Expansión a toda la ciudad el programa de libertad supervisada
La Alcaldía estima que más de 3,000 acusados no riesgosos se beneficiarán
El alcalde Bill de Blasio anunció que los beneficios de un programa alternativo de fianzas que ya existía parcialmente en algunos condados, se extenderá a toda la ciudad, con la intención de que unas 3,000 personas acusadas de diferentes cargos, no sean enviadas a prisión mientras esperan ser llamados a juicio.
El programa total tendrá un costo de $ 17,8 millones, y pretende que no haya personas detenidas innecesariamente y que los acusados no dependan del pago de la fianza para estar bajo libertad supervisada.
Con la medida, los jueces de toda la ciudad podrán enviar a los acusados que representen menos riesgo a un programa de supervisión que les permite permanecer en su casa, con sus familias y seguir trabajando hasta que llegue el momento del juicio.
“Nadie debería estar en la cárcel simplemente porque no puede pagar una fianza“, aseguró el alcalde De Blasio. “Estamos tomando medidas para garantizar que las personas que se pueden vigilar de forma segura en la comunidad sean capaces de permanecer allí, sin importar el tamaño de su cuenta bancaria”.
Elizabeth Glazer, directora de la Oficina de Justicia Penal de la Alcaldía, explicó que la intención del programa es lograr un balance que beneficie a los acusados y al sistema carcelario.
“La libertad supervisada es otro paso hacia el establecimiento de un enfoque más racional de las fianzas para acercarnos a un sistema que evalúe el riesgo que una persona represente”, dijo. “Se trata de un enfoque de sentido común que equilibra la seguridad pública y la libertad mediante la ampliación de las opciones disponibles para los jueces, más allá de simplemente la detención o la libertad sin condiciones”.
Para determinar quiénes podrán beneficiarse con este programa, las autoridades utilizarán una nueva herramienta de evaluación de riesgo validado, creado por la Agencia de Justicia Criminal y así establecer un nivel adecuado de supervisión.
Solamente las personas que no ponen en peligro la seguridad pública podrán integrar el programa, los otros acusados deberán esperar en la cárcel a que llegue el juicio.
Quienes estén acusados de delitos menores y actos que no hayan sido violentos serán elegibles para obtener la libertad bajo supervisión, pero no aquellos que representan un alto riesgo de ser arrestados por un nuevo delito grave.
En el 2009 esta iniciativa empezó a implementarse con algunos detenidos en Queens y cuatro años más tarde en Manhattan y en Brooklyn, mostrando resultados favorables.