Matrimonio, un privilegio para todos
Mi esposo y yo celebramos este mes nuestro 35to aniversario de bodas. Parecen muchos años, especialmente si le añadimos los cinco años que fuimos novios. He vivido con este hombre por más tiempo que he vivido sin él. Incluso me parece raro escribir esa frase pues no he sentido el paso del tiempo. Sé que ha pasado porque contamos los años, pero se siente como si fuera ayer cuando nos comprometimos a amarnos mientras ambos estemos vivos.
Soy una gran defensora del matrimonio. Me encanta estar casada. Desde el principio, me gustaba decir las palabras, Mi marido. Me encanta compartir mi vida con mi mejor amigo.
Yo siempre he respetado a mi esposo. En mis ojos, él siempre ha sido mi héroe, aun cuando me enfurece o no está de acuerdo conmigo. En el fondo sé que es un hombre honesto, digno de confianza, que me ama profundamente, y ese conocimiento es un regalo que atesoro.
El matrimonio no ha sido difícil para nosotros. Sí, hemos tenido que trabajar en ello. Ha sido importante ser humilde, admitir errores y no llevar un registro de los mismos. Sí, hemos nutrido y cultivado nuestro matrimonio, ¿pero no es eso lo que uno hace por las relaciones que importan?
El matrimonio ha sido divertido para nosotros. Hemos compartido nuestras alegrías, triunfos y errores. Hemos reído, llorado, gritado, y amado a través de todo.
Para nosotros, nuestro matrimonio ha sido el privilegio de ser testigos de la vida del otro. Un privilegio que no se debe negar a quien está enamorado. Me alegro que ahora todos en nuestro país puedan compartir este privilegio. Porque el amor es grande y amplio, que abarca todo y crece. Pues el amor incluye a todos.
Si usted tiene alguna pregunta, escríbame a askdrvasthi@ambercharter.org