Tras explosión aumentan los temores y las llamadas de emergencia

ConEdison y National Grid se han visto arrollados por las llamadas y mensajes de sus clientes. También la línea 311.

La explosión el pasado miércoles causó el derrumbe de dos edificios, el cual dejó ocho muertos y múltiples heridos.

La explosión el pasado miércoles causó el derrumbe de dos edificios, el cual dejó ocho muertos y múltiples heridos. Crédito: EFE

Nueva York — Pese a vivir en el Sur de El Bronx, la dominicana Marcia Paniagua asegura haber escuchado la explosión en East Harlem desde su casa la semana pasada.

“Desde entonces estamos paranoicos en mi edificio”, dijo. “Y hablamos con mis vecinos no sólo de chequear la estufa antes de dejar los apartamentos, también inspeccionar las escaleras y la puerta cerrada que conduce al sótano, adonde el casero rara vez baja”.

A raíz de la explosión de gas que derrumbó dos edificios y dejó ocho muertos y decenas de heridos, han surgido miedos y todo tipo de informaciones cruzadas que pasan de boca en boca. Las autoridades y compañías de gas y electricidad han tenido que atender numerosas llamadas de gente que teme por sus vidas y sus viviendas, según confirmó Chris Miller, vocero de la Oficina de Manejo de Emergencias de la ciudad. Mucha gente en la ciudad piensa que viven en castillos de naipes debajo de bombas de tiempo.

María, residente de Bushwick se queja del estado de su edificio y del de muchos de sus amigos en Brooklyn. “Yo miro el piso y es como diagonal, toco las paredes y son como cartón”, dijo la española. “Los desagües de la ducha se demoran, eso muestra lo viejas que son todas las tuberías y redes. Cualquier reparación en la calle y esos conos naranja me llenan de miedo”.

Marco Pagán, de ascendencia puertorriqueña, vive en un edificio cooperativo en muy buen estado y nunca ha tenido problemas con las redes de gas. Pero teme por su hija de quince años que vive en Williamsburg con su madre. “En esa zona de los Sures se siente mucho olor a gas. Antes de lo de Harlem había llamado tres veces, ahora sí que voy a llamar más”.

Algunos dueños de edificios reafirman su responsabilidad. Gustavo Perusina, guatemalteco, dice que sus apartamentos los mantiene monitoreados con alarmas de gas y de humo. “Más allá de mis propiedades no puedo hacer nada. A veces pasan accidentes, esto es una ciudad llena de redes, tubos y cables por debajo y por encima. Los riesgos siempre están ahí”.

La agencia de bienes raíces Cosmopolitan, que administra edificios en Sunnyside, Queens, no ha reportado quejas de sus inquilinos y dice que no hay en curso reparaciones en el área. “Siempre les decimos a nuestros inquilinos que si sienten olor a gas deben llamar al número de emergencia”.

ConEdison y National Grid se han visto arrollados por las llamadas y mensajes de sus clientes. También la línea 311. A veces llaman por lo que creen que es gas, pero puede ser cualquier otro olor desagradable a comida podrida o a algo quemado y de inmediato se retractan de la emergencia. Los operarios están entrenados para evaluar los peligros reales.

“Pero mucha gente está llena de pánico”, dice Sabrina, empleada de National Grid quien prefirió no dar su apellido. “Por ley y por seguridad siempre tenemos que mandar a alguien y le recomendamos a la gente cómo proceder en caso de emergencia: No manipular aparatos con electricidad o con gas, y salir el apartamento lo más rápido posible”.

La página de internet de National Grid en español y en inglés no hace referencia al accidente ni da información instructiva para saber diferenciar los verdaderos peligros, lo cual evitaría todas las ideas falsas que circulan.

Por el contrario ConEdison sí destaca en su página de internet la tragedia en El Barrio y ofrece varios comunicados bajo el enunciado “Smell Gas, Act fast” (Huele gas, actúe rápido). Para más información, puede consultar esta página de recomendaciones en español: http://www.safegas.org/spanish

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