe estacional, causando alarma global.
La llamaron “Enfermedad X” en el marco de un plan conocido como R&D Blueprint. Pero Daszak cree que bien podría tratarse del covid-19 que hoy reta al mundo, aunque aún se desconoce su tasa de mortalidad exacta.
Lo que sigue es una síntesis del diálogo con este especialista que preside EcoHealth Alliance, una organización global de investigación científica con sede en Nueva York, y es miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos.
¿Por qué las enfermedades como el coronavirus son cada vez más frecuentes?
Las causas subyacentes de las enfermedades emergentes están determinadas por lo que hacemos en el mundo, en el medio ambiente cerca de la vida silvestre. La mayoría de los animales salvajes portan virus, y algunos de ellos pueden infectarnos y volverse letales.
A medida que hacemos más contacto con la vida silvestre en nuestras actividades cotidianas, como la construcción de carreteras, la tala de bosques, el comercio de especies silvestres o la agricultura, estamos expuestos a estos virus.
Lo hacemos en una escala exponencialmente creciente en el planeta debido al aumento de la población y nuestra huella ecológica. Es por eso que vemos más enfermedades.
¿Puede recordar algunos ejemplos de otras enfermedades peligrosas causadas por virus para los cuales aún no hay vacuna?
Un buen ejemplo es el VIH, un virus realmente grande, que ha matado a millones de personas en todo el mundo. Tenemos medicamentos que funcionan, pero ninguna vacuna.
Este virus se originó en chimpancés, pasó a personas que cazaban chimpancés para conseguir carne de animales salvajes, algo que se hizo durante milenios en países africanos. Pero con tanto crecimiento poblacional, las redes mundiales de viajes y comercio, el virus emerge, se propaga y se convierte en un problema global.
El ébola es un virus originado en la vida silvestre. Nipah es un virus de murciélago como el SARS: todavía no tenemos vacunas disponibles para ellos que podamos usar.
Y también tiene que haber un mercado, porque cuesta algunos miles de millones de dólares desarrollar una vacuna; si nadie va a comprarla y usarla, la industria no va a apoyar el desarrollo.
Así que necesitamos ver el asunto más a largo plazo. Si las pandemias están en aumento, si son causadas por nuestras actividades y no podemos confiar en las vacunas, debemos comenzar a pensar en prevenir que ocurran en primer lugar. Nos ahorraría mucho dinero y muchas vidas.
¿Cómo sugiere hacerlo?
En nuestro grupo, EcoHealth Alliance, hemos trabajado en China durante 15 años, desde el SARS. Y encontramos que el SARS se originó en los murciélagos.
Buscamos otros virus que pudieran surgir de los murciélagos y encontramos alrededor de 500 coronavirus en murciélagos. Algunos de ellos están muy cerca del SARS y sabemos que pueden infectar células humanas en el laboratorio. 25.000 cerdos murieron hace tres años por un coronavirus originado en murciélagos en el sur de China.
Realmente no es efectivo desarrollar una vacuna contra el SARS de hace 15 años, cuando el próximo en aparecer podría ser diferente y la vacuna no funcionará. Y estamos viendo eso ahora mismo.
Tenemos que pensar en la vacuna universal, una vacuna que funcione contra todas las cepas de coronavirus, contra todos los virus ébola, todos los virus de la gripe. Actualmente se trabaja para desarrollar una vacuna universal contra la influenza. Ahora deberíamos hacer esto para los coronavirus.
¿Dice que se está encarando el problema del modo equivocado?
Sí, y esto no es culpa de los políticos o de los científicos… Todos pensamos de la misma manera. Yo lo hago también y nos hemos acostumbrado.
Cuando vamos al médico, nos da una píldora y arregla una enfermedad, o recibimos una vacuna y detiene un virus. Pero no podemos contar con eso para cada virus completamente nuevo. Necesitamos prevenirlo.
