Olga Lucía Angulo: manicurista

Nueva York – De estudiante de dentistería en Palmira Valle, Colombia, a manicurista en Nueva York a donde llegó hace 14 años. Olga Lucía Angulo, viajó a la Gran Manzana en busca de una mejor vida y con el deseo de superarse en lo que fuera. Así que decidió tomar la primera oportunidad de trabajo que se le presentó y la hizo su profesión.

Aparte de su trabajo, es esposa y madre de dos niños de 8 y 12 años respectivamente. Aunque trabaja seis días a la semana, tiene tiempo de para compartir con su familia con la que vive en Elmhurst, Queens.

¿Con que metas llegó a Nueva York?

Con la ilusión que iba a terminar mis estudios en dentistería y progresar como todos. Trabajaba en el día y en la noche seguí estudiando para terminar los estudios que comencé en mi país. Pero después quedé embarazada y me dediqué a mis hijos. Cuando traté de retomar los estudios, ya había perdido la práctica.

¿Qué pasó que terminó trabajando como manicurista?

Recién llegué a este país, el primer trabajo que me salió fue para trabajar en un salón de belleza que abrió en mi vecindario, cerca a mi casa. En eso trabajaba mientras estudiaba.

¿Cómo consiguió la licencia?

Cada día practicaba con la gente que iba entrando al salón. Nadie se dio cuenta que no tenía experiencia ni licencia. Al pasar los años, decidí tomar un curso y sacar la licencia.

¿Qué tan lucrativa es esta profesión?

Es un buen negocio, aunque sí se siente la crisis económica por la que está pasando el país. Pero la belleza siempre da trabajo. La mujer de hoy en día ve la belleza como una necesidad y es parte importante de la higiene.

¿Cuántas personas atiende al día?

Hay días donde llega mucha gente, hay muchísimo trabajo, pero hay días que no llega nadie. De tres a cuatro personas. Los días que más llega gente son los fines de semana desde el viernes.

¿Qué clase de personas son sus clientes?

Tengo clientes de toda clase, profesionales, amas de casa, de la tercera edad y hasta hombres.

¿Quiénes dejan las mejores propinas?

Es como todo, unas personas dejan más que otras, pero en general los que mejores propinas dan son los hombres.

¿Qué le gusta más hacer, la manicura o la pedicura?

La pedicura, porque me gusta ver el cambio significativo. De lo feo a lo bonito y la mayoría de las personas no se cuidan las uñas de los pies. Además, lo que hago es aconsejarlos acerca de remedios caseros o que vayan al doctor si tienen problemas más graves.

¿Qué recetas por ejemplo?

Usar el vinagre, es muy bueno para lavarse los pies, porque mata las bacterias. También puede usar el enjuague bucal cuando tienen pie de atletas. En general, lo más importante es la higiene y por eso hay que tener líquidos desinfectantes para antes y después de cada uso de los productos con cada cliente.

¿Qué es lo que más le gusta del trato con sus clientes?

Todos me han aportado algo a mi vida, porque mientras les voy arreglando las uñas los clientes empiezan a contarme de sus vidas, las situaciones por las que están pasando. Trato de tomar las cosas buenas y las aplico en mi vida. Me vuelvo hasta consejera. Uno escucha de todo en esta profesión y de cada una, uno aprende algo.

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