Esposo prohíbe a la estrella de Irán jugar la Copa de Asia de futsal
Lo respalda una ley iraní que permite a los hombres denegarles a sus cónyuges la autorización para viajar fuera del país
Niloufar Ardalan es conocida en Irán, su país, como “Señorita Gol”: mediocampista izquierda, de buen manejo de pelota y gran pegada. Pero también por su compromiso de género. En 2005 solicitó al gobierno de su país permiso para poder asistir a un partido de la selección masculina de fútbol, algo que la ley prohíbe a las mujeres, y lo consiguió. Pero ahora se ve privada de defender esos colores porque su marido se lo impide.
Una de las mejores futbolistas de su país a los 30 años, Ardalan no podrá desplegar su capacidad ni ejercer la capitanía del equipo en la venidera Copa de Asia de futsal porque su marido, el periodista deportivo Mehdi Toutounchi, le prohíbe volar a Malasia, escenario del torneo. Lo respalda una ley iraní que permite a los hombres denegarles a sus cónyuges la autorización para viajar fuera del país: las muchachas solteras deben solicitarle permiso a sus padres, las casadas dependen del beneplácito de su marido.
“¿Cuál es su crimen? ¿Por qué no puede viajar al exterior y acompañar a su equipo?”, se preguntó, en Instagram, Ebrahim Asgharzadeh, un ex parlamentario que fuera partícipe de la Revolución islámica del 79. El papel de la mujer iraní en el deporte se redujo de manera abrupta tras la revolución, y aunque algunas restricciones se levantaron en los últimos tiempos, sólo pueden competir utilizando vestimentas que les cubran totalmente el cuerpo, incluido el religioso “hijab” en la cabeza.
Las mujeres no pueden asistir a actos deportivos masculinos desde 1982, entre otras razones porque los varones los practican con pantalones cortos. En 2012 se vetó el ingreso de las mujeres a encuentros de voleibol, una disciplina en la que los iraníes muestran talento, y mientras el gobierno de Hasan Rohani promovió buscar la manera de que las mujeres pudieran asistir a los partidos de la Liga Mundial disputados en Teherán el año pasado, el parlamento conservador impidió la caducidad del veto. La atleta inglesa de origen iraní Ghoncheh Ghavami intentó acceder a uno de esos encuentros, pero fue detenida y encarcelada durante cinco meses.
“De acuerdo con nuestra sensibilidad cultural, social y religiosa, ciertos deportes son exclusivos para hombres, y las familias no pueden asistir a esos partidos”, dijo en abril pasado el viceministro de deportes iraní, Abdolhamid Ahmadi.
Dos años atrás, integrando la selección iraní de futsal, Ardalan anotó un gol en la semifinal de la Copa de Asia, disputada en Incheon (Corea del Sur), que acabó con victoria 4-0 sobre Indonesia. No logró repetir en la final, en la que su equipo perdió 2-1 ante Japón. Buscaba intensamente la revancha en la versión 2015, que arranca este lunes en Nilai (Malasia), en la que Irán, cabeza de serie del torneo, tendrá como rivales sucesivos a Hong Kong, Uzbekistán y el conjunto local. Durante meses se preparó para lograr su mejor forma: a los 30 años no quería otorgar ninguna ventaja física en el afán de conquistar la copa perdida. Ya no podrá.
“Todo el mundo debería poder representar a su país. Gracias Niloufar Ardalan por tu lucha, espero tener el honor de jugar contra ti algún día”, la apoyó vía Twitter Hope Solo, la arquera de la selección femenina de los Estados Unidos. Maryam Tousi, la sprinter más veloz de Irán, también expresó en Instagram su “extrema tristeza” por la situación de Ardalan.
“Soy sólo un soldado que quiere levantar la bandera de su país -escribió la futbolista en Instagram-. Desearía que se aprobara una ley que nos permitiera luchar a las soldados por levantar nuestra bandera”.
Se dijo que Toutounchi se negaba a autorizar el viaje de su mujer para que permaneciera con el hijo de ambos, de 7 años, el día de comienzo de clases. Pero el ciclo lectivo arranca hoy, un día antes de la partida de la delegación a Kuala Lumpur. Las dos tareas no eran incompatibles.
“Quisiera que las autoridades nos permitieran a las atletas femeninas defender nuestros derechos en estas situaciones -declaró Ardalan- Este torneo era muy importante para mí. Como mujer musulmana, quería levantar la bandera de mi país, no viajar por placer o diversión.”
Para defender su derecho, la futbolista citó el caso de los varones en su país. “Los chicos no pueden viajar al exterior si no cumplieron con el servicio militar, pero para los deportistas hay excepciones. Algo similar debiera existir también para las mujeres. ¿Cuál es la diferencia entre nosotros?”, se preguntó.
“Esto muestra hasta qué punto una ley puede impactar en la vida de una mujer” afirmó la abogada iraní Shadi Sadr, directora de la ONG Justicia por Irán con sede en Londres. “Incluso, si una mujer alcanza un alto nivel en política, deporte o cultura, aun así necesita el consentimiento de su marido para poder ejercer uno de sus derechos más básicos” insistió en una entrevista con Radio Free Europa. “La situación se volvió peor en los últimos años, pero al menos mucha más gente es consciente de esta causa”, dijo por su parte la activista por los derechos de la mujer Asieh Amini.
Toutounchi, en cambio, no ha hecho comentario público alguno desde que el asunto se destapó. En su cuenta de YouTube (“mehdi22nchi”) tiene cargados cuatro videos de su hijo y dos con goles de su mujer. Como favorito, marcó otro con dos chicas besándose. “Esto que ha hecho, ¿es la única manera que tiene de probar que es un hombre?”, se preguntó una mujer en una discusión abierta en Facebook sobre la decisión. “Ella (Ardalan) rompió el silencio, y eso puede impulsar a otras mujeres a ventilar casos similares” se ilusionó Sadr.
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