Siamesas Separados Exitosamente en Lucile Packard Children’s Hospital Stanford

Las mellizas Erika y Eva Sandoval, de dos años de edad, se están
recuperando en la unidad de cuidados intensivos pediátricos tras su
cirugía de separación realizada el 6 de diciembre.


STANFORD, California–(BUSINESS WIRE)–Las siamesas Erika y Eva Sandoval fueron separadas con todo éxito, en el Lucile
Packard Children’s Hospital Stanford
, en una cirugía que requirió 17
horas, que comenzó el 6 de diciembre y que se estiró hasta la madrugada
del 7 de diciembre. Antes de la separación, las mellizas de 2 años de
Antelope, California, compartían mucho de la parte inferior de su cuerpo.

“Estuvieron muy bien”, señaló el cirujano principal, Dr.
Gary Hartman
, profesor clínico de cirugía en la Facultad de
Medicina. “Me siento muy feliz con el resultado”.

Las niñas Sandoval son el séptimo par de siameses que separó Hartman y
la quinta cirugía de separación que realiza en Stanford. La primera
separación en Packard Children’s se llevó a cabo en 2011.

“Es increíble lo fuerte que son estas niñas, y es fantástico lo que
realizó su equipo”, afirmó Aida Sandoval, la madre de las mellizas.
“Verlas ahora en la UCI, uno las mira y piensa: extrañas a tu otra
mitad, pero sabemos que este es el camino correcto para ellas: ser
independientes, tener la posibilidad de triunfar y explorar por sí
mismas todo lo que el mundo tiene para ofrecerles”.

Erika y Eva se encuentran, ahora, en condición estable en la unidad de
cuidados intensivos pediátricos, donde se espera que se recuperen en
aproximadamente dos semanas. Sus médicos anticipan que pasarán otras dos
semanas en el hospital antes de poder volver a su hogar. Están
compartiendo la habitación del hospital, pero se encuentran en camas
separadas.

Antes de la separación, Erika y Eva eran siamesas
toraco-ónfalo-isquiópagas, ubicadas enfrentadas y unidas desde la parte
inferior del tórax y la parte superior del abdomen hacia abajo. Tenían
corazones y pulmones separados, pero compartían el diafragma y algunas
estructuras anatómicas debajo del diafragma. Cada una tenía un estómago,
pero tenían otras conexiones dentro de su sistema digestivo. Tenían un
hígado, una vejiga, dos riñones sanos y tres piernas.

“Antes de la separación, se podía pensar en su anatomía como dos
personas por encima de la caja torácica, fusionadas casi en una por
debajo de su ombligo”, indicó el cirujano plástico y reconstructivo Dr.
Peter Lorenz
, profesor de cirugía en la Facultad de Medicina, que
dirigió la fase reconstructiva de la separación de las mellizas.

El equipo de separación incluyó a aproximadamente 50 personas. Cuando
llegue el momento en que las mellizas vuelvan a su hogar, más de 100
cuidadores del hospital habrán ayudado con el caso, muchos médicos y
enfermeros que cuidaron de Aida durante su embarazo de alto riesgo y que
cuidaron de las mellizas como recién nacidas.

Día de la separación

Se trasladó a las niñas al quirófano poco después de la 7 a. m. El 6 de
diciembre, fueron anestesiadas con todo cuidado por un equipo de seis
anestesistas, tres por melliza, liderados por la Dra.
Gail Boltz
, profesora clínica de anestesiología, medicina
perioperativa y del dolor en la Facultad de Medicina. Una vez que se
anestesió a las mellizas, el equipo colocó líneas centrales y arteriales
para permitir las transfusiones de sangre y así se desinflamaron los
tres expansores de tejido llenos con solución salina, que se habían
utilizado para generar piel nueva, a fin de ayudar a cubrir el lugar de
separación. La primera incisión se realizó a las 11 a. m.

Erika y Eva habían tenido exploraciones completas por tomografía
computada (TC) y resonancia magnética (RM) como parte de la preparación
para la cirugía y se las usó para imprimir modelos tridimensionales de
sus huesos pélvicos y vasos sanguíneos para ayudar a planificar la
división. Pero aún había dudas acerca de detalles de la anatomía que las
niñas compartían, y el equipo pasó, aproximadamente, una hora
resolviendo esto al comienzo de la cirugía.

“Teníamos información increíble de nuestros colegas de radiología, pero,
incluso con eso, nos encontramos con varias sorpresas”, señaló Hartman.
“Solo había un intestino grueso. Parecía que pertenecía a Eva en su
totalidad, pero recibía parte del suministro sanguíneo de Erika, por lo
que tuvimos que realizar algunos análisis en el quirófano para
aclararlo”. Durante la cirugía, el equipo también comprobó que las niñas
compartían un único saco pericárdico alrededor de sus corazones
separados y que cada niña tenía su propia vesícula biliar.

