Hipsters: más que una moda
Conoce sobre el auge de una subcultura que se instaló en el corazón de Brooklyn.
NUEVA YORK — Imagínate que tomas el tren L en alguna estación de Manhattan. Con tus amigos, empiezan a adivinar quién se bajará en Bedford Ave sólo por el look que llevan. Tú también te bajas en esa estación. Es domingo y las calles están llenas —aunque el termómetro no supera los 30 grados—. La avenida principal del barrio Williamsburg, en Brooklyn, está llena. El vecindario es conocido por ser el barrio de los hipsters.
Los domingos, los vendedores callejeros se adueñan de las aceras ofreciendo vinilos por $1, antigüedades y ropa usada por menos de $10. La mayoría de los transeúntes son turistas. El resto, son personas que llegan a al barrio vestidos cuidadosamente desarreglados. Casi todos van al Flea Market o a comer brunch. Otros, en cambio, se pasean para ver si algún cool hunter los descubre. Pero ¿de dónde viene el término hipster? Hay mucha confusión en torno al uso de este concepto.
Ya en esa época se identificaba a los aficionados al jazz como hipster. José Manuel Simián, Editor Ejecutivo de Manero, cuenta que fue el novelista Norman Mailer quien en 1957 “publicó un famoso ensayo en que usaba el término para describir a jóvenes blancos que, entre otras cosas, adoptaron elementos de la cultura negra“.
Pero aclara que los orígenes del término no tienen nada que ver con el concepto que se utiliza ahora. “Desde la década pasada, el término se ha usado para describir a jóvenes que poco antes de eso llamábamos ‘alternativos’ y que, en teoría, se sitúan un poco al margen de la cultura mainstream”, explica el chileno que lleva más de una década viviendo en Nueva York.
A su vez, Simián puntualiza que realmente los hipster existen. “Es gente que va en la cresta de la ola de lo que es hip, “iluminados” según la etimología de la palabra, y serían personas que pertenecen a una subcultura que, por definición, se resiste a todas las definiciones”. ¿Confuso? No tanto.
Por su parte, Marcelo Báez, productor de las fiestas Rico Suave y fundador de la banda P3culiar, tiene su propia definición de hipster: “se puede decir que es una persona de buen gusto, de buen mal gusto, que suele ir contra la corriente masiva y que tiene intereses culturales bastante amplios”.
Para el Editor Ejecutivo de Manero, la palabra hipster se puso de moda y se asoció a un cierto estereotipo de personas. Simián es claro en decir que “el término se puso en boca de todos y se usó para describir objetos como los que vende Urban Outfitters o los anteojos Wayfarer, pero sin entender mucho el concepto en sí”.
¿Y dónde encajan los hipsters latinos? Para el Editor de Manero, no es tan sencillo de explicar pues hay que definir un montón de cosas, entre esas, qué es ser latino. “Ahora, si la pregunta es si existe un cool latino, la respuesta es sí. Desde figuras como Che Guevara a los músicos originales de la Fania o a los que hoy hacen cumbia electrónica. Hay una tradición de lo cool en el mundo latino que no ha sido explotada tan comercialmente ni masificada como ha ocurrido en el mundo anglo”.
Marcelo Báez simplifica este concepto: “un hipster que proviene de un país sudamericano es muy diferente a un hipster que nació en Estados Unidos de papás hispanos”. Para él, “la estética hipster está bastante ligada con la estética ‘camp’ —seriedad que falla y se vuelve ironía— y, como hace notar Susan Sontag en su famosísimo escrito sobre el tema, ‘el gusto por el camp es, por su naturaleza, sólo posible en sociedades que prosperarán”, explica el mexicano que vive hace más de 10 años en Lower East Side, en Manhattan.