Crisis en Michoacán
Michoacán está de hecho en un estado de guerra
Burbujas
Querer entender el peligro de violencia en el Estado de Michoacán en México es difícil, y por las informaciones contradictorias que circulan, más aun. Pero es un hecho innegable que Michoacán es un polvorín que puede explotar en cualquier momento.
A mí, en lo personal, me ligan muchas cosas a Michoacán. Durante mas de diez años, entre los hoteles que manejaba estaban, el Virrey de Mendoza de Morelia y la Posada don Vasco de Pátzcuaro, y además, he tenido predilección por Uruapan, cuna de los mejores aguacates, y ciudad adornada por la bella cascada Tzararacua.
Michoacán está de hecho en un estado de guerra. No solo están allí los carteles Caballeros Templarios, Zetas, Familia Michoacana, y Jalisco Nueva Generación, sino además se encuentran toda esa cola de criminales que aprovechan las crisis para hacer su agosto.
La situación en Michoacán se agravo tanto que algunos municipios de “tierra caliente” armaron a sus vecinos y los convirtieron en guardias comunitarias para defenderse de los carteles que asesinaban, secuestraban, y extorsionaban, imponiéndoles cuotas, como si fueran impuestos, para dejarlos en paz.
Ello resulto en un enorme incremento de armas en manos de los civiles, y dado a que los carteles están súper armados, existe la amenaza de enfrentamientos sangrientos como los que ya ha habido en algunas poblaciones del estado.
Tras de que el gobierno federal durante mucho tiempo ignoró la seriedad del problema en Michoacán, expertos en seguridad señalan el riesgo de un estallido social ante los niveles de armamento y violencia.
Sobre ese riesgo declaró el Dr. René Jiménez Ornelas, investigador del instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México: “Los enfrentamientos que se suscitaron en Apatzingan (entre traficantes y guardias comunitarias) podían considerarse un estallido social por el grado de furia que se da en esos encuentros”. Continúa: “Actualmente hay dos gobiernos: El del estado y el del crimen organizado, y el segundo a veces tiene mas poder que el primero en algunas regiones,”
Dada esa situación el gobierno federal envío soldados, se dice que 3 mil, a reforzar los 2,500 que ya estaban acuartelados en Michoacán. A estas cifras hay que aumentar todas las policías, la federal, la estatal, y la local.
Se presenta una situación muy delicada. Las fuerzas armadas del Gobierno Federal tienen instrucciones de desarmar a ambos grupos y se encuentran con el problema de que los pueblos no están dispuestos a entregar sus armas que consideran necesarias para su defensa
Todo ello da lugar a rumores y desinformaciones. A esto ayuda un factor informativo nuevo y adicional al que el gobierno federal del PRI tiene que enfrentarse, y son las redes sociales que circulan a alta velocidad, que son imposibles de controlar, y comentan o critican la catarata diaria de promesas y aclaraciones de los gobernantes y evidencian la incredulidad de la población ante ese enorme parloteo, además que muestran el sentir de que se oculta la gravedad de la situación michoacana.
No se como recomendarle a las autoridades que se interesen un poco mas en lo que dice la gente en las redes sociales ya que cuando se escribe sin censura y sin temores, se tiene una verdad cruda e instantánea que es importante para quien la divulga y debiera serlo para quien es criticado.
La prensa también hace eco de esta preocupación ciudadana. Dice Leonardo Cacho (El Financiero 10-30-13): El gobierno federal ha sido incapaz de cumplir “el rescate de Michoacán” y “no ha devuelto la paz y estabilidad” que prometió hace meses.
Como la situación en el estado se agrava y se presentan riesgos en la operación del puerto de Lázaro Cárdenas, el gobierno federal toma la decisión de que sus marinos (fuerza armadas) se hagan cargo del puerto. Esto crea una situación jurídica no permitida por las leyes de México ante el riesgo de un control militar de lo que le corresponde a las autoridades civiles. Tan es así, que el Secretario de la Defensa recurrió a la Cámara de Diputados para pedir que se creen marcos jurídicos para que las tropas puedan hacer lo que se les esta ordenando dentro de la ley.
Como si los problemas de Michoacán y la guerra al narco no fueran suficientes, el gobierno federal no ha resuelto otros que están creando malestar en la población.
Uno de ellos es seguir permitiendo paros y obstrucciones de vías de comunicación y asentamientos de maestros disidentes que causan enormes trastornos al mismo tiempo que dejan niños sin educación.
La falta de escolaridad es uno de los dramas de México y cuando es agravado por el cierre de escuelas por parte de los maestros y la falta de energía oficial, se vuelve responsabilidad histórica.
Insisto en lo que he dicho con anterioridad: cualquiera que sea el partido que gobierne, tiene la obligación de mantener el orden y evitar ser extorsionado por grupos que haciendo manifestaciones y paros sacan ventaja a costas de todos los ciudadanos.
No se puede justificar que quien viva dentro de la ley sea obstruccionado por aquellos que abusan de la ley y por gobernantes débiles que permiten que eso suceda.
Si a los problemas de violencia que hemos comentado se agrega la debilidad gubernamental, me parece que todo el futuro del país esta en riesgo de un colapso social.