Una vez que se completó la fase exploratoria, el equipo dividió el
hígado de las mellizas, y separó su tracto gastrointestinal y sus vías
urinarias. Se dividió la única vejiga de las niñas, y se la convirtió en
dos, por lo que cada niña recibió una colostomía. Luego se dividieron
los huesos pélvicos.

El mayor riesgo que había anticipado el equipo quirúrgico antes de la
separación era el sangrado en exceso de pequeños vasos sanguíneos
difusos y de los huesos pélvicos, pero, afortunadamente, las mellizas no
presentaron una pérdida de sangre en exceso. La incisión final que
separó, oficialmente, a Eva y Erika fue realizada por el Dr.
James Gamble
, profesor de cirugía ortopédica, y por el Dr.
Matias Bruzoni
, profesor asistente de cirugía pediátrica, a las 4:34
p. m., del 6 de diciembre.

Habitaciones separadas por primera vez

Después de que se separó a las niñas, Eva fue trasladada a un quirófano
ubicado del otro lado del hall; fue la primera vez que las mellizas
estaban en habitaciones separadas. Lorenz dirigió el equipo que realizó
la cirugía reconstructiva de Eva, que duró hasta las 12:30 a. m. 7 de
diciembre La cirugía reconstructiva de Erika, dirigida por el cirujano
plástico y reconstructivo pediátrico, Dr.
Rohit Khosla
, profesor asistente de cirugía en la Facultad de
Medicina, se completó una hora más tarde. Eva tenía suficiente piel de
las expansores de tejido para cerrar por completo el lugar de la
cirugía. Para ayudar a completar la reconstrucción de Erika, se
retiraron los huesos de la tercera pierna de las niñas, y se usaron la
piel y el tejido de la pierna para cerrar la pared abdominal de Erika.
Los cirujanos habían considerado mantener la pierna con Erika si no se
la necesitaba para la reconstrucción, pero muy probablemente no sería de
utilidad para caminar por su anatomía anormal.

A lo largo de la cirugía, el equipo utilizó un sistema de imágenes de
realidad virtual tridimensional que recientemente se introdujo en
Packard Children’s. El sistema de imágenes les permite a los cirujanos
colocarse gafas tridimensionales y ver una imagen que se puede rotar y
manipular para ver mejor la anatomía detectada en exámenes radiológicos
previos. El radiólogo pediátrico, Dr.
Francis Chan
, profesor asociado de radiología en la Facultad de
Medicina, asistió a los cirujanos con la nueva tecnología.

“Cuando quedó claro que necesitábamos usar la tercera pierna para la
reconstrucción, el Dr. Chan ingresó en el quirófano y le mostró al
equipo, exactamente, dónde se encontraban los vasos sanguíneos que
irrigaban la pierna, así que pudieron planificar cómo proteger la
irrigación sanguínea a la pierna”, señaló Hartman.

Ahora que Eva y Erika están separadas, a cada niña le falta un tercio,
aproximadamente, del abdomen y tienen un riñón y una pierna. Se espera
que ambas niñas permanezcan sedadas y con ventilación asistida por otro
día o dos para ayudar a controlar el dolor.

A medida que Eva y Erika cicatricen y crezcan, el equipo evaluará si más
cirugías reconstructivas serían de utilidad para alguna de las niñas.
“Las formamos de tal manera que si todo cicatriza bien, es posible que
no se necesiten más cirugías”, indicó Hartman.

La experiencia de muchos especialistas pediátricos de Stanford
contribuyó al resultado exitoso de la separación, con cirujanos
especializados en cirugía gastrointestinal, ortopédica, urológica y
plástica y reconstructiva que contribuyeron en el proceso. “Contamos
tanto con los cirujanos subespecialistas que necesitamos y la
experiencia adecuada en anestesia y enfermería para cuidar de Eva y
Erika durante y después de su separación”, señaló Lorenz. “A menudo,
tenemos casos de alto riesgo quirúrgico y nuestra experiencia es muy
importante para un caso como este”.

“Los resultados son tan buenos como era de esperar”, concluyó Hartman.

“No tengo palabras suficientes acerca de todos los miembros del equipo
de atención, los cirujanos, los médicos, los enfermeros y todos los
especialistas. Sé que en cada incisión que hicieron Dios estaba con
ellos”, declaró Aída Sandoval. “Sabemos que Erika y Eva están destinadas
a grandes y extraordinarias cosas”.

