Obama, frustrado con la inacción republicana, deportará a menores

El presidente Obama busca deportar a los niños migrantes lo más pronto posible

Más de 52 mil niños han sido detenidos cruzando la frontera y la mayoría serán deportados.

Más de 52 mil niños han sido detenidos cruzando la frontera y la mayoría serán deportados. Crédito: EFE

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La Casa Blanca afirmó este lunes que la mayoría de los niños detenidos por la Patrulla Fronteriza serán deportados, reiterando el mensaje único de la Administración Obama desde que se desató la crisis humanitaria en la frontera.

Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, indicó en una rueda de prensa que hoy martes se enviará al Congreso la solicitud formal de unos $3,700 millones en fondos adicionales para frenar la ola de niños migrantes indocumentados en la frontera sur, y agilizar la deportación de los que siguen en los centros de detenciones, pero no dio mas detalles. La cantidad exacta no se dio a conocer inmediatamente, pero varias fuentes aseguraban una suma de $2,000 millones en fondos.

Los fondos suplementales, que deben ser aprobados por ambas cámaras del Congreso, servirán para ampliar los centros de detención; reducir las demoras en los tribunales de Inmigración con la designación de más jueces, y agilizar las deportaciones.

Fuentes legislativas consultadas por La Opinión afirmaron que esperarán a ver los detalles de la solicitud de Obama, si bien entienden la urgencia de atender la crisis en la frontera.La Administración Obama enviará la solicitud formal al Congreso –cuya aprobación podría tomar varias semanas- en vísperas de que el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, inicie una gira por Guatemala para abordar el problema de la emigración ilegal.

La mayoría de los principales líderes republicanos en el Congreso han culpado a la Administración Obama por la situación actual y recetan, asimismo, la deportación de los niños y familias detenidos en la frontera.

Desde octubre pasado y hasta el pasado 15 de junio, más de 52 mil niños no acompañados, principalmente de Guatemala, El Salvador y Honduras,han sido detenidos en la frontera, según datos oficiales. La cifra podría superar los 90 mil para finales de este año.

Por otra parte, Earnest restó importancia a las críticas de republicanos de que Obama no visitará la frontera entre Texas y México cuando realice una gira a Dallas y Austin entre el miércoles y jueves próximos para recaudar fondos para los demócratas, de cara a los comicios de noviembre próximo.

“No nos preocupa la óptica (imagen) y es simplemente porque el presidente está muy al tanto de la situación que existe en la frontera del suroeste” y varios funcionarios de alto rango de la Administración ya han visitado la zona en las últimas semanas, aseguró Earnest.

Lo que esos funcionarios han visto, incluyendo el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, es “preocupante” debido a la continua emigración ilegal desde Centroamérica y por ello Obama está solicitando más fondos para atender la crisis, explicó Earnest.

Otra parte de la estrategia de la Administración Obama frente a la crisis en la frontera sur será pedir cambios legislativos a una ley federal de 2008 para agilizar las deportaciones de los indocumentados.

La semana pasada, el propio presidente Barack Obama expresó de nueva cuenta su frustración con la inacción de los republicanos en el Congreso para someter a voto una reforma migratoria integral y, en una reunión privada con grupos pro-inmigrantes, se comprometió a extender los alivios migratorios para ciertos indocumentados.

Pero Obama, que ha sido criticado por los conservadores por su presunta blandeza respecto a la inmigración ilegal, también dejó en claro –y con igual firmeza- que hará cumplir las leyes de inmigración, según algunos de los participantes de ese encuentro.

En general, los grupos inmigrantes han insistido en que Obama suspenda la deportación de todos los indocumentados, amplíe el programa de “acción diferida”, y elimine el controvertido programa policial de “Comunidades Seguras”, entre otras recomendaciones.

Durante una rueda de prensa, activistas de la comunidad inmigrante condenaron ayer nuevamente que Obama responda a la crisis con la deportación de niños y jóvenes que huyen de la violencia en Centroamérica.

“Ya es difícil tener que luchar caso por caso para impedir la separación de las familias, y ahora vemos fotos de niños –algunos bebés- apiñados como ganado en la frontera?”, dijo Carmelo Santos, activista del grupo CASA de Virginia.

Por su parte, Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland, prometió que su grupo continuará luchando para que las familias reciban un trato “humano” en este país.

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