Trump va a sufrir una paliza electoral en un estado del país. Lea por qué

En Utah, Donald Trump está en tercer lugar en las encuestas republicanas. La mayoría de la población perteneciente a la iglesia mormona no simpatiza con el precandidato y magnate

Hay un estado del país que realmente no quiere a Donald Trump: Utah. Ese estado, que tiene votaciones primarias mañana al mismo tiempo que Arizona, parece estar listo a darle a Trump una de sus peores derrotas de esta temporada. Si no la peor de todas.

¿La razón? El precandidato republicano no es popular entre la gran mayoría de la población de Utah: los pertenecientes a la religión mormona o “Santos de los Ultimos Días” (LDS en ingles).

Los mormones son el 67% de la población de Utah, la mayor concentración mormona del país en un mismo estado. En un estado con 2.9 millones de personas, más de 2 millones pertenecen a esa religión.

La evidencia es incontestable: la más reciente encuesta realizada en Utah, muestra a Trump en tercer lugar con sólo el 11% de los republicanos de Utah. Cruz está ganando el 53%, Kasich tiene el segundo lugar con el 29%. Cuando Rubio aún estaba en la contienda, una anterior encuesta le daba a él la preferencia, quizá porque Rubio practicó la religión mormona durante algunos años durante su niñez y juventud.

El disgusto de muchos mormones hacia Trump se dejó ver en los recientes resultados de la primaria en Idaho, otro estado donde el 25% de población es mormona. Ese mismo día, Trump ganó cómodamente en otros estados, mientras que en Idaho perdió ante Cruz, quien se impuso con 17% de ventaja, la que era más amplia en los condados donde viven los habitantes de religión mormona.

¿Por qué la mayoría de los mormones no quiere a Trump?

La iglesia mormona, como las iglesias en general, no apoya a candidatos ni deja entrever sus preferencias políticas. La iglesia oficial de los “Santos de los Ultimos Días”, no ha tomado una posición oficial ante ninguna de las candidaturas, aunque los mormones suelen ser conservadores y muy republicanos. Hay que recordar el anterior candidato a presidente del partido republicano, Mitt Romney, es mormón.

Pero cuando Trump, en diciembre pasado, propuso una prohibición de entrada a todos los musulmanes en general después de los ataques en San Bernardino, la iglesia mormona emitió un comunicado en el que no mencionan a Trump, pero se refieren a su propuesta.

“La iglesia LDS es neutral respecto a la política partidaria y las campañas electorales”, reza el comunicado. “Pero en lo que sí no somos neutrales es en la necesidad de libertad religiosa”.

Los mormones han sido perseguidos por el gobierno estadounidense en momentos anteriores de la historia de este país. De ahí su sensibilidad a cualquier cosa que parezca persecución religiosa.

Y no es la primera vez que Trump dice algo que hace salta a los amantes de la libertad religiosa o a los propios mormones. En el año 2014, Trump dio una entrevista a un periodista mormón –sin saber que lo era- y dijo que Mitt Romney había perdido la presidencia porque “su fe es extraña (alien)”.

En la actual campaña electoral, Trump también ha sacado a colación la religión de algunos de sus competidores, en forma algo despectiva. “Yo soy presbiteriano”, dijo Trump en octubre pasado. “Carson (Ben, el ex candidato) es adventista del séptimo día. La verdad no sé, no sé que hay con esos adventistas”.

Ante un grupo de judíos, hace algunos meses, Trump les dijo en su cara que quizá no lo apoyarían “porque no quiero vuestro dinero”, aunque también los llamó “buenos negociadores, como yo” (reforzando los estereotipos anti semíticos).

En la web pueden encontrarse artículos de blogueros mormones que presentan argumentos a sus correligionarios en contra de apoyar a alguien que ha demostrado una posible tendencia a despreciar a ciertas minorías o que siguen otras religiones.

Finalmente, quizá tiene que ver con la creciente presencia de latinos en la iglesia mormona y el rechazo que muchos latinos sienten hacia Trump por sus declaraciones anti mexicanas y anti inmigrantes.

La presencia de latinos en las filas mormonas se ha duplicado en los últimos diez años.

Trump le puso la tapa al frasco en un evento realizado en Arizona este fin de semana, en el que dijo:

¿Qué si amo a los mormones? Tengo muchos amigos en Salt Lake City. Y por cierto, Romney no es uno de ellos”, dijo el magnage. “Romney no es uno de ellos. ¿Están seguros de que él es mormón?

Hace unos días Romney dio un discurso contra Trump acusándolo de “racismo, misoginia, xenofobia y vulgaridad” y dijo que votaría por Cruz en Utah, luego de invitar a los votantes de Ohio a votar por Kasich, pero nunca por Trump.

Parece que no será el único.

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