Texto lateral: Historia del caso y preparación para el nacimiento

Los siameses son raros. Ocurren en 1 de cada 30 000 a 1 de cada 200 000
nacimientos. Cuando se derivó a Aída Sandoval a Packard Children’s en la
mitad de su embarazo en 2014 con Erika y Eva, de inmediato, el Programa
de Salud Fetal y del Embarazo del hospital reunió a médicos de obstetricia
de alto riesgo
, neonatología,
radiología,
cirugía,
urología
pediátrica
y otras especialidades para formar un grupo de expertos
que pudieran cuidar de Aída y ambos bebés. Aída tenía presión arterial
alta, lo que complicaba, aún más, un embarazo de por sí difícil.

“Además del monitoreo muy estrecho de Aída por parte de nuestro equipo
multidisciplinario y nuestra evaluación vigilante de la salud fetal,
teníamos que crear un plan de parto detallado que incluía la simulación
de escenarios posibles de parto”, señaló la Dra.
Susan Hintz
, profesora de medicina neonatal y del desarrollo, y
directora médica del Programa
de Salud Fetal y del Embarazo
. Tras realizar exploraciones fetales
por RM para investigar la anatomía de los bebés, el equipo incorporó al Dr.
Louis Halamek
, profesor de medicina neonatal y del desarrollo, y
director del Centro para Educación Pediátrica y Perinatal Avanzada en
Packard Children’s, que realizó un modelo siamés especializado que se
asemejaba a las mellizas lo más posible, a fin de facilitar simulaciones
realistas.

“Como las niñas estaban enfrentadas, sabíamos que si el parto era
prematuro y tenían problemas respiratorios, las limitaciones físicas de
cómo están conectadas impondrían mayores desafíos para una reanimación
exitosa, incluida la intubación”, declaró Hintz, que es también profesor
Robert L. Hess Family. El equipo practicó posibles escenarios de parto
con el modelo, incluida la intubación o la inserción de tubos de
respiración. Afortunadamente, cuando las niñas nacieron por operación
cesárea siete semanas antes de la fecha, el 10 de agosto de 2014,
pudieron respirar sin intubación, aunque requirieron presión positiva y
oxígeno mediante máscaras faciales. Pero igual, Eva y Erika eran
frágiles. Se las hospitalizó en Packard Children’s durante los primeros
6 meses de vida y luego fueron seguidas por varios médicos a medida que
crecían lo suficiente como para ser separadas.

El hospital planea una conferencia de prensa para el 8 de diciembre, a
las 12:30 p. m., hora del Pacífico; comuníquese con el equipo de
relaciones con los medios para obtener más detalles.

Acerca de Stanford Children’s Health y Lucile Packard Children’s
Hospital Stanford

Stanford Children’s Health, junto con Lucile Packard Children’s Hospital
en su esencia, es la mayor empresa de atención médica del Área de la
Bahía, dedicada, exclusivamente, a los niños y a las mujeres
embarazadas. Al ser el hospital de niños mejor calificado en el Norte de
California y uno de apenas 11 en todo el país en ser nombrado en el U.S.
News & World Report Best Children’s Hospitals Honor Roll
de
2016-17, Packard Children’s Hospital es un líder de clase mundial, que
aporta atención y resultados extraordinarios en cada especialidad
pediátrica y obstétrica. Stanford Children’s Health ofrece atención que
varía entre la atención de rutina y la atención inusual,
independientemente de la capacidad de pago una familia. Junto con los
médicos, las enfermeras y el personal de Stanford
Medicine
, se puede acceder a Stanford Children’s Health a través de
asociaciones, colaboraciones, difusión, clínicas especializadas y
centros de atención primaria en más de 60 localidades en todo el norte
de California y 100 localidades en la región occidental de los EE. UU.
Al ser una institución sin fines de lucro, Stanford Children’s Health
está comprometida a respaldar a la comunidad, desde la atención a niños
sin seguro o con seguro insuficiente, adolescentes y mamás embarazadas
en situación de calle, hasta la capacitación de la próxima generación de
médicos y profesionales médicos. Celebrando el 25
aniversario
de Lucile Packard
Children’s Hospital en 2016, Stanford Children’s Health espera con
ansias el 2017 para comenzar su campus
ampliado para el hospital pediátrico y obstétrico
. Descubra más en stanfordchildrens.org
y en el blog Healthier,
Happy Lives
(Vidas felices, más sanas). Únase a Stanford Children’s
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El texto original en el idioma fuente de este comunicado es la versión
oficial autorizada. Las traducciones solo se suministran como adaptación
y deben cotejarse con el texto en el idioma fuente, que es la única
versión del texto que tendrá un efecto legal.

Contacts

Lucile Packard Children’s Hospital Stanford
Samantha Dorman,
650-498-0756
sdorman@stanfordchildrens.org
Kate
DeTrempe, 650-721-8527
kdetrempe@stanfordchildrens.org

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