Trump en la historia

La primera, para la mayoría de ciudadanos que no votaron por el trumpismo, y en especial para los hispanos es que vienen tiempos de resistencia, si es que Trump insiste en definir a la democracia americana en  términos racistas o xenófobos. No es la primera vez que esto pasa en la historia americana pero hace más de un siglo que una propuesta similar no se plantea desde la Casa Blanca.

Significaría utilizar los poderes del gobierno para hostilizar a las poblaciones inmigrantes, como si fueran culpables de los problemas sociales y económicos del país. La segunda lección es que América Latina y Estados Unidos comparten la misma historia, con líderes populistas que atraen muchos votantes pero que en la práctica excluyen de su idea del pueblo a aquellos que definen como enemigos de la nación. Pueden parecer líderes cercanos al pueblo, como Hugo Chávez o Juan Domingo Perón, pero eventualmente se apoyan en políticas que limitan las libertades públicas de sus adversarios.

La tercera es que la participación política es más importante que nunca. Votar es una de las cosas que se puede hacer. Pero también hay otras formas de participar que pueden obligar al gobierno a moderar sus políticas: discusiones informativas, resistencia pacífica, participación en distintas redes de apoyo. A largo plazo, ningún gobierno puede eliminar la influencia de la opinión pública.