Personajes tóxicos: el manipulador

Las personas negativas, las que drenan tu energía, tiran abajo tus sueños, o manipulan tus sentimientos, son algunos de los muchos personajes tóxicos que a la larga siempre terminan arruinándote la vida. Uno de estos personajes es el manipulador.

“Quién no se dijo alguna vez, qué tonta que fui, o cómo no pude darme cuenta”, comenta la licenciada psicoanalista Laura Noziglia, refiriéndose a este tipo de relaciones. El manipulador da la impresión de ser alguien que siempre sabe lo que hay que hacer, cómo vivir y disfrutar la vida. “Quedamos fascinadas porque nos ofrecen una felicidad absoluta y fácil. ¿Y quién no anhela, en algún rinconcito de su corazón, un amor absoluto y una relación plena sin conflictos ni angustias”, señala Noziglia.

“En un principio, el manipulador despliega todos sus encantos y nos hace sentir únicas, entendidas y queridas, pero al mismo tiempo nos va aislando de nuestros afectos”, describe la licenciada, y explica la diferencia entre influencia o persuasión y manipulación.

“La persuasión apunta a convencer al otro, a hacerlo pensar de determinada manera, y puede tener tanto un sentido positivo como negativo. Un ejemplo de persuasión positiva es cuando intentamos convencer a un hijo de la importancia de estudiar o de respetar las reglas.

La manipulación en cambio es un intento de que el otro actue en determinada forma creyendo que lo hace por iniciativa propia”.

Noziglia dio el ejemplo de una paciente que estuvo en una relación con un manipulador.

“En la primera cita, el candidato le comentó que tenía un trabajo muy importante, y aunque no se lo dijo directamente, le insinuó que era un agente del gobierno. En la misma cita, el manipulador mostró un fajo impresionante de billetes ‘para pasar la noche’ y se ocupó de que ella se sintiera elegida y fantástica”, describió Noziglia.

Con el tiempo su paciente empezó a notar que ella era la única que trabajaba y se hacía cargo de las responsabilidades, mientras que su pareja la atacaba permanentemente, acusándola de tener un empleo insignificante y habilidades limitadas. La paciente terminó descubriendo que el dinero que su pareja le había mostrado en la primera cita, era una indemnización que le habían dado, al echarlo del trabajo, y que eso era todo lo que le quedaba para vivir.

Noziglia describe algunas de las señales de que estamos frente a un manipulador:

* Cuando conocemos a un manipulador nos sentimos como si siempre hubiésemos sido amigos, aunque se trate de un extraño. Noziglia indica que los manipuladores saben hechizar a su pareja con su capacidad de hablar, con su tacto y su mirada. “Sentimos un flechazo, como si estuviésemos hipnotizadas, y tendemos a depositar en él muchas expectativas”.

* Necesidades urgentes. El manipulador puede alegar enfermedades, invocar muertes cercanas, o separaciones, que nos hacen sentir que necesitamos ayudarlo. Con el tiempo, empiezas a sentir que tus propias necesidades y pensamientos no cuentan y disminuye tu autoestima.

* Experimentamos una doble sensación de que estamos haciendo algo, que si bien fue de manera voluntaria, no era lo que queríamos hacer.

* El manipulador comienza a proponerte transgresiones, cómo faltar a tu trabajo, o aún más graves, como “no vayas al médico y quédate conmigo”, o “No necesitas estar atada a la rutina y las obligaciones, hay que vivir la vida”.

* Sus explicaciones son confusas, llenas de mentiras y evasivas que generan misterio y falsa ilusión.

Se nos aparece de improviso, dando una sensación de invasión, que no nos permite una distancia crítica para pensar con tranquilidad.

Si tiene más preguntas sobre el tema, puede contactar a la Licenciada Laura Noziglia a launoz@hotmail.com