La importancia del sueño para la memoria y la salud cerebral

Un estudio revela que la fase REM del sueño es clave para la memoria y la prevención del Alzheimer. Descubre cómo mejorar tu descanso

Dormir

Dormir bien es vital para mantenernos saludables, tanto física como mentalmente. Crédito: Shutterstock

Dormir no es solo una necesidad básica, sino un proceso fundamental para la salud del cerebro y la memoria.

Un estudio reciente, publicado en Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association, revela que la calidad y cantidad del sueño influyen significativamente en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Durante el sueño, el cerebro consolida recuerdos y elimina toxinas acumuladas a lo largo del día. En particular, la fase REM (movimientos oculares rápidos) desempeña un papel crucial en estos procesos. La investigación, liderada por Yue Leng, profesor asociado en la Universidad de California-San Francisco, destaca que un retraso en alcanzar la fase REM podría ser un síntoma temprano de deterioro cognitivo.

La fase REM del sueño y su impacto en la memoria

La fase REM es una de las etapas más importantes del sueño. Se caracteriza por movimientos oculares rápidos, un aumento en la actividad cerebral y la aparición de sueños vívidos. Durante esta fase, el cerebro procesa y consolida recuerdos, especialmente aquellos con carga emocional, y contribuye a la regulación del estado de ánimo.

Un adulto joven y saludable pasa aproximadamente el 25% de su tiempo de sueño en la fase REM. Sin embargo, con el envejecimiento, esta proporción disminuye, lo que puede afectar la memoria y la función cognitiva. Además, el estudio encontró que quienes tardan más de 193 minutos en alcanzar la fase REM presentan niveles más elevados de las proteínas amiloide y tau, vinculadas al desarrollo del Alzheimer.

Cuando no se duerme bien, el cuerpo produce ciertas hormonas relacionadas a la pérdida de memoria. (Foto: Shutterstock)

Cómo mejorar la calidad del sueño para proteger la memoria

Para optimizar el sueño y cuidar la salud cerebral, los expertos recomiendan adoptar ciertos hábitos saludables:

1) Mantener horarios regulares de sueño. Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días ayuda a regular el ritmo circadiano, favoreciendo un sueño reparador.

2) Evitar siestas prolongadas. Las siestas largas pueden alterar el ciclo de sueño nocturno. Se recomienda limitar las siestas a un máximo de 30 minutos.

3) Realizar actividad física diaria. El ejercicio físico mejora la calidad del sueño, pero debe evitarse justo antes de acostarse, ya que puede aumentar el nivel de alerta.

4) Dormir en un ambiente adecuado. Un dormitorio oscuro, silencioso y con una temperatura confortable favorece el descanso profundo y sin interrupciones.

5) Evitar estimulantes antes de dormir. El consumo de alcohol, cafeína y cenas pesadas antes de acostarse puede dificultar la conciliación del sueño y afectar su calidad.

Estrategias para mejorar la memoria mediante el sueño

Además de los hábitos mencionados, existen estrategias y tratamientos específicos que pueden ayudar a mejorar la transición a la fase REM y, por ende, la salud cognitiva:

1) Uso de melatonina. Este suplemento ayuda a regular el ciclo de sueño y puede favorecer la transición a la fase REM en personas con dificultades para dormir.

2) Terapias conductuales para el insomnio. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es eficaz para tratar el insomnio y mejorar la calidad del sueño sin necesidad de medicación.

3) Reducción del estrés. Técnicas como la meditación, la respiración profunda y el mindfulness pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar el sueño.

4) Tratamiento de la apnea del sueño. La apnea del sueño interrumpe la respiración durante el descanso, afectando la calidad del sueño y la memoria. Su tratamiento mejora el bienestar general.

La relación entre el sueño y el Alzheimer

El estudio enfatiza que la acumulación de proteínas tóxicas en el cerebro está directamente relacionada con la calidad del sueño. Un retraso en alcanzar la fase REM podría ser un signo temprano de Alzheimer. Además, el estrés crónico y la falta de sueño de calidad aumentan los niveles de cortisol, una hormona que afecta negativamente al hipocampo, la región cerebral responsable de la memoria.

Los investigadores continúan explorando la conexión entre el sueño y las enfermedades neurodegenerativas. En el futuro, podrían desarrollarse terapias específicas para mejorar el sueño y reducir el riesgo de Alzheimer.

Si bien aún se requieren más estudios, optimizar el descanso es una estrategia efectiva para proteger la memoria y el bienestar cognitivo a largo plazo. Dormir bien no solo revitaliza el cuerpo, sino que también resguarda la mente.

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