Un snack saludable para un ‘tiburón’
El doctor Juan Salinas creó una empresa de snacks saludables y convenció al la inversionista Mark Cuban de su futuro
Juan Salinas llegó solo de Honduras a los 16 años y se estableció con una familiar cerca de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey. Su madre quiso que estudiara y así lo hizo hasta conseguir un doctorado en ciencias de los alimentos lo que le abrió las puertas en la industria de la alimentación.
Trabajó para grandes multinacionales como Nabisco, Cadbury, Nestle y Kraft pero en 2015 dejó su trabajo y fundó un negocio, Perfect Life Nutrition, para hacer un snack saludable a base de maní, frijoles y arroz llamado P-nuff Crunch que ahora tiene varios sabores.
Y ahora Salinas ha recibido el apoyo de un famoso inversionista que le ha dado $400,000 a cambio del 25% de su empresa y su respaldo personal en público. Se trata de Mark Cuban, uno de los tiburones del show de emprendedores de ABC, Shark Tank. Con ello espera dar un gran salto.
Salinas presentó su proyecto en el show que se emitió el viernes por la noche pero, como explicaba antes de la emisión del programa, el camino hasta el plató que le ha brindado esta oportunidad ha estado lleno de esfuerzo y fe en su producto y sus posibilidades.
Este doctor explicaba que dar el salto al mundo empresarial fue duro tras 25 años en multinacionales con un buen puesto de trabajo elaborando propuestas y productos de meriendas. “Era un trabajo excelente, me capacitaron en esas empresas” pero afirma que tenía el sueño de poner en marcha el proyecto de elaborar un snack que no solo fuera rico sino también saludable y vegano.
Una reestructuración de la empresa para la que trabajaba le animó a iniciar esa carrera en solitario para lo que dedicó horas en la cocina de su casa para idear esta merienda. Cuando lo consiguió buscó cocinas para hacer un producto demostración de pequeña escala.
“Fue un acto de fe”, explica de un objetivo en el que invirtió parte de lo ahorros de su carrera profesional. ¿No le dio miedo? es la pregunta de rigor. ¿Su respuesta? “Si pero cuando uno tiene un sueño, nada le detiene”.
Reconoce que desde que lanzó P-nuff Crunch ha vivido frugalmente los los años que le ha tomado ir colocando su producto en tiendas, algo que hizo a finales de 2016. Iba con su carro lleno de snacks de tienda en tienda de supermercado a supermercado y explica que sorprendentemente “funcionó”. Al principio le preguntaban en qué tienda tenía sus productos y sus datos de ventas para comprobar cómo funcionaba el producto. Para él fue importante entrar en delis y bodegas para dar el salto a supermercados.
“Los primeros seis meses fueron así”. Hasta que se unió a un pequeño distribuidor con el que llegó a 100 tiendas. El segundo distribuidor que tuvo era muy grande y dice que se sintió como un pez muy pequeñito en su portafolio por lo que decidió dar un paso hacia atrás y buscar uno de tamaño mediano con el que ya llega a Shop-Rite y tiendas en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.
Dice que no puede competir con los grandes que con recursos y productos llenan las zonas más llamativas de las estanterías de los mercados. “Nosotros no tenemos nada de eso y lo que hacemos es dar una opción diferente. Siempre hay un lugar para una nueva tendencia, algo diferente que es algo que podemos hacer los pequeños porque tenemos más flexibilidad”.
Su empresa sigue siendo muy pequeña. Compró una máquina para hacer los snacks tienen una planta para hacerlos. Además del título de doctor ha añadido el de presidente y CEO a su tarjeta de presentación. De momento funciona con contratistas en distintos lugares, la mercadotecnia la hace una agencia en Honduras y sigue avanzando con un pequeño presupuesto. “A mi aún no me ha caído un cinco”, dice al hablar de su situación personal haciendo lo que hace.
El sueldo no le ha llegado pero dice que por efectos de la depreciación de la máquina el año pasado la empresa tuvo ganancias antes de EBITDA. Este año reconoce que es más difícil por la COVID y está moviendo sus ventas a comercio electrónico que han pasado de ser el 30% al 80% del total.
La llegada ante los “tiburones” del programa fue algo que le sorprendió. Había solicitado participar hace año y medio y no fue hasta hace poco que le llamaron para saber si estaba interesado en presentar su producto y proyecto.
“Fue una experiencia excelente, me llevaron de la mano, me ayudaron con el pitch, la presentación, aprendí mucho aunque siendo empresario aprendo mucho todos los días”, dice.
Reconoce que su objetivo era convencer a Cuban porque su portfolio está en línea con lo que él hace y es vegano como él. “Pero cuando recibí su oferta casi me caigo”.
Salinas reconoce que el show marca un antes y después para él. Piensa que en cinco años la empresa puede tener ventas millonarias “y es una previsión de verdad, no es un sueño”, aclara. Piensa que cuando la compañía tenga más de $10 millones en ventas puede entrar en el radar de las grandes de la alimentación y venderla. Es una opción que entra en sus previsiones.
Consejos del doctor Salinas
¿Qué ha aprendido como empresario?
- He aprendido que la vida cambia. Las relaciones con amigos y seres queridos cambian porque no hay tiempo.
- Si no estás interesado más que en el dinero vas a fallar porque hay que tener mucha pasión por lo que se hace y creer en el producto.
- ¿Habría querido un socio? Me encantaría pero soy muy estricto y no se si estaríamos peleando siempre.
- Crecí en una familia muy católica. ¿Sin Dios en mi vida? ¡Olvídate! hay muchos obstáculos y más de una vez creo que lo único que me ha traído hasta aquí es mi fe.