Obama puso a la Casa Blanca en las redes sociales, pero Trump gobierna por Twitter

Ambas administraciones han visto en los nuevos medios una herramienta eficaz de comunicación sin intermediarios

WASHINGTON.- El presidente Barack Obama lideró la entrada de la Casa Blanca a las redes sociales, donde él o su equipo difundieron centenares de miles de mensajes y fotos, pero es su sucesor, Donald Trump, quien ha perfeccionado el uso de Twitter como arma para su agenda populista.

A lo largo de su presidencia desde 2009, Obama se dirigió directamente a los votantes, especialmente a la generación de los “Millenials”, sin el filtro de la prensa y a través de populares programas de comedia por radio y televisión.

También se convirtió en el primer presidente inmerso por completo en las redes sociales: a su llegada al poder en 2009, la Casa Blanca abrió cuentas en sitios como Facebook, Twitter, Flickr, InstagramLinkedInYouTube, Google +, Scribd y Periscope. En 2013, la primera dama, Michelle Obama, emitió sus primeras fotos en Instagram.

Además de leer cartas que aún llegan a la Casa Blanca a través del sistema de correos convencional, Obama también lee algunos de los mensajes que recibe en Facebook, ha dicho la Casa Blanca.

En mayo de 2015, Obama empezó a usar la cuenta @POTUS en Twitter, y en enero pasado, su personal promovió por primera vez en Snapchat un adelanto de su discurso sobre el “Estado de la Unión”.

Obama tiene ahora trece millones de seguidores en Twitter, la red en la que anunció su histórico viaje a Cuba en marzo pasado, y desde la cual busca presionar al Congreso sobre sus prioridades legislativas, moldear la opinión pública, y construir la narrativa sobre su legado presidencial.

Según un análisis de “Electome”, un proyecto de MIT Media Lab,  entre enero y octubre de 2016, Obama usó Twitter para promover el control de armas en un 22% de sus mensajes, y sólo un 7,7% para asuntos de Inmigración.

socialmedia

La estrategia, según la Casa Blanca, no es evitar a la prensa si no ir directamente a los sitios frecuentados por los votantes. Y es un argumento válido, tomando en cuenta que los medios digitales son la segunda fuente más importante para la transmisión de noticias, después de la televisión.

En las postrimerías de su presidencia, sin embargo, Obama también ha optado por prestigiosas revistas de alto perfil intelectual para defender su legado y recetar el futuro rumbo de sus políticas.

Esta semana, publicó sendos artículos, uno en la revista legal “Harvard Law Review”, para destacar la urgencia de una reforma penal, y otro en la revista médica “New England Journal of Medicine”, para defender la continuidad de “Obamacare”.

Para preservar su “historia digital”, la Casa Blanca delineó ayer en un blog siete diversos proyectos en ciernes para que el público tenga acceso a sus mensajes y fotos en las redes sociales, incluyendo el de MIT Media Lab.

Una presidencia a través de Twitter

Trump lleva meses cultivando una “presidencia a través de Twitter”, desde donde, con tan sólo 140 caracteres, ataca a sus rivales y detractores, sobre todo a los demócratas, y defiende sus políticas.  Twitter le sirve, a la vez, de escudo contra el escrutinio de la prensa –nadie le hace preguntas ni le exige explicaciones en tiempo real- y de arma para promover su mensaje populista.

El senador demócrata de Nueva York y nuevo líder de la minoría en el Senado, Charles Schumer, quien fue catalogado por Trump como el “principal payaso”, ha criticado esa “presidencia en Twitter” y en rueda de prensa le pidió al presidente electo que dejara los motes y mostrara seriedad en la discusión de un plan que reemplace a “Obamacare”, si los republicanos logran desmantelarlo.

Pese a las críticas de que apenas se deja ver de periodistas –el próximo miércoles tendrá en Nueva York su primera rueda de prensa desde julio pasado-, Trump ha acumulado 18,9 millones de seguidores,  lo que en el verano le ganó el mote de “Rey del Twitter”.

Trump ha usado Twitter para atacar los planes de Ford de trasladar empleos al exterior, o los esfuerzos republicanos de diluir un comité de ética –el plan fue abandonado en cuestión de horas- y, este mismo día, amenazó con altas tarifas a Toyota si mantiene planes de construir plantas de ensamblaje de autos en México para su exportación a EEUU.

Sin embargo, su renuencia a evitar ruedas de prensa puede acarrear riesgos porque crearía la percepción, errada o no, de que está ocultando algo, teme a las críticas, busca infundir “miedo”, o no quiere el escrutinio de los medios de comunicación, señaló en un blog la columnista Anne Michaud, editora digital de “Newsday Opinion”.

Además, esos tuiteos traen otras consecuencias: aunque no actúen por órdenes de Trump, muchos de sus seguidores se han dado libertad para, en su nombre, emitir ataques contra periodistas, judíos, inmigrantes, y otras minorías.

La agrupación judía “Anti-Defamation League” y el “Southern Poverty Law Center” han registrado un gran aumento en ataques verbales y amenazas contra judíos y minorías por parte de seguidores de Trump.

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