El fin del verano enfría la economía de NYC
La brecha entre salarios no hace más que ampliarse
La economía de la ciudad de Nueva York está creciendo a buen ritmo, un 2.6% en el tercer trimestre frente al 1.6% entre abril y junio.
Sobre el papel este número, por si mismo ,es positivo pero al analizar las tendencias como ha hecho el contralor de la ciudad, Scott Stringer, en su último informe económico, se detectan puntos de debilidad y enfriamiento del avance.
Para empezar, el crecimiento de la ciudad estuvo por debajo del registrado a nivel nacional en el mismo periodo (2.9%) y aunque buena parte de este se debió a la mejora en la contratación neta del sector privado, la mejora no fue suficiente. La tasa de desempleo en la ciudad subió del 5.2% del segundo trimestre al 5.5% entre julio y septiembre (cuando la media nacional es del 4.9%).
El contralor hace énfasis en su informe de que la mayor parte de los trabajos privados creados, el 53.2%, lo fueron en industrias de bajos ingresos, motivo por el cual el salario medio ha incrementado apenas un 1.1%.
Los trabajos que mejor pagan no solo no sumaron plantilla sino que perdieron 1.100 puestos en la ciudad. Así pues el cheque medio anual de un trabajador de bajos ingresos en la ciudad rondó los $42,000 mientras que en la parte de los ingresos medios quedaron alrededor de los $75,000 y en lo alto de la tabla mucho más: unos $187,000 anuales. El informe de Stringer constata que la brecha entre los que ganan más y lo que ganan menos se ha ampliado entre 2009 y 2015, tras la Gran Recesión.
Los salarios estancados entre los que menos ganan “han impedido que las mejoras del empleo de un gran empuje a la economía”, concluye Stringer en este punto.
En el lado de las caídas, hay menos flujo de capital riesgo en empresas, menos ventas de casas en Manhattan, se ha rebajado ligeramente el número de usuarios del transporte público y las ventas de los shows de Broadway así como las reservas hoteleras. El aumento del valor del dólar con respecto a otras divisas internacionales además del mal momento económico internacional no son las mejores condiciones para un aumento del turismo.
