El Presupuesto de Nueva York puede y debe hacer más por la salud

Pero para lograr un cambio real, y no simplemente poner un curita  al problema,  la Legislatura debe abordar las deficiencias sistémicas

Hospital Elmhurst, Queens, NYC.

Hospital Elmhurst, Queens, NYC. Crédito: AFP / Getty Images

La próxima semana, la Legislatura de Nueva York votará sobre un presupuesto estatal para los  próximos doce meses, estableciendo ajustes  pendientes en todo, desde los salarios de los empleados del gobierno hasta la financiación de nuestras escuelas.

En todo caso, los últimos dos años arrojaron luces sobre el verdadero eje de nuestra Sociedad: nuestro Sistema de salud;  habiendo sido elogiados durante el transcurso de la pandemia, los médicos, las enfermeras y las instituciones en las que trabajan, se les consideran la primera lìnea de defensa contra el COVID-19, así como el recurso invaluable para nuestras comunidades que siempre han sido.

La pandemia puso al descubierto el pernicioso problema de las disparidades raciales en lo que respecta a la salud pública.

Prácticamente en todas las mètricas – fatalidades, casos en general, salud mental, muertes, abuso de sustancias, a los Afroamericanos y Latinos les ha ido mucho  peor que a sus contrapartes Caucásicas.  Gran parte de esto se atribuye al hecho de que los hospitales de la red de seguridad de Nueva York, que atienden predominantemente a comunidades de bajos

ingresos y comunidades de color, simplemente no han recibido suficientes recursos para atender adecuadamente a estas poblaciónes.

La Legislatura ya ha hecho propuestas que abordan el problema de frente centrándose en  varias áreas clave: financiamiento para hospitales de red de seguridad, aumentar la

tasa de Medicaid por primera vez en diez años, y un compromiso de inversiones  de capital.

Hay pasos loables hacia el logro de estos objetivos en las propuestas hechas públicas hasta ahora.  La financiaciòn que tanto se necesita para los hospitales de la red de seguridad

brindará a estos hospitales que atienden a poblaciones vulnerables y de bajos ingresos, los recursos financieros necesarios para mantenerse a flote.

Esto no es una panacea, de hecho estas propuestas son más reaccionarias a los últimos años que hacia el futuro. Para que Nueva York sea un estándar de oro para el sistema de

atención médica de alta calidad, no solo se trata de una base financiera sólida este año, sino de perpetuidad en el futuro.

Para hacer frente a estos problemas a largo plazo tenemos que hacer más en términos de la tasa de Medicaid.

Medicaid no ha aumentado en más de una década, dejando a nuestras comunidades sin los fondos necesarios para mantener saludables a sus residentes.

Por cada uno de cada tres neoyorquinos que dependen de Medicaid, esto ha significado brechas en la atención.

Para los hospitales de la red de seguridad en el estado, ha hecho que aquellos dependan de los escasos reembolsos de Medicaid para servir a sus comunidades.  Un aumento en la tasa de Medicaid más allá del aumento del uno por ciento que se propone contribuirá en gran medida a garantizar que los neoyorquinos tengan acceso a la atención médica de calidad que merecen.

Con un aumento en los fondos para hospitales de la red de seguridad y un aumento en la tasa de Medicaid, un compromiso con las inversiones de capital no sólo proporciona a nuestro sistema de atención médica los fondos necesarios para realizar mejoras, sino también una indicación de que Nueva York se toma en serio su infraestructura de atención médica y está completamente preparado  para mantenerlo actualizado y totalmente financiado.

En esta época del año pasado, Nueva York atravesó tal crisis que era difícil ver la luz al final del túnel. Los hospitales se estaban quedando sin camas y ventiladores, los médicos y las enfermeras no tenían suficiente personal y arriesgaban sus vidas con la esperanza de salvar las vidas de otros, y mientras tanto, la pandemia continuó poniendo a prueba nuestra fuerza y resistencia.

Nuestros héroes de la atención médica aceptaron el desafìo con los recursos que tenían y desempeñaron un papel importante para ayudar a tener bajo control el COVID-19. Y con un poco de suerte, la interacción final de un  presupuesto para el año fiscal 2023 incluirá señales de que de  ninguna manera damos por sentado el arduo trabajo realizado por nuestros profesionales médicos. 

Pero para lograr un cambio real, y no simplemente poner un curita  al problema,  la Legislatura debe abordar las deficiencias sistémicas.  El Sistema de atención puede seguir con el  servicio  a los neoyorquinos en los años venideros.

Kristin Phillips, NYC Department of Health, Interfaith Unit based in the Bronx.

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