Una buena analogía es si voy al médico y le digo: “Tengo sobrepeso, estoy comiendo alimentos grasos y tengo una enfermedad cardíaca”. El doctor no me dice: “No te preocupes, sigue haciendo lo que estás haciendo y cuando tengas un infarto te daremos una píldora”.
El médico dice: “Come menos, más sano, haz más ejercicio y evita el infarto”. Eso es lo que tenemos que hacer, eso es salud pública. Tenemos que intentar prevenir estas pandemias antes de que surjan.
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¿Cuál es el principal obstáculo para encontrar una vacuna universal como a la que usted se refiere?
Un obstáculo es que todavía no conocemos todos los virus que existen. Calculamos que probablemente hay 1,7 millones de virus desconocidos que podrían infectar a las personas en la vida silvestre. Conocemos solo un par de miles. Por lo tanto, debemos salir y encontrar esos virus, obtener la secuencia genética y comenzar a trabajar en las vacunas para todo el grupo, en lugar de solo una.
El segundo obstáculo es la voluntad de hacer esto, porque cuesta dinero implementar programas, encontrar virus y desarrollar vacunas.
Este brote de covid-19 con el tiempo terminará. Necesitamos comenzar a vencer al siguiente, y no debemos olvidar cuán caótico es y cuánto impacto tiene este brote en nuestras economías y vidas humanas.
¿Es realmente factible incluir en un solo proyecto a todas las familias virales, cuando hablamos de 1,7 millones de virus desconocidos?
Será un gran, gran trabajo. Hemos calculado el costo, publicamos el artículo hace unos dos años. No tienes que descubrir todos los virus. Calculamos que podríamos descubrir el 70% de estos virus desconocidos por un costo de aproximadamente 1.200 millones de dólares.
Ahora, eso requeriría que los países de todo el mundo trabajen juntos y financien diferentes proyectos. Es costoso, pero comparado al costo de un brote es minúsculo. Estimamos que este brote ya ha costado más de 100 mil millones de dólares…
Por otro lado, encontrar los virus no es suficiente. Luego hay que determinar cuáles pueden ser amenazas, lo que implica más investigación, y después desarrollar vacunas.
Estamos hablando de un esfuerzo coordinado de muchos países para financiar programas para prevenir pandemias. Y ponerlo realmente como alta prioridad. Porque si van a ser más frecuentes, este puede que no sea el peor, que en pocos años veamos uno peor que tenga un impacto significativo en el planeta.
¿Por qué no se ha hecho esto aún?
Ocurre un par de cosas. Una es que tenemos una amnesia colectiva: olvidamos las pandemias después que suceden. Y entre pandemias pensamos: “¿Por qué estas personas están tan preocupadas por estos virus? Es muy poco probable…”.
Las pandemias son eventos raros, pero son tan devastadores que debemos tomarlas más en serio.
Segundo, recién ahora tenemos realmente la tecnología para hacer este trabajo de modo rentable, para salir y secuenciar virus de una forma mucho más barata que antes.
Y recién estamos comenzando a entender cómo desarrollar la vacuna universal. Es ahora el momento de hacerlo. Sabemos que no hace mucho teníamos el virus del zika, y no mucho antes teníamos el ébola, y antes el H1N1, que afectó mucho a México y también se extendió por el mundo en tres semanas.
¿Nota alguna señal de que se esté girando hacia el enfoque que usted sugiere?
Soy cautelosamente optimista. Es bueno ver una respuesta tan global. China está haciendo cosas políticamente dramáticas, como cancelar viajes durante el Año Nuevo Lunar o cerrar el comercio de animales silvestres. Tenemos cooperación global en torno a la OMS, los países trabajan juntos para vencer una pandemia.
Eso es muy alentador. Pero estamos en medio de un brote. Entonces, deberíamos escuchar todas estas cosas. Lo que quiero es pensar en dos años a partir de ahora y decir: ¿Cambió algo después del brote? Ese es el problema.
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