Próxima exportación a EEUU sería agua

SAN DIEGO – México exporta televisores, automóviles, azúcar, equipo médico y otros productos a Estados Unidos, pero pronto podría enviarle agua también.

Los estados de la región occidental estadounidense están mirando al sur de la frontera para llenar sus vasos de agua, desalojar sus retretes y regar su césped, en momentos en que cuatro importantes distritos de uso de agua en el país están ayudando a planear una de dos enormes plantas de desalinización propuestas para Playas de Rosarito, a unos 24 kilómetros (15 millas) al sur de San Diego.

Entre ambas podrían producir casi 570 millones de litros (150 millones de galones) de agua al día, lo suficiente para suministrarla a más de 300.000 hogares a ambos lados de la frontera.

Las plantas son una estrategia de ambos países para dejar de depender del río Colorado, cuyo caudal es muy sensible a las sequías y que corre 2.333 kilómetros (1.450 millas) desde las montañas Rocallosas hasta el Golfo de California.

Se dice que las décadas de fricciones entre ambos países en torno al río son un obstáculo en las actuales negociaciones sobre la desalinización.

Las plantas propuestas también han desatado preocupaciones de que el interés en Estados Unidos por el agua mexicana sea para evadir las revisiones y requisitos ambientales en el país del norte.

Las plantas de desalinización pueden arruinar los paisajes costeros, aspirando y matando las huevas y las larvas de los peces. Requieren grandes cantidades de electricidad y regresan al océano millones de litros de agua salada que, si no es manejada adecuadamente, también puede ser dañina para los peces.

México es relativamente nuevo en el tema de la desalinización. Su mayor planta destinada a ello provee casi 19 millones de litros (cinco millones de galones) de agua al día en el poblado turístico de Cabo San Lucas, en el extremo sur de Baja California, y cuenta con otras plantas más pequeñas en la península.

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