¿Con qué clase de mamá te identificas?
John Bowlby identificó tres tipos de conducta maternal que definen a las mujeres con hijos
LOS ANGELES — No hay mamá igual a la otra, por eso surgió tal vez la conocida expresión de “madre sólo hay una”.
Y es que para cada uno de nosotros nuestra mamá es única, por ser esa persona que nos acunó, abrazó y protegió desde el primer momento que llegamos al mundo.
Ese vínculo emocional del apego entre madre e hijo, durante los primeros años de vida, es determinante para el correcto desarrollo cognitivo y emocional del individuo.
El psicólogo inglés John Bowlby (1907-1990) llegó a esta conclusión tras varios años de estudios para formular la “Teoría del apego”, que identificó tres tipos de conducta maternal que definen a las mamás.
“Desde el punto de vista de la teoría del apego se han identificado, cientificamente, tres tipos de madres: la de apego seguro, apego evitativo y apego ambivalente”, explica Valeria Penela, doctora en psicología, con consulta en Westwood, ubicado al oeste de Los Ángeles.
De apego seguro. Son las madres que son capaces de responder a las necesidades espontáneas del niño o la niña, de manera apropiada. No son intrusivas y no abandonan al menor cuando verdaderamente las necesitan.
Estas madres crían hijos seguros, con un concepto positivo de sí mismos que les permite ser personas cálidas y estables durante la adultez.
De apego evitativo. Son las madres que, frente a la expresión de estrés del niño o la niña, o la necesidad de acercamiento o contacto físico del menor hacia ellas, responden poniendo distancia y siendo frías.
Bajo estas madres, poco demostrativas y cariñosas, los niños aprenden a no expresar sus emociones, a quedarse callados y estar solos. Como consecuencia de la conducta negligente, se crían niños inseguros.
De apego ambivalente. Son las madres capaces de responder a algunas de las necesidades del menor, pero, rápidamente, se siente sobrepasadas y reaccionan de manera inconsistente.
Estas son madres que están pasando por problemas personales o que no han resuelto problemas que traen de infancia. Por tener dificultad para ser constantes en las expresiones de afecto y atención a las necesidades de sus hijos, crían hijos inseguros y temerosos de ser abandonados en cualquier momento.
Por su ansiedad descontrolada, algunas veces, este tipo de madre pone a sus hijos en la situación de tener que cuidar de ella. “Esto es lo que se llama la reversión de roles”, detalla Penela.
A las madres de apego evitativo o ambivalente, la psicóloga les recomienda buscar ayuda profesional, ya que “estos patrones de conducta son resultado de situaciones vividas en la infancia, que hay que resolver para no revertirlas en los hijos”.