La capital de Coahuila, convertida en un prostíbulo
El alcalde de Saltillo advirtió que “no hay manera de controlar o prohibir este tipo de trabajo de sexoservidores"

Prostitución. Crédito: Shutterstock | Shutterstock
MÉXICO – La hora no importa. Las prostitutas de Saltillo, la capital del estado de Coahuila están ahí de madrugada, al medio día, en las tardes y noches. En la Plaza Manuel Acuña, el pleno centro; en restaurantes, taxis, cantinas, discotecas y un sin número de sitios web dedicados especialmente para el comercio sexual Miteróticos, Vixen Lounge, Ubersex…
Algunas muy jóvenes. Cuatro de ellas particularmente llamaron la atención de los vecinos del centro que los reportaron al Sistema de Integración de la Familia (DIF) y a los medios de comunicación locales que dieron cuenta de ello: no rebasan los 13 años, si acaso, una tiene 16.
En medio del escándalo, este jueves las autoridades detuvieron a un par en reacción a las críticas, pero el problema persiste.
El Comité de Operatividad Sanitaria dice que son 400 las mujeres que están registradas en la “Zona de Tolerancia”, o sea, el centro: prácticamente el municipio dejó la zona histórica de la ciudad como un gran prostíbulo que el periodista local Jesús Peña, de Vanguardia, llama “El Megacongal sin hora de cierre”.
Otra cuenta incalculable se desborda por todos lados, sin registro, sin orden, al margen de las leyes sanitarias. “Las trabajadoras sexuales de saltillo se mandan solas, hacen lo que quieren”, observa Carlos Llamas, integrante de la organización Jóvenes Prevenidos.
En días recientes, el alcalde de Saltillo, Isidro López, advirtió que “no hay manera de controlar o prohibir este tipo de trabajo de sexoservidores, de personas adultas que saben lo que hacen.
Desde la Diócesis de Saltillo, el sacerdote Pedro Pantoja, advierte a este diario sobre imprudencia de tomar a la ligera el problema: “La prostitución es consecuencia de la situación tan difícil que ha vivido el estado por muchos años: crimen organizado (particularmete los Zetas), desigualdad, corrupción“.
“El gobierno de Coahuila se ufana de atraer mucha inversión (154 millones de dólares en 2015 y este año pelea por 200 millones de capital chino) pero al pueblo le pagan una miseria, los padres tienen que trabajar jornadas extenuantes, a veces uno de día y otro de noche, y los hijos quedan a la deriva a merced de las drogas, las malas compañías, los criminales”.