‘Hermoso’ marcador
Oribe Peralta anota un doblete en la victoria que pone a México con pie y medio en el Mundial de Brasil
MÉXICO, D.F. Le costó trabajo anotar a Oribe Peralta, pero al final reafirmó su condición de ídolo de la afición mexicana en el triunfo 5-1 del Tri sobre Nueva Zelanda ayer en el Estadio Azteca.
No es que los “All Whites” hubieran sido un duro rival, sino que el “Hermoso” Peralta encontró al enemigo en casi todos sus compañeros, menos en Miguel Layún, quien le brindó las asistencias para su doblete.
Obligado a ganar en una situación inesperada, la selección mexicana disputó ayer su mejor partido en mucho tiempo para golear 5-1 a Nueva Zelanda en el partido de ida del repechaje por un boleto al Mundial de 2014.
El técnico Miguel Herrera, contratado para salvar al Tri en la serie de dos encuentros, consiguió un resultado redondo en su debut oficial: México metió cinco goles, apenas recibió uno, y viaja al choque de vuelta en Wellington con una ventaja casi insuperable.
Peralta, Paul Aguilar, Raúl Jiménez y Rafael Márquez anotaron los goles en el Estadio Azteca, donde el Tri consiguió apenas su segunda victoria en sus seis últimos partidos por las eliminatorias.
Además, superó el total de goles (3) que metió como local en todo el Hexagonal.
La serie se definirá el próximo miércoles en Wellington, capital de Nueva Zelanda.
“Una gran actuación de todos. Hoy [ayer] hicimos un gran partido y estamos muy contentos”, comentó el que se erigió como la gran figura del partido, Oribe Peralta.
La Federación Mexicana de Futbol (FMF) apeló al “Piojo” Herrera, el cuarto timonel de la selección en 2013, y el entrenador convocó como base a jugadores del América, club con el que se consagró campeón del pasado Torneo Clausura local, y al que dejó como superlíder del actual Apertura.
En este partido, el timonel alineó a siete jugadores de las Águilas en su onceno titular, entre ellos Aguilar y Jiménez, además del lateral Miguel Layún, quien tuvo un destacado desempeño por la banda izquierda.
Con menos de 10 grados de temperatura, el representativo mexicano se destapó ante una Nueva Zelanda sin brújula y sin propuesta, que pagó caro salir a defenderse ante un Tri muy distinto al que jugó en la eliminatoria de la Concacaf.
México apeló al pase seguro para imponerse a los “Kiwis”. Los aztecas controlaron el balón durante el mayor tiempo del partido hasta sumar arriba del 70% de posesión.
El Estadio Azteca fue un congelador para la tribuna, que los jugadores se encargaron de calentar con sus tantos.
Pero esa calentura no se sintió sólo cuando cayeron los goles, ya que México generó peligro constante en la meta de los visitantes, que desde el inicio del partido se plantaron con una formación de 5-4-1 que sostuvieron todo el partido.
Ante cada gol marcado, el aliento de los mexicanos creció en el estadio dos veces mundialista. Ese empuje desde las gradas fue un extra para los locales, que por fin complacieron a sus seguidores tras una eliminatoria para el olvido.
“Cinco, cinco, cinco”, gritó el estadio entero alentando al Tri a conseguir el quinto gol, mezclado con el canto del “Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran cielito lindo los corazones!”, tradicional en los mexicanos.
En 90 minutos, el Tri de Herrera borró todos los errores del Hexagonal Final, en el que terminó en un cuarto lugar que lo mandó a la repesca ante los “All Whites”, serie que prácticamente dejó